Descendants Of The Mafia | D.S 3

Capítulo 47

Pov's Skyler

Acepto gustosa el botellín de cerveza que me tiende mi padre. Se coloca a mi lado apoyándose en la barra mientras observa a los chicas reírse por cualquier tontería que dicen los chicos.

– ¿Cómo les fue en los juicios? –le da un trago al vaso de, lo que supongo, es whisky.

– Lawrence tiene que cumplir 3 cadenas perpetuas, a Kendall le dieron 40 años de cárcel –le doy un sorbo al botellín después de abrirlo– Corin tiene 2 cadenas perpetuas y Trecker no va a salir en lo que le resta de vida –termino de relatar.

– Aún estaríamos huyendo de no ser por ti –sonrie.

– La familia es lo más importante –concuerdo sin despegar la mirada de los chicos, de un pelinegro más bien.

– Deberías hablar con él –asegura bebiendo de su vaso.

– ¿Quién me asegura que no me mandará al demonio como lo ha hecho antes? –cuestiono dando un gran trago al botellín.

– No lo sabrás si no te arriesgas –murmura observando a mi madre reírse.

Veo a Natasha acercarse a Karter y susurrarle algo al oído, luego ambos salen del jardín hacia el estacionamiento. Suspiro desganada, termino la cerveza de un gran trago y dejó el botellín en la barra.

– Creo que es tarde –hago una mueca– Debo dejar unos papeles en la agencia y recoger algunas cosas –señalo a mi hijo– ¿Puedes cuidarlo? –pido.

– Claro, no es problema –sonrie entusiasmado.

– Gracias –beso su mejilla en forma de despedida.

Camino hacia mis hermanos esperando no encontrarlos en situaciones acarameladas. Llegó junto a los equipos quienes se callan al verme llegar junto a ellos.

– ¿Qué pasa Lex? –cuestiona Alek.

– Voy a dejar unos papeles a la agencia y de paso busco unas cosas –informo– ¿Entrego los informes de ustedes? –pregunto hacia Claire, Meyer y Scott.

– Claro, están en el auto de Dax –contesta Meyer.

– Okey, nos vemos luego –camino fuera del jardín queriendo salir lo más pronto posible de allí.

Caminamos hacia el auto en silencio, ninguno de los dos se atreve a romper el cómodo silencio que hay entre nosotros. Llegamos al auto de Dax, desbloquea las puestas, saca las carpetas y me las entrega cerrando con seguro el Mustang.

– No creas que no noté como lo mirabas –cruza los brazos alzando una ceja.

– Hay cosas que no cambian –mantengo la vista sobre mis zapatos.

Escucho el suspiro que sale entre sus labios y al instante tengo sus brazos rodeando mi cuerpo. Correspondo al abrazo dejando mi frente sobre su pecho cerrando los ojos.

– La desición que tomes piénsalo muy bien, puede que después no puedas cambiarla –susurra besando mi frente.

– Gracias por todo Dax –abro los ojos con la vista borrosa por las lágrimas acumuladas.

– Te quiero preciosa –coloca una de sus manos en mi mejilla en señal de apoyo.

Beso su mejilla y volteo en dirección a mi auto secando las lágrimas traicioneras. Desbloqueo las puertas, subo dejando las carpetas en los asientos de atrás y apoyo mi cabeza en el volante derramando las lágrimas que me quedan.

Los sollozos se escuchan dentro del auto como si fueran un pedido de auxilio. Durante 8 años me guarde las cosas que sentía y ahora que por fin terminó todo puedo liberar las lágrimas que tuve acumuladas por mucho tiempo.