© DEMONS [#1 de la serie Spideychelle]

010 | DEMONS

Michelle guarda su teléfono y se dirige con Peter.

— Siento eso, es que un amigo, tuvo una emergencia — miente Michelle con facilidad a pesar de que Peter probablemente sabe que solo tiene un amigo.

— Está bien — dice él, ambos paran de caminar y observan que llegaron al salón de química — gracias por acompañarme — dice Peter algo nervioso, una de las primeras veces que hablaba con Michelle y no era lo que esperaba.

— No hay de que — responde ella con más tranquilidad, adentrándose al aula, decidió ignorar eso y a Peter por el resto de la clase, no toda su semana iba a estar centrada en él. 

Así que para dejar de pensar en eso, empezó a pensar sobre la clase, la cual detestaba, en serio detestaba química, o bueno, no lo detestaba, sino a sus compañeros, todos nunca cerraban la boca y debido a eso tenía que sentarse hasta el frente, ya ahí, saca una libreta y una pluma, todavía no llegaban todos, y tardaría al menos cinco minutos empezar la clase.

Empieza a pensar que dibujar.

"Arañas, arañas, arañas..."

Estúpida voz, ni siquiera hacer dibujos mediocres la dejaba, aunque al parecer ya estaba acostumbrada, había pasado noches enteras escuchando a esa voz, esa molesta y tonta voz, Michelle seguía creyendo qué tal vez alucinaba y no tardarían en meterla en un manicomio, no le entusiasmaba la idea, pero para su punto de vista, si eso sucediera no habría manera de evitarlo o, tal vez, solo tal vez en lo que Michelle consideraba un universo paralelo lo de la steatoda era verdad y ella era algo así como la versión femenina de Spiderman.

Y sin darse cuenta, había creado el logo de una araña, algo asustada de no haber hecho ese dibujo en sus cinco sentidos, lo arranca de la libreta y lo mete a su mochila, suspira y recarga su cabeza en el escritorio.

"Quedó linda"

— ¡Gracias, gracias, gracias! — dice Kenya llegando a su lado — te juro que no te arrepentirás.

Michelle levanta su cabeza y la ve.

— Pues lo espero, porque no planeo desperdiciar mis tardes en vano.

— Y no lo harás, oh por cierto — Kenya esboza una gran sonrisa — te tengo otra gran noticia, conseguí que Harry Osborn te hablará.

Michelle abre los ojos en grande y pone una expresión algo molesta — Kenya, no te pedí que hicieras eso.

— Si, bueno, pero ahora no te puedes negar porque viene hacia aquí en menos de cinco segundos, así que, suerte — dice ella tomando su mochila y yéndose del lugar de Michelle.

Ella suspira y dirige su mirada hacia el frente, lo que le faltaba, de pronto siente una presencia a lado suyo, al igual que unos ojos sobre ella, no tardo en darse cuenta que seguramente era Kenya.