Shangri-la

Capítulo 7: Emboscada

La tensión que había en el ambiente podía cortarse con un cuchillo oxidado y sin filo alguno. El grupo de errantes no era bien recibido en Malpaís; incluso contando con el apoyo y la protección de Martillo y a pesar de la supuesta importancia de su visita, tuvieron que evitar a toda costa la plaza donde se reunían algunos trabajadores para comer, como si de un comedor se tratara, durante el mediodía y comer en el despacho de la líder de la Legión. Aquella medida ya no era tanto por su seguridad sino por la incomodidad de la situación. Ninguno de los que antaño compartieron mesa junto a sus hermanos se atrevía ahora a mirarlos a la cara, no al menos sin antes demostrar su arrepentimiento y su valía de nuevo. Incluso Ada, quien no tenía nada que ver con lo que ocurrió en el pasado, se sentía incómoda con esa tensión. Todos los moradores del asentamiento tenían sus ojos puestos en el grupo y, si las miradas matasen, los cinco caerían fulminados ante ellas, incluyendo a la joven francotiradora.

-Cualquiera diría que hemos vuelto a casa-dijo Gina con sarcasmo para romper el hielo. Tras su reunión con la comandante nadie se atrevió a decir nada al respecto. Solo querían dejar pasar el tiempo y terminar los preparativos para partir hacia NeoLab.

-Esta dejó de ser nuestra casa hace mucho, Gina-respondió Xander de manera brusca.

-A mí lo que me apena es que Ada también esté pagando por nuestros errores, cuando no tiene nada que ver-susurró Nika para que la pequeña no escuchase sus palabras, aunque no estuviese prestando atención a la conversación. La francotiradora estaba más centrada en devorar la comida que en lo que ocurría a su alrededor-. Ella bastante tiene con tener que volver al lugar del que se escapó, y lo único malo que ha hecho es acompañarnos hasta aquí para salvarnos el pellejo.

-¿Crees que Martillo estará sospechando de ella?-preguntó Gina con el mismo tono de voz, llena de interés y preocupación.

-Desde luego que está sospechando, y no solo de ella-contestó Eric-. No es tonta, y ahora mismo estará tratando de entender cómo es que tenemos tanta información del enemigo y si somos una amenaza para la Última Legión. Nos ha encargado a nosotros que nos infiltremos precisamente para ganar tiempo. Sabe cómo jugar las cartas que tiene en su poder y nos envía a nosotros para saber qué información podemos sacar de ahí y así tener claro si estamos intentando traicionarles de nuevo o si realmente podemos llegar a serles de utilidad.

-Pues ya me diréis cómo podríamos estar traicionándola entregándoles información de sus enemigos-comentó Gina sin comprender a dónde quería llegar su compañero.

-Podríamos habernos cambiado de bando el día que ayudamos a tumbar el fuerte. Nadie de aquí sabe cuál fue el acuerdo al que llegamos con NeoLab y no me extrañaría que pensasen que eso era lo que buscamos cuando nos fuimos-explicó Nika-. Además, que formemos parte de NeoLab explicaría que Ada tenga tantos conocimientos sobre cómo funciona su base de operaciones.

-Pero imaginemos que estamos con NeoLab. Entonces, ¿qué beneficio sacaríamos de darles información al enemigo para que vengan a atacarnos?-preguntó Xander, quien tampoco terminaba de entender nada de lo que estaban diciendo.

-Porque les estaríamos dando justo lo que nos interesaría que supieran para que se confíen y lancen un ataque contra nosotros-contestó Eric, cansado de darle vueltas al asunto. Solo quería terminar la conversación y zanjar el tema-. Por eso Martillo no termina de confiar en nosotros, porque sabe que seríamos la baza perfecta de NeoLab para atraer a la Legión a su territorio. Si fuésemos soldados suyos, ¿crees que tendríamos la menor importancia dentro de su organización? Seríamos unos simples peones a los que enviar a una muerte certera. Les daría igual que nos matasen aquí o que nos matasen en el campo de batalla. Ellos tampoco confiarían en nosotros porque ya habríamos cambiado de bando una vez, y podríamos volver a hacerlo.