Xiao estaba en el sofá frente al televisor, entre sus manos tenía una taza de café, que bebía de a poco mientras prestaba atención a las noticias. Eunseo llegó a su lado, dejando en la mesita de centro un plato con galletas tomó asiento, observando también la televisión.
— Dios mío, pobre personas, — lamentó Xiao. Últimamente habían ocurrido varios terremotos y otros desastres naturales en distintos lugares del mundo.
— Sí, es increíble el daño que causa la naturaleza, ¿Escuchaste que en Japón ocurrió un terremoto y más encima estaban a la espera de un tifón? Eso sí es mala suerte. — comentó Eunseo.
Xiao rodó los ojos ante el comentario tan en 'broma' de su novia, Eunseo nunca mostraba seriedad en nada. — Cariño, quizás no deberías ir a realizar tus actividades ésta semana, me da miedo que algo así pueda pasar en el país, están ocurriendo demasiado seguidos. — le pidió.
Ahora fue el turno de Eunseo de rodar los ojos con fastidio, — Bebé, Corea es seguro en cuanto a los sismos, casi nunca ocurre algo como eso acá, además, sería mucha casualidad que pasará cuando en lugares cercanos ya han ocurrido. — dijo intentando tranquilizar a su chica, quién no muy convencida asintió.
Cheng Xiao esperaba que la pelirroja tuviera razón, pero algo en su pecho le empezaba a molestar.
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Dos semanas después...— ¿Estás segura que debes ir? — insistía la pelinegra, como por milésima vez desde la mañana.— ¿Porqué no te quedas en casa?
Eunseo echó su maleta en su auto y cerró el maletero, soltó un respiro y se dió vuelta hacia Xiao, quién la miraba con la esperanza de que Eunseo le hiciera caso. — Xiao, cariño, ya hablamos de ésto, no puedo cancelar actividades que están planeadas desde hace semanas y menos, por un presentimiento tuyo.
Xiao se molestó frente a lo último, entendía lo que la pelirroja exponía, pero el malestar en su pecho le decía que algo malo estaba por pasar y lo único que quería era proteger a su novia.
— Bien, ya me voy, — Eunseo besó a Xiao en forma de despedida, una que le dejó mal sabor a la pelinegra, — Nos vemos, te llamaré cuando llegue y cuídate, ¿sí? Te amo. — y se subió al auto, partió al instante perdiéndose entre las calles.
— y yo a ti. — susurró Xiao, deseando que aquel beso no fuera el último.
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Cheng tomó una frazada y su taza de café recién hecha, se dirigió al balcón y tomó asiento en la banca que había en éste. La noche estaba totalmente en calma, Eunseo había llamado hace 30 minutos y eso le tenía un poco más tranquila, sin embargo no del todo. Observó el cielo nocturno, estaba inusualmente más cubierto de estrellas que en otras ocasiones, ya que en Seúl por la iluminación artificial y los edificios no se podía apreciar siempre las estrellas en el cielo.
La pelinegra bebió otro sorbo de su café, cerró los ojos deleitando el delicioso sabor de la bebida, cuando un casi imperceptible movimiento en aumento la hizo abrir los ojos de golpe. La taza de café golpeó el suelo rompiéndose de inmediato, mientras la pelinegra se quedó totalmente paralizada, no recordaba haber vivido la experiencia de algún sismo y la verdad, es que hubiera preferido nunca vivirla, el miedo que la invadía era horrible.
Y aún más cuando en menos de tres minutos un nuevo sismo sacudía al país. Xiao ésta vez terminó en el suelo, cubriéndose su cabeza rogando que se detuviera, con las lágrimas cayendo por sus mejillas.
No sabe cuánto duró, pero cuando pudo notar que quizás ya no pasaría nada más, Xiao abrió sus ojos levantándose lentamente aún con el miedo en su cuerpo, Seúl quedó a oscuras debido al sismo, se oía las bocinas de los vehículos, las voces de las personas murmurar y los gritos de otras, así como los llantos. Xiao sólo pudo abrazarse a sí misma, intentando contener las lágrimas que querían volver a salir.
Entre el shock y el miedo, vino a su mente Eunseo y con desesperación intentó buscar entre la oscuridad su teléfono, qué agradeció infinitamente cuando de la nada empezó a sonar, alguien la llamaba. Corrió en dirección al sonido, encontrándolo sobre el sofá.
— ¿Sí? — contestó a duras penas, sin siquiera mirar quién era.
— ¿Xiao, amor?— y la nombrada pudo respirar con una pizca de tranquilidad.— Soy Eunseo, ¿estás bien?
— Sí, muy asustada. — logró responder, contener las lágrimas era difícil.
Eunseo suspiró, — Debí haberte escuchado amor y quedarme en casa. — se lamentó, — Me alegra que estés bien, por favor cuídate mucho, veré qué tal estará todo por la mañana e intentaré volver lo más pronto posible.
Xiao asintió, al segundo recordó que la pelirroja no podía verla — Tú también por favor, cuídate, cuando vuelvas hazlo con cuidado.
Y la llamada fue finalizada, la pelinegra volvió al balcón, observando a su alrededor, sus vecinos escuchaban la radio de algún teléfono supuso Xiao, ya que por el sismo la electricidad se había ido y sólo por buena suerte, no se habían dañado la señal de los teléfonos. Alcanzó a escuchar que los efectos del terremoto no habían sido tan gigantes, o eso se sabía hasta el momento, obviamente no era algo seguro, ya que apenas y habían pasado quizás unos minutos de lo ocurrido.
La pelinegra volvió a ingresar al departamento, fue a su habitación y guardó un par de cosas en una mochila, llamaría a Meiqi para saber qué tal estaba ella y Xuanyi, y para pedirle quedarse con ellas hasta que volviera Eunseo, tenía mucho miedo como para estar sola en su departamento. Mientras buscaba el contacto de su amiga, se percató que el malestar en su pecho se había ido, y Xiao se sintió agradecida con que ella y su novia estaban sanas y a salvo, sólo quedaba volver a estar juntas, pero la pelinegra esperaría, lo peor ya había pasado.
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One Shots WJSN
FanficHistorias de distintos shipps de Cosmic Girls (WJSN) #2 en WJSN - 070522 #1 en Cosmic Girls - 080620