Lecturas de escape

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Tratando de hacer un esfuerzo para salir de mi depresión, decidí retomar mi pasión por la lectura. Volver a sumergirme en el mundo de la fantasía, de historias mágicas y fantásticas que nada tuvieran que ver con mi realidad ni con mi trabajo. Bien dicen que cuando uno está enfermo busca aquellas cosas que lo aliviaron de niño, es decir, que ocurre una especie de "infantilización" en esos casos... Así que comencé a tratar de mantener mi mente ocupada, ya sea con la lectura o con música para no pensar, para no escuchar esa voz en mi cabeza que a veces me dice que no soy nada, nadie, que me hace sentir que soy un fracaso...

Un día al salir del hospital donde estoy haciendo una especialidad (que debo reconocer, no es lo que yo había pensado para mí este año), me dirigí hacia la biblioteca municipal que estaba en mi localidad; hacía bastantes años que no pasaba por ese lugar _ desde que estaba cursando las materias para ingresar a la facultad_, por falta de tiempo, ya que sólo podía leer el material de estudio en ese entonces.
Una vez dentro del lugar, le pregunté al encargado dónde podía encontrar novelas, sobre todo el género de novela histórica, o libros sobre mitología griega, ¡me fascina leer ese tipo de cosas! Siento que al leer puedo olvidar todo...todo lo que soy, todos mis fracasos, todos mi problemas...

Una vez que el encargado de la biblioteca me indicó el sitio que ocupaban las lecturas de mi interés, me encaminé hacia allí. Estuve un buen rato caminando entre las largas estanterías, recorriendo con mis dedos los lomos y las cubiertas de los desgastados libros, mirando los títulos, para ver si encontraba algún libro con el cual distraerme por unos días. Pasaba mi mirada rápida y superficialmente por aquellos libros, cuando uno de ellos logró captar mi atención: se trataba de un ejemplar que aparentaba ser bastante antiguo comparado con los que se solían encontrar en ese estante; es más, ¡se podría decir que era el libro más viejo de toda la biblioteca!
Poseía una cubierta de cuero de color bordó, que antaño debía de haber sido brillante, y ahora lucía opaca y descolorida; el hilo de la encuadernación estaba un tanto deshilachado, probablemente por el transcurso de los años, y las letras doradas grabadas en el lomo de dicho libro, parecían haber ido desapareciendo poco a poco con el tiempo.
Para satisfacer mi curiosidad, tomé el ejemplar para observarlo de cerca; se podía leer el título dificultosamente, el cual rezaba: "Mitología griega", con restos de letras de un color dorado cuyo brillo se había apagado hace ya mucho tiempo.
Me dirigí hacia una de las mesas que están dispuestas en el salón principal de la biblioteca, para almorzar algo ligero mientras disfrutaba de hojear aquel libro que tanto había llamado mi atención; tenía unas 2 hs para hacer tiempo hasta entrar en otro de mis trabajos, y sentía que ése momento era el adecuado para leer un poco; de esa manera, también evitaría que mi mente divagara por aquellos sombríos terrenos de la depresión.
Tomé el libro entre mis manos; su cubierta se sentía un tanto áspera al tacto debido al polvo acumulado por la falta de uso (y obviamente de limpieza y cuidado de los encargados del lugar), y limpié la misma con un pañuelo de papel; acto seguido, abrí el libro. Desprendía un aroma a lo que comúnmente se conoce como “aroma a libro viejo" que me hacía recordar mi infancia, cuando caminaba entre los pasillos de la biblioteca escolar; sus páginas eran amarillentas, de color amarillo ocre, y cada vez que daba vuelta alguna de ellas una nubecilla de polvo era despedida, lo cual me provocaba estornudos.
Y así pasó la tarde, entre los mitos de la gigantomaquia y la titanomaquia, el mito del nacimiento del mundo y los dioses olímpicos; entretenida con esos relatos no sé en qué momento me quedé dormida, producto del cansancio acumulado y el estrés que había vivido todo ese tiempo, y cuando me desperté ya era bien entrada la tarde.
_¡Por Dios!¡Me quedé dormida leyendo!!_ , exclamé sobresaltada.

Miré mi celular para ver la hora, ya era muy tarde, y tenía varias llamadas perdidas de mi trabajo, por lo que tuve que llamar y avisar que había tenido un inconveniente por el cual no había podido concurrir.

_¡Qué vergüenza,por Dios!... ¿Cómo fue qué pasó esto? Tengo la cabeza quemada... _, dije con resignación ante mi realidad. _Pero, ¿qué es esto?_ .

Fue en ese momento en que ví un extraño símbolo en las páginas del libro, del cual comenzó a brotar un resplandor dorado que iba aumentando de intensidad más y más, mientras se escuchaba de fondo un zumbido ensordecedor y un viento se desató en el salón principal de la biblioteca; todos los acontecimientos llegaron al punto en que el resplandor dorado se convirtió en una luz cegadora, el zumbido ya era insoportable y el viento se había transformado en una corriente que me absorbía atrayéndome hacia su fuente de origen: el libro...
Y toda la realidad que conocía se esfumó en un instante.

CONTINUARÁ...

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Dónde estás tú...? (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora