Suplantación

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Los días y semanas anteriores habían transcurrido en relativa calma, a pesar de que en el fondo de su corazón,  Natalie todavía se sentía algo inquieta por esa sensación opresiva que había tenido, y que le recordaba que, de alguna manera, el peligro estaba cerca.
Ásmita también se encontraba algo intranquilo, sobre todo porque una noche, mientras descansaba con Natalie entre sus brazos,  había percibido fugazmente un cosmos, que identificó como perteneciente a aquella espectro que había sobrevivido a la Guerra Santa y que había tratado tantas veces de dañar a la joven médica. El caballero de Virgo apretó sus puños con fuerza y tensó su mandíbula; debía encontrar cuanto antes el lugar donde se ocultaba esa espectro y eliminarla de una vez por todas antes de que intentara lastimar a su familia. Haría lo que fuera para protegerlos. 
La noche siguiente, se dirigió furtivamente y vestido con su armadura dorada, hacia el lugar donde había percibido el cosmos de la espectro. Recorrió el sitio, cerca de las afueras de la ciudad; una zona bastante solitaria y con edificios relativamente más antiguos que los de la zona más céntrica. Caminó por las calles pavimentadas rústicamente, mirando detenidamente a un lado y a otro en busca de algún indicio o pista que lo ayudara a localizar a la espectro, o al menos que le diera una idea de qué era exactamente lo que había ocurrido la noche anterior para que esa mujer utilizara sus habilidades.
Continuó avanzando con pasos lentos y sigilosos, iluminado únicamente por la débil luz de la luna, hasta llegar a unos álamos que bordeaban las aceras y que llamaron su atención;  allí se detuvo por un momento para tocar la madera del tronco de uno de esos árboles, mientras cerraba sus ojos tratando de concentrarse. Sus largos y delgados dedos se deslizaron ligeramente por la corteza de aquel álamo, hasta que logró percibir algo: dos personas, caminando bajo la oscuridad;  sentimientos varios que se entremezclaban... Ásmita abrió sus ojos de repente, los cuales se posaron en las paredes de uno de los edificios situados frente a aquellos álamos, y se dirigió hasta allí; observó con detenimiento la superficie de la pared de ladrillos, que estaba a medio revocar y presentaba irregularidades. En una de las saliencias,  encontró un trozo pequeño de tela de color morado, parecía tratarse de un paño fino, de buena calidad; no parecía estar sucio o alterado por el paso del tiempo, y además poseía una ligera fragancia que parecía ser femenina.
El caballero de Virgo tomó entre sus dedos el fragmento de tela, y con esa misma mano, tocó la pared del edificio; nuevamente cerró sus ojos para concentrarse y encendió su cosmos,  aunque no al máximo, para intentar amplificar su percepción. Sintió las emociones de la persona a la cual le pertenecía ese trozo de tela: se trataba de una mujer,  que guardaba en su alma sentimientos muy intensos por su acompañante. Deseo,  pasión, placer... Y luego miedo, terror,  desesperación... Tantas emociones totalmente diferentes que se habían sucedido en tan solo un corto intervalo de tiempo.
Al abrir los ojos, Ásmita miró a su alrededor tratando de encontrar alguna evidencia del cuerpo sin vida de aquella mujer, que sin duda, había perecido a manos de la espectro, quien nuevamente había utilizado sus habilidades de cambiapieles...pero,  ¿con qué fin? Ése era el interrogante al que tenía que encontrar una respuesta.
Observando el suelo, pudo notar unas marcas en la tierra que estaba al pie de la árboles, como si hubieran arrastrado algo o a alguien, pero no encontró rastros del cadáver de la mujer.   Suspiró profundamente, y emprendió el regreso al departamento de Natalie; no quería que ella notara su ausencia, y tampoco deseaba preocuparla más aún, ya tenía su cosmos suficientemente alterado.  En su mente, se afianzaba el propósito de encontrar a la espectro lo más pronto posible, antes de que lastimara a su familia y de que continuara dañando a más personas.

***
En los días siguientes, Ásmita estuvo bastante atareado; entre su empleo en la escuela para niños invidentes, preparar las clases, ayudar en los quehaceres domésticos y además  planear la sorpresa por el festejo de los seis meses de vida de su hijo,  sumada a la que quería darle a Natalie, apenas si tenía tiempo suficiente para meditar y tratar de localizar a la espectro. Así que decidió hacerlo por las noches, para poder concentrarse mejor en el silencio nocturno y así detectar cualquier fluctuación en el cosmos de esa mujer.  Repitió la misma acción todos los días durante varias noches, pero no tuvo éxito, ya que ésta debe haberlo utilizado por un instante fugaz,  pero luego volvió a ocultarlo rápidamente con el fin de cubrir sus huellas. Pero esto era demasiado raro, ya debería haber percibido algo. Oh sí, lo que faltaba.
Tal vez  la espectro estaría utilizando algún material o un objeto para bloquear sus habilidades. Sin duda alguna, esa mujer sabía muy bien cómo evitar ser descubierta. Tendría que redoblar sus esfuerzos para localizarla. 

Dónde estás tú...? (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora