࿐𝐢𝐦𝐦𝐨𝐫𝐭𝐚𝐥s࿐ 𝐒𝐨𝐮𝐤𝐨𝐤𝐮/𝐒𝐡𝐢𝐧 𝐬𝐨𝐮𝐤𝐨𝐤𝐮 |𝐅𝐢𝐜𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫2019

XXVIII. Montar

Dazai y Chuuya ya eran pareja de hace un tiempo, pero, nunca lo habían celebrado como corresponde, por lo que, luego de enterarse del romance entre Mori y Fukuzawa, aprovecharon la felicidad del momento para pedirles unas "vacaciones".

Y así lo hicieron, terminaron viajando al campo, muy aislados de todo, donde solo eran ellos contra el mundo.

Habían muchos animales, los cuales se llevaban muy bien con Chuuya, al contrario que con Dazai, a quien, los patos lo perseguían, las gallinas le picoteaban, el toro casi le mata, las vacas le miraban feo y un caballo le pegó una patada.

Todo tan hermoso.

Ahora Chuuya le estaba poniendo hielo por la patada del caballo.

-¡No me volveré a acercar a esa bestia! Casi me mata

-Mejor para ti, ¿no? Después de todo, quieres morir.

-Si, ¡Pero no así!

Dazai estaba quejándose recostado en el sillón, quien había accedido a ir al campo porque a Chuuya le encanta ese ambiente.

¿Es normal que hasta una oveja se aleje de él?

Porque si, en la mañana cuando alimentaban a los animales, se encontró con las ovejas, no estaban peluditas por ser verano, aún así quiso acariciarlas, pero salieron corriendo dejándole con la mano extendida.

Y un ojo morado, bueno, ese fue el caballo.

El toro lo intentó matar, pero, por lo menos sin dañar su hermosa piel. No había duda que el caballo ese, era su mayor enemigo.

¡Hasta quiere robarle a SU novio!

-Iré a montar a caballo un rato, déjate el hielo en el ojo.

-Ya me cambias por otro...

-Deja de decir estupideces.

-Pero el ojo se me está congelando...

-¡Dejatelo así a menos que quieras seguir con ese ojo hasta mañana!

Supuestamente el antiguo dueño de la "granja no granja" donde se estaban quedando, había muerto, o al menos eso les dijo Mori, por eso los dejaron quedarse ahí por unos días.

Aunque ya se estaba arrepintiendo de cierto modo.

¡Él quería estar solo con su novio pero se la pasaba de un lado a otro cuidando a los animales y cultivos!

La noche anterior, se metió un conejo a la casa y ¡Chuuya lo hizo dormir con ellos! Hasta lo adoptó igual que a todos los otros animales, poniéndole hasta nombre.

Dazai quería ponerle "Canelita" pero Chuuya le puso "esponjoso" .

<<Ni esponjoso era esa bola con patas>> pensaba Dazai, enojado y aburrido, aún con el hielo en su ojo.

El conejo se le acercó y empezó a saltar en su estómago, sacando quejas de este, quien se volteó botando al esponjoso de paso, el mismo quien segundos después volvió a subirse sobre él para ahora saltar en su espalda.

Definitivamente, le estaba ganando un odio a los animales.

¡Hasta las ovejas del día anterior eran más bellas! Pues fueron las más comprensivas y no le hicieron daño.

-Llegué, sigues con el hielo, ¿cierto?-Preguntó Chuuya, entrando definitivamente, viéndole raro por tener al conejo sobre su espalda.

-¿Qué le hiciste a esponjoso?

-¿Qué crees que le voy a hacer? ¿cocinarlo? Porque si es así, lo hago gustoso.

-¡Claro que no, idiota! Está súper tranquilo, contigo.

-Si le dices tranquilo a que me salte encima..

-Así muestra su amor.

Definitivamente, Chuuya era un animalista de cojones, pero bien que comía esos pollos o carne.

-Estoy aburrido...

-Solo porque has estado cuidando bien de esponjoso, ¿Qué te parece si nos divertimos?

Eso hizo que Dazai, quien aún estaba acostado, se sentara de un golpe mirándole, había esperado tanto por ese momento.

-¡Eso ni se pregunta! Al fin dices algo inteligente, enano.

-¡Todo lo que digo es inteligente, desperdicio de vendajes! Y entonces, ¿quieres montar?

Dazai se sonrojó levemente, no se esperaba que Chuuya fuera tan... Atrevido.

-¿¡lo... Lo dices en serio!?

-¿Por qué no lo haría? Mañana vamos a montar a caballo.

Si, ese si era Chuuya.

Lástima.

-¡No me subiré a esa bestia!

-¡No es una bestia! Es mi caballo.

-¡Pero no lo montaré! ¡solo te monto a ti!

Chuuya se sonrojó levemente, pero aún así siguió alegando, tal vez no lo hubiese obligado, pero ahora sí, porque Dazai estaba diciendo cosas muy pervertidas frente al niño, alias, esponjoso.

-¡Deja de decir estupideces, vas a montar porque vas a montar!

Y así Dazai terminó con su otro ojo morado y una que otra costilla rota.

Ah, y con un conejo saltando sobre él.