Atsushi era nuevo en la escuela, por lo que necesitaba alguien que le mostrara la instalación.
¿Qué mejor que el chico antisocial de la clase?
Nada que el presidente, la persona más amable o sociable.
El más antisocial, así hacían que este se viera obligado a estamblar una conversación y como el alumno nuevo no conoce su personalidad, tal vez puedan hacerse amigos, lo que provocaría que el inadaptado se acostumbre más facilmente.
Matando dos pájaros de un tiro.
Atsushi estaba en la entrada esperando impacientemente a que llegara quien le mostraría el lugar, ya habían pasado cerca de diez minutos desde que empezaron las clases y aún no habían señales de vida de esa persona. Realmente no quería perderse la primera hora, pero tendría que hacerlo si es que al menos quería encontrar su aula.
Y finalmente, como si el mundo lo escuchase, a lo lejos apreció a un chico de cara de pocos amigos acercándose hacia él. Parecía como si lo fuera a matar en cualquier momento.
No sabía si estar feliz o asustado.
Aunque le dijeron que no había que juzgar a las personas por su apariencia, así que se quedó ahí esperando a que el chico llegara y ocurriera lo que tenga que pasar.
-Camina.- Fue lo único que le dijo el chico, para seguir avanzando.
Nada que hola ni presentaciones.
Eso hizo que Atsushi se cuestionara enormemente si era el que le ayudaría o un psicópata.
Aún así le siguió.
-La sala de artes- se limitó a decir, apuntando a una puerta.
Y es que así habían estado de hace un esto, el chico se limitaba a decir qué cosa era cada una, nada que sacar temas de conversación e ignoraba cuando Atsushi intentaba hacerlo, algo que realmente le ponía incómodo.
-Y, ¿cómo te llamas?
Sí, ni siquiera su nombre le había dicho.
-¿Realmente te importa? No confundas las cosas, solo te estoy ayudando porque fue una obligación.
Y ahí el mundo de Atsushi se derrumbó, creyó que podría hacer un amigo, realmente una lástima.
-Lo siento, creí que... Podríamos ser amigos, ya sabes....
<<entre dos inadaptados nos entendemos>> Quería decir, pero se aguantó las ganas porque el otro se molestaría más de lo que está.
Y es que se sentía a leguas que el pelinegro era bastante antisocial, mientras que Atsushi simplemente era tímido pero muy buena gente.
-Creo que otro sería mejor.
-Pero yo quería ser amigo tuyo...
Creyó que solo lo pensó, pero, al ver la cara del contrario, se dio cuenta que lo dijo en voz alta.
-Akutagawa Ryunosuke
-¿Eh?
-Ese es mi nombre.
Eso sorprendió mucho a Atsushi, pero le hizo sonreír.
-Soy Atsushi, Atsushi Nakajima, espero podamos ser amigos, Ryunosuke.
-Tal vez, pero no me llames por mi nombre, Jinko.
_¿¡Eh!? ¿Jinko?
-Solo calla y sigue caminando, antes que me arrepienta.
Y ahí tal vez, haya empezado una extraña amistad entre dos inadaptados, cada uno a su manera, claro.
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࿐𝐢𝐦𝐦𝐨𝐫𝐭𝐚𝐥s࿐ 𝐒𝐨𝐮𝐤𝐨𝐤𝐮/𝐒𝐡𝐢𝐧 𝐬𝐨𝐮𝐤𝐨𝐤𝐮 |𝐅𝐢𝐜𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫2019
أدب الهواةReto de 31 días, 31 historias diferentes sobre estas hermosas parejas.