Luna Nueva (PENDIENTE HASTA NUEVO AVISO)

CAPITULO 9. LA VERDAD SOBRE LA PRINCESA

Plut llegaba a aquel pasillo donde siempre la recibía la guardiana del caldero, siempre se había preguntado a dónde iba cada vez que desaparecía. Plut observó la negrura del universo, enmarcado por la luz multicolor del caldero; aquel caldero donde nacían y morían todas las semillas estelares, todas las estrellas del universo. ~Algún día regresaré a este lugar...todas lo haremos...Pensó Plut.

Ya había llegado hasta la entrada solitaria con altas columnas de color marfil, ella siempre llegaba hasta ese punto , pues la guardiana del caldero siempre aparecía delante de ella, ahora que lo pensaba, nunca había cruzado del otro lado de las columnas, sólo había un metro más de camino y después el vacío.

~¿Hola? Gritaba Plut, aunque no había eco, su voz era callada al instante. ~El rey del reino Solar me ha mandado, necesita hablar con la guardiana madre...Decía Plut preocupada, nunca había pasado que estuviera allí tanto tiempo sin ser recibida por la guardiana.

Plut suspiró, atravesó aquel marco y fue asombroso, de pronto se encontró en un lugar lleno de flores amarillas, al fondo un palacio enorme con altos pilares blancos y cristalinos, como si fuera hecho de cristal opaco; Plut camino hacía la entrada con cautela, cruzando aquel jardín de brillantes colores, no había nadie alrededor.

La puerta de cristal, estaba entre abierta. Plut la empujó delicadamente, al abrirla un enorme espacio se abría delante de ella, unas escaleras al lado derecho que abría la posibilidad de un segundo piso, frente a ella una pequeña mesa rectangular con un florero y más de aquellas flores amarillas.

~¿Tú quién eres? Decía una voz desde arriba de las escaleras. ~¿Qué haces aquí?

Plut se sobresaltó, subió la mirada y una chica alta de cabello verde con mechones dorados la veía fijamente, traía un traje de color rojo y un báculo en la mano.

~Y-yo...lo siento...Decía Plut torpemente.

De pronto la guardiana del caldero salía detrás de la chica del báculo. ~Plut! Decía desconcertada.

Plut suspiró con alivio.

~Tranquila Phi...ella es Plut, guardiana de los reyes...Decía la guardiana a la chica de cabellos verdes. ~Puedes ir al jardín...yo estaré al pendiente...Decía la guardiana.

Phi asintió, había angustia en sus ojos, bajó las escaleras y pasó a un lado de Plut.

~¿Qué sucede? Decía Plut preocupada.

~Plut...lamento que hayas llegado hasta aquí...pero no llegaste en un momento adecuado...voy a tener que pedirte que regreses y vuelvas en otro momento...Decía la guardiana bajando las escaleras.

~No puedo regresar sin ver a la guardiana madre...los reyes me mandaron...es de urgencia...Decía Plut con severidad.

~La guardiana madre no se encuentra en condiciones de recibir a nadie...Decía la guardiana tomando el brazo de Plut y haciendo que su cuerpo se girara para la puerta, invitándola a salir.

Plut se soltó del agarre de la guardiana. ~No comprendes...Apolo y Galaxia llegaron muy heridos a la Luna...estaban envenenados...creemos que es con Itamo real...Decía con desesperación Plut.

La guardiana se quedó quieta sus ojos se abrieron. ~La Itamo real ha desaparecido...lo que ha provocado eso es más grande...Decía ausente la guardiana.

Plut sintió un balde de agua fría. ~¿Tú sabes algo? Decía Plut inquieta.

La guardiana miró a Plut a los ojos y negó con la cabeza. ~La guardiana madre llegó hace poco en estado catatónico...está estable...pero no despierta...nadie puede tocarla...