Epílogo.

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— Te ves nervioso — Comenta Yuto  escuchando la respiración errática del azabache.

— Estoy seguro de que va a negarse —  Le responde tomando sus cabellos jalándolos un poco causándole un pequeño malestar.

— ¿Cómo puedes estar seguro? —  Le recrimina haciendo una expresión burlona.

— Apenas tenemos tres meses conociéndonos, va a decir que es muy pronto —  Le reprocha haciendo un puchero.

— Eres más idiota de lo que pensé —  Le responde para después continuar mordisqueando el caramelo que  estaba dentro de su boca.

 — No soy idiota, solo me conozco demasiado y sé que nada sale como lo planeo, soy como un amuleto del anti-éxito —  

Yuto comenzó a reír tapando sus labios evitando que el dulce no saliera volando por los aires.

— Confirmo, eres idiota —  Le aseguró antes de ponerse de pie para comenzar a caminar encaminándose a la entrada de su facultad.

El azabache le sigue no sin antes fulminar con la mirada al moreno mientras este se encontraba de espaldas. Se adentraron en el aula para tomar  su última clase en total silencio al notar que el maestro ya había llegado.

El tiempo pasaba tan lento que Wooseok sentía que envejecía mientras que el profesor escribía unas ecuaciones que definitivamente no haría.

Tomó su móvil observando la imagen del castaño que tenía como fondo de pantalla e inconscientemente esbozó una sonrisa que se borró al recordar lo complicado que sería llegar al final del día sin arruinar ninguna de sus planeaciones.

La clase llegó a su fin cuando el maestro ordenó que dejaran las hojas con la ecuaciones resueltas sobre su escritorio antes de retirarse.

— Me debes una grande —  Le dice Yuto cerca de su oído a lo que el castaño le observó extrañado, — Respondí los problemas dos veces en hojas separadas y le puse tu nombre a una porque sabía que no ibas a hacer nada —  Concluye dejando los papeles sobre la mesa.

— Bro... —  Decía el azabache poniendo una mano en su pecho haciendo que Yuto rodara los ojos y comenzará a andar.

Salieron del salón caminado a la par apresurando el paso una vez cruzada la salida de la facultad.

— ¿En dónde lo citaste? —  Pregunta Yuto tomando su teléfono para marcar el número de Hyunggu.

— En la torre Namsan — 

— ¿Compraste el candado? —  Cuestiona recordando lo despistado que podía ser el azabache.

— Lo compré desde la semana pasada —  Le asegura mientras sacaba de su bolso el paquete con el candado color rosado pastel, el color favorito del castaño.

Yuto le miró complaciente antes de continuar caminando hacia el lugar establecido.

Por otro lado, Hyunggu observaba desesperado al castaño que sencillamente caminaba estrepitosamente lento admirando detenidamente los árboles y los puestos de comida con una sonrisa dibujada en su rostro.

— ¡CHO JINHO! — Gritó Hyunggu molesto al notar que el castaño se detuvo a observar unas flores.

— ¿Me pedirá que sea su novio? — Le preguntó cómo respuesta a su amonestación.

— No lo sé, pero sí es así deberías apresurarte porque sólo te quedan diez minutos — Le recriminó sin dejar de verlo a los ojos.

Tomó su mano exasperado y comenzó a arrastrarlo por la calle atrayendo la mirada de varias personas mientras que el castaño sólo se dejaba llevar.

El chico de la sombrilla roja (Wooho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora