Juntos De Nuevo

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 ANA

Dolía como jamás había dolido, si he tomado muchas veces pero jamás tanto como anche, y me habían dado resacas pero no como esta, me dolía todo el cuerpo y músculos que no sabía que existían, la espalda, la entre pierna y todo lo demás, me moví en la cama cuando sentí un peso a mi lado, se me olvido por completo mi malestar y abrí los ojos de par en par para ver una espalda ancha que jamás olvidaría, un tatuaje por el que mi lengua había pasado tantas veces y unas pequeñas marcas que reconocería como mis uñas, me moví otro poco más en la cama y lo que vi me dejo helada, en mi dedo anular derecho tenía una argolla dorada que brillaba intensamente y me sentí morir, gemí y seguí moviéndome

-    Si no te quedas quieta tendremos problemas- dijo Cristian con vos ronca

-    Yo – dije incomoda

-    Quédate quieta porque no se tu pero yo quiero dormir todo el día

-    Cristian – grite aunque mi cabeza lo lamento

-    Ana estás haciendo mucho ruido

-    Puedes mirarme y ver tu maldita mano derecha – dije maldiciendo

Cristian se levantó despacio y se sentó en La cama mirando su mano derecha, una pequeña sonrisa salió de sus deliciosos labios

-     Vaya – dijo sonriendo – no me lo imagine así

-     De qué demonios hablas

-    Deja de gritar que a mí también se me está cayendo la cabeza en pedazos- dijo mirándome-y en este momento el corazón y mi orgullo de hombre también

-    ¿Por qué?– dije más calmada y acomodándome a su lado

-    Uno porque no recuerdo lo que hicimos anoche- dijo mirándome- y dos porque tus gritos y maldiciones me dicen que te arrepientes- dijo mirándome dolida

-    Si – dije mirándolo fijamente- me arrepiento – dije molesta

El bajo la cabeza, dolido y trato de salir de la cama

-    Pero de lo único que me arrepiento es de no recordar nada – dije mirándolo

Cristian se sentó de nuevo y me miro a los ojos

-    Estas hablando enserio – dijo mirándome

-    Te amo – dije sinceramente- te amo y siempre te he amado

-     Oh dios Ana- dijo abrazándome fuertemente- te amo como nunca he amado a nadie

Empecé a llorar fuertemente y el negó limpiándome las lagrimas

-    Lo siento – dije mirándolo dolida- siento hacer lo que hice hace tres años- dije

-    Amor Mírame a los ojos- dijo tomándome del mentón pero yo negué- mírame nena

Lo mire a los ojos aun con lágrimas en ellos

-    Te amo – dijo mirándome- eso jamás va a cambiar porque eres la mujer que siempre he amado en mi vida – dijo mirándome – sé que lo que hiciste hace 3 años fue producto de tu dolor como madre al perder a nuestro hijo pero lo que siempre será verdad es que siempre te amare- dijo

Lo abrace lo más fuerte que pude llorando en su pecho y sintiendo su corazón martillar

-    No sabes las ganas que tenia de volver a tenerte así entre mis brazos

Lo mire a los ojos con todo el amor que tenía en ellos y sonreí besándolo

-    Esta argolla se me hace conocida- dije mirando mi mano

-    Créeme que a mí también – dijo besándome- jamás olvidaría esta argolla

-    Creo saber quién planeo todo – dije riéndome

-    Les debemos mucho – dijo mirándome- pero ahora te pedí que no te movieras tanto en la cama porque tendríamos problemas

-    Cristian espera- dije riéndome cuando me acostó en la cama besándome de nuevo, pero mi sonrisa se borró cuando lo sentí totalmente despierto, lo mire a los ojos y me mordí el labio

Empezó besándome el cuello sacando de mi garganta pequeños gemidos, acaricie su espalda y gemí cuando metió uno de sus pezones entre sus labios, mordiéndolo y saboreándolo, arañe su espalda y jale su cabello, mordió duro mi pezón haciéndome gritar

-    Cristian – grite y gemí

-    Si nena – dijo mirándome a los ojos, sus ojos ya no estaban grises sino negros de pasión, gemí y me moví contra el haciendo que fuera más rápido, necesitaba fricción hace 3 malditos años no tenía esa deliciosa fricción que hacía que viera las malditas estrellas y el espacio completo, 

-    Necesito que vayas más rápido- dije desesperada

-    Espera nena – dijo tomándome de la cadera para que dejara de moverme- no puedo ir más rápido porque no quiero terminar antes de empezar- dijo besándome despacio

Gemí cuando dijo eso pero no me importaba nada, quería que me hiciera suya y que lo hiciera ya

-    Necesito que me folles Cristian – dije desesperada y el gimió – en este momento necesito que me folles, luego podrás hacerme el amor como quieras pero necesito que me cojas duro

No tuve que decirlo dos veces, el me tomo de la cadera entrando en mí, esto era el paraíso completo, me sentía en las nubes y en el infierno al mismo tiempo, Cristian se movía como poseído y yo movía mis caderas con el chocándolas, me tomaba de la cadera y besaba de paso mis pechos mordiendo mi pezones y apretándome más contra él, pero yo necesitaba más, necesitaba que fuera más adentro y más rápido no me iba a partir necesitaba mi liberación rápido

-    Cristian más rápido – dije gimiendo

El hizo lo que le pedí y tomo una de mis piernas colocándola en su hombro, esto hacia que fuera más profundo y me hiciera sentir Como hace mucho tiempo no me sentía, apreté sus hombros y grite tan fuerte que de seguro más de uno me habrá escuchado, pero era lo que menos me importaba en este momento, quería que Cristian me cogiera como hace mucho no lo hacía y lo quería ya

-    Ana nena no puedo más – dijo gimiendo en mi oído

-    Ya casi – dije gritando y moviéndome con el

Hizo algo que me dejo descolocada por completo, me levanto, salió de mí y me coloco en 4 haciendo que gimiera más fuerte y que mi cuerpo ardiera, antes de entrar en mi me dio una nalgada que me hizo sentir más caliente de lo que ya estaba, quería que fuera más rápido y él lo entendió, entro de nuevo en mi apretándome los pechos y moviéndose como de verdad lo necesitaba, dos estocadas más y me vine gritando su nombre como poseída, luego sentí un gruñido y algo caliente caer por mi espalda y entre mis muslos, Cristian cayó sobre mi sin dejarme su peso y yo caí en la cama sobre la almohada

Cuando me recompuse me moví y lo vi a los ojos, esos ojos que tanta falta me habían hecho y tanto amaba, 

-    Te amo – dijo mirándome a los ojos

-    Te amo – dije besándolo y besando su hombro

-    No me dejes de nuevo nena – dijo mirándome con dolor en ellos-

-    Perdóname – dije dolida- pensé que necesitabas una mujer que pudiera darte lo que jamás te daré- dije llorando

-    Eso jamás – dijo mirándome- solo te quiero a ti nena, sé que estás buscando a nuestro hijo, yo también lo hago y juntos podemos hacerlo pero siempre juntos nena  

Un Amor Entre El DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora