[D]3

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En cuanto hubo leído todos los mensajes no se pudo contener, tenía rabia, ¿Era posible que Kris le estuviera poniendo los cuernos aún después de seis años de matrimonio?. Apretaba con fuerza el celular en su mano, mientras comenzaba a recordar hacía dónde iba cuándo pasó el pequeño percance en moto; iba hacia la oficina de Kris, por que Victoria le había dicho que su marido se encontraba fornicando en su oficina con no sabe quien.

Huang se sentó en la cama con rapidez que le hizo doler de forma atroz el cuerpo, se volvió a acostar mientras boqueaba por el dolor; se llevó un brazo a los ojos y los tapó con el antebrazo ocultando lo acuoso que se habían vuelto sus ojos.

—¡Papá!¡Mei preparó Salmón!— Ren entró a la habitación, dejando abierta la puerta para que Mei ingresara con la bandeja y platos.

Los ojos de Ren fueron hasta la silueta un poco agonizante de su papá. Mei apareció con la bandeja pero se detuvo al ver a Ren estático en la entrada, la chica miró hacía donde el pequeño niño miraba y vio a Huang boqueando; se apresuró a dejar la bandeja sobre la cómoda y se acercó a él.

—Señor Huang...—murmuró, sin poder ver los ojos del hombre.

—Lo siento Ren, papá no se siente bien, puedes...¿comer solo por esta vez?— preguntó Tao a su hijo sin mirarlo a los ojos, escondiendo los propios bajo su brazo.

Ren asintió, sin ser consciente de que su papá realmente no le veía. Mei vio esa respuesta del pequeño.

—No se preocupe señor, yo lo llevaré abajo y comerá— dijo Mei caminando hacía donde dejó la bandeja.—Vamos MinKi— Mei tomó la bandeja he incentivo al niño a salir de la habitación, el MinKi miró una vez más a su papá antes de salir del cuarto y escuchar como Mei cerraba la puerta.

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Kris estaba facinado, ese chico entre sus extremidades era magnífico y le ponía mucho, incluso, se atrevía a aceptar que más que su esposo, entonces, recordó a Tao, su chico con cara de panda y su hijo MinKi y se sintió mal por estar haciendo eso con alguien que no era su pareja.

—Yo...— Lay no lo dejó terminar y lo besó, y Kris se dejó llevar, débil ante el encanto mágico del chico.

No sabía con exactitud cuando había comenzado todo, solo sabía que era bueno y que le gustaría seguir disfrutandolo, quería seguir sumergido en la magia de Zhang YiXiang el chino encantador.

Una embestida, dos embestidas y Kris eyaculo en el condón dentro de Lay, quien se estremeció de placer. No era el lugar para tener relaciones sexuales, pero a ambos les gustaba el peligro y adrenalina, ¿y qué mejor lugar que la oficina?. Estaban conscientes que desde afuera se les podía escuchar, pero eso lo hacía más excitante para ambos.

—Debo...terminar...unos papeles— decía Kris mientras Lay le devoraba la boca.

—Dejalos para más tarde— le dijo mientras besaba su mandíbula y Kris se dejó llevar, pues le era prácticamente imposible no hacerlo. El chico tenía un no se que, que le hipnotizaba y le hacia caer en sus redes de una u otra manera.

Pasado el orgasmo se separaron y comenzaron a vestir

—¿Quieres ir a cenar?— le preguntó Kris a Lay mientras este se ponía su saco rojo, el nombrado se volteó algo atontado.

—¿Qué dijiste?— preguntó.

—Que si quieres ir a cenar— Kris se abrochaba el cierre de su pantalón.

Pudimos Ser Felices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora