Reddie Week 2019

OS 1.2: R + E

El verano de 1989 sería uno que quedaría en la memoria de 7 chicos por toda la eternidad.

Ese verano se enfrentaron de cara a sus miedos y lograron vencerlos.

Pero no sólo se enfrentaron a sus miedos, sino que también a nuevos descubrimientos de sí mismos.

Ese verano, Richard Tozier descubrió que estaba enamorado de uno de sus amigos, Eddie Kaspbrak.

El chico de lentes ya se había sentido diferente al lado de su amigo desde antes. Había comenzado a prestar atención a pequeños detalles como su pequeña estatura, su cabello siempre perfectamente peinado y sus pecas. Richie sabía cuántas pecas tenía Eddie en el rostro.

Sin embargo fue al haberse enfrentado con el payaso demoniaco, lo que lo hizo darse cuenta de lo que sentía y al instante en que lo hizo, decidió ocultarlo.

Ocultar sus sentimientos era lo mejor que Richie podía hacer. Ni siquiera le preocupaba ser correspondido o no, intentaba no pensar en eso, pues cualquiera de los casos sería peligroso.

Richie Tozier decidió ocultar sus sentimientos por Eddie Kaspbrak.

Hizo todo lo posible para evitar que descubrieran su secreto y se dedicó a disfrutar del tiempo que pasaba con todos sus amigos, esforzándose por no demostrar cuán feliz se sentía por estar al lado de Eddie.

Richie pensaba que eso era lo mejor, lo sería mientras estuvieran en Derry.

Así pasó el tiempo hasta que ambos cumplieron 14 años.

El día en el que Richie finalmente iba a dejar de preocuparse por mantener oculto su secreto había llegado, sin embargo él no estaba feliz.

¿Por qué?

Porque Eddie se iría.

Un año después de la aventura más grande de sus vidas, Eddie finalmente se iba de Derry como tiempo antes lo hicieron Beverly y Bill.

Con Eddie lejos, Richie ya no tendría que preocuparse por ser descubierto, pero él no podía estar feliz, no así...

-¿Enserio no vas a ir a despedirte? - Preguntó Stanley por cuarta vez.

-No, ahora largo rizos de jabón -.

Stanley soltó un suspiro ante el comentario. Llevaba 30 minutos en la habitación del de lentes tratando de convencerlo de ir a despedirse de Eddie, pero por más que insistía, el otro se negaba.

-Richie... ¿te das cuenta que ésta podría ser la última vez que vas a verlo en mucho tiempo? Deberías ir, al menos despídete... no pudimos despedirnos de Bill... -.

Richie estaba sobre su cama con el rostro contra la almohada, los lentes descansaban a un lado completamente seguros de cualquier daño.

-No importa, no voy a ir -.

Stanley lo miró por un rato más. No aprobaba su decisión, entendía que le costara trabajo decirle adiós pero seguía creyendo que lo mejor era que se despidiera.

-Si no lo vas a hacer por ti, al menos hazlo por Eddie - Fue lo último que dijo antes de salir por la puerta.

Richard Tozier se quedó solo en su habitación con la mente totalmente agobiada.

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Edward Kaspbrak nunca había sido un niño rebelde. Toda su vida había obedecido a su madre, siempre siguió sus indicaciones sobre cómo cuidarse por su salud, creyó en sus consejos y los siguió al pie de la letra para evitar enfermarse. Las cosas empezaron a cambiar cuando consiguió amigos, ya que la mayoría de las veces sólo hacía las cosas para complacerla y no hacerla enojar, pero todo dio un cambió completo cuando se enteró de la farsa con los placebos.