🌼Día 4: Del por qué es necesario verificar tus planes antes...🌼

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Los nervios querían robarle el aliento de nuevo. Las manos le temblaban, y en su estomago se generaba un nudo que insistía en subir hasta su tráquea.

«No, no, no.»

No se dejaría mangonear por sus ininteligibles sensaciones de alerta que le estaban alborotando su persona. No de nuevo, por esta vez no.

Quizás más tarde cuando se encontrara en plena cita junto al recibidor de sus quereres y en la comodidad de un espacio a solas le comentaría de sus preocupaciones sin sentido, como puede ser un cine o sino un acuario; cualquier sitio romántico con tal de que la salida saliera perfecta mientras. Por ahora, esperaría tranquilo en la entrada de estación de trenes por la llegada del cálido sol de prominentes ojos color vida. Sí, porque la vida tenía un color; y ese era la mirada de ese chico de apellido Kamado.

Los latidos resonaban en sus oídos, perforando sus tímpanos a más no poder como sino no fuese suficiente que su receptor enamorado fuera el único en escucharlo.

En tanto a las demás personas cercanas del rubio sólo miraban con curiosidad al garabato de triángulos andantes hacer poses chistosas; quizás los nervios de alguien que a puertas cerradas es entendible más para los desconocidos no lo es.

El rubio intentó desacelerar su pulso sanguíneo; según él, que deshacían su buen porte de caballero (que bien escondido debe estar). No obstante, la agitación desapareció por la llegada de su amor.

... que nunca llegó.

«¡Carajos!, la que me lleva.» Se quejó el muchacho; llevaba esperando más de 1 hora al frente de lo que sería su punto de partida a una relación amorosa predestinada; el inicio de esa larga travesía en que consistía una relación, un amorío de colegio; aunque en este caso el recién este cursando la universidad y el joven estaba terminando su último año de preparatoria, pero son nimiedades que se pueden ignorar dentro de su relato de fantasía.

*Tic Tac*

Insignificancias que se hacían abismalmente gigantes ante cada avanzada del segundero de su reloj análogo.

*Tic Tac*

«No le prestes atención a ese estúpido reloj, seguro que Tanjiro llegará y tendrán la más perfecta cita jamás planteada que ni Usui con sus tres novias podría igualar»

«...»

*Tic Tac*

Después de 10 minutos más de espera, los megáfonos de la estación avisaron los cambios de turnos de los expresos, confirmando, para su sufrimiento interno, el cierre de la línea que su joven admiración de colores granates debía tomar para llegar a la ansiada cita.

En pocas palabras, lo habían dejado plantado.

—¡1000 carajos más!, estúpido Tanjiro, ¡¿Para qué me dejas ilusionado en medio de un lugar público?! — No contuvo más Zenitsu, alcanzando a quitarse de una vez el estúpido saco de marca que llevaba para la ocasión, el cual le costó dos salarios mensuales más trabajos dominicales de medio tiempo. «¿Quién va a reparar por mi dinero gastado en la cita ¡¿ah?!, ¡Mi dignidad ya está por los suelos por intentar cortejarte malagradecido de linda cara!, ¡Te odio con todo mi ser!» Enfurecido hasta la medula por aceptar como un borrego manso después de que Kamado lo llamara ayer en la noche y lo invitase a ese estropeo de salida amorosa.

◇TANZEN WEEK (ZENITSU X TANJIRO)◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora