Día De Los Muertos.

274 42 23
                                    

Marco tomó el viejo instrumento entre sus manos, aún le traía escalofríos, sosteniendo la pua con su nombre lentamente se acercó a rasgar las cuerdas, apenas el primer sonido le inundó de una extraña calidez, le agradaba y efectivamente como poseído su cuerpo se movía solo. Comenzó con una canción relajada que definitivamente era de aquella epoca.

Estaba lograndolo cuando un grito lo desconcertó.

-¿A eso llamas música? No tienes talento comienza de nuevo.-Gritó con fuerza la burlona voz que estaba en su cabeza. Después de eso volver a tocar le causaba nerviosismo.

Soltó un suspiro dispuesto a resignarse y terminar con todo cuando una canción un poco más moderna y que siempre le había encantado cruzó su mente, no sabia ni como tocarla pero deseaba hacerlo así que se dispuso a comenzar.

Con un rasgueo suave y a callando los gritos de su mente comenzó a tocarla y claro que iba a cantarla.

(Denle play a la canción si gustan)

Miguel volvía de su salida con aquel demonio de piel clara, esta era una fecha que adoraba y ya tenía todo casi  listo en su departamento de regreso a casa compró un par de veladoras que le hacían falta y ahora estaba más que preparado.

Tomó su computadora y conectó una video llamada con su familia en México, realmente los extrañaba.

-Miguel mijo.- Una mujer de cabello castaño sonrió ampliamente viendo a su pequeño.

-Hola má, ¿como están todos por allá?-

-Muy bien mi niño, pero te extrañamos demasiado aunque hay alguien que te extraña más que nadie.-

-¿¡Es Miguel!?- De pronto una pequeña niña de nueve años con un par de trenzas se adueñó del video.

-Miguel, regresa. Ya te extraño.- Pidió la pequeña con lágrimas queriendo formarse en sus ojos.

-Tranquila Coco, estoy muy cerca de graduarme. Además pasaré navidad contigo ¿recuerdas? Ya falta muy poco.- Miguel sonrió con nostalgia de verdad extrañaba Santa Cecilia y a toda su familia.

-Pero todavía falta un mes.- se quejó la pequeña.

-Pasara volando se los aseguro.- Dijo Luisa volviendo a aparecer en la pantalla que Coco había estado acaparando.

-Por cierto Miguel, luces increíble pero quiero que saludes a tu padre y a tu abuela... Podrías, ya sabes.- Su madre puso una expresión triste al igual que Miguel.

-Claro, perdona olvidé arreglarme antes de llamar.-

Salías de un templo un día Llorona
Cuando al pasar yo te vi
Salías de un templo un día Llorona
Cuando al pasar yo te vi.

-No te disculpes mijo, yo amo ver como has mejorado en tu técnica además te ves muy guapo así ¿verdad coco?-

-¿Guapo? Para nada, luces como el chico más bello en este mundo hermano, deberías maquillarte más seguido.-

-Ahora lo hago más, solo no has tenido la oportunidad de verme.- Miguel sonrió intentado disimular la tristeza.

Se acercó a su habitación para tomar un par de toallitas desmaquillates, con cuidado retiró sus pestañas postizas y comenzó a quitar la pintura en su rostro.
No iba exageradamente maquillado, apenas un poco de base e iluminador en su rostro, sombra perla en sus parpados y delineador muy cargado. Después de todo hoy iba vestido a su más puro estilo de Glam rock y sin maquillaje no estaría completo.

Devilboy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora