Libros.

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Y ahí estaba de regreso en el ropero de Satanás, un pequeño cuarto dentro del recinto de departamentos para demonios donde había "ropa" permitida para usar durante el horario laboral.

Por desgracia para Marco los atuendos continuaban siendo los mismos de la última vez que revisó. Mucha ropa mayormente para mujeres y todos los conjuntos debían tener la palabra sexy al final.

Colegiala sexy, enfermera sexy, policia sexy, angel sexy, entre otros y para la sección masculina...
Tangas masculinas, en muchos diseños y sabores, con forma de reno, de platano, colores lisos, de solo cuerdas etc.

Sí, definitivamente se quedaría con el uniforme de colegiala, era el más "cubierto" de los atuendos, pero se sentía un poco ridículo usándolo. Solo un poco porque el era Marco red demon y claro que lucia ese conjunto mejor que muchas de las chicas demonio del inframundo.

Pero se sentía algo estafado, ser uno de los consentidos de Satanás tenia tanto cosas buenas como malas y una desventaja era que no contaban con la opción de usar más ropa fuera de la permitida, la mayoría de demonios tenia permitido usar lo que quisieran siempre que no estuvieran en horas laborables, pero él y Hiro estaban obligados a solo usar la ropa permitida sin importar la hora del día.

Salió de ese lugar y pasó por la biblioteca, tal vez podría preguntar a Hiro sobre alguna manera de tener un conjunto distinto. El lugar era inmenso y plagado de libros, muchos demonios de cuernos azules leían con desesperación, todos tenían un objetivo en mente ser el más listo de todos, algunos otros muchachos o chicas de cuernos verdes se encontraban en el lugar, pero no era para leer simplemente sentían envidia de ver a los otros con sus libros y hacían rabietas para quitarles lo que escogian.

Marco pasó a todos de largo y fue directo al buscador, era algo así como una vieja computadora de escritorio pero al entrar lo que buscabas te abría un portal a dicha sección. Tecleo entonces Lucha libre y entró por el extraño portal de color rojo. Al salir se encontró con el demonio de apariencia asiática qué conocía a la perfección. En un pequeño sillón apartado de los estantes Hiro se encontraba bebiendo café y leyendo con tranquilidad.

—Hiritoooooooo.—gritó Marco acercándose a su fiel compañero.

—Hola Mar... ¿Co?—El azabache miró incrédulo a su compañero de piel morena qué vestía uno de esos ridículos atuendos autorizados por Satanás.

—¿Qué lees?—preguntó Marco sentándose frente a su amigo.

—La historia de la lucha, volumen tres.— Afirmó el demonio.
—Pero eso es lo de menos, déjame adivinar, ¿alguna de esas locas con gustos extraños?

—No.

—mmm.....¿Hombre desesperado te pidió cambiaras de género para satisfacerse?

—Noup, un intento más...

—¿hoy tenias mucho frío?

—No, lo siento.

—Bien, tu ganas ¿porque el disfraz de colegiala?—Marco simplemente se encogió de hombros y negó con la cabeza.

—Me apetecía un cambio de conjunto.— Hiro miró a su amigo con una ceja alzada. Era una mentira y lo sabia a la perfección.

—De acuerdo ¿entonces que necesitas?

—Oye, ¿no puedo simplemente venir hasta acá solo porque extraño a mi amigo y quiero pasar tiempo con él?

—Cualquier otro demonio sobre la faz de la tierra... Tal vez, pero tú, Imposible.—Marco hizo un puchero y se cruzó de brazos.

Devilboy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora