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An Na despertó el día siguiente con la voz de Jong Suk llamando su nombre. Al abrir los ojos, se dio cuenta que el muchacho estaba de cuclillas junto a la cama, con los brazos apoyados sobre el colchón, observándola con una sonrisa. Su primer instinto fue preocuparse y preguntarse qué podría haber hecho su amigo para estar de tan buen humor por la mañana, pero estaba demasiado cansada para hacer algo al respecto por lo que se limitó en girar bajo las sábanas y darle la espalda. Le escuchó quejarse, molesto porque estuviese ignorándolo, y sintió su mano tomar su hombro y obligarla a girarse a verlo. Debido a que estaba tocando la parte que se había quemado en el trabajo, An Na dejó escapar un quejido que provocó que Jong Suk la soltara al instante. Sin pedirle permiso, el aludido el extremo de su manga holgada y lo levantó, dejando a la vista una parte de la piel enrojecida. No quiero dar explicaciones hoy, se lamentó en su cabeza la joven.

- ¿Cómo te lo hiciste? – inquirió Jong Suk, irguiéndose en su lugar  – Te juro por Dios, si fue culpa de Sung Moo Young-

- Aniya – negó ella con un suspiro mientras se sentaba en la cama -. No fue él, tuve un accidente en el trabajo.

- ¿Y no fuiste al hospital? – Sin aguardar a que respondiera, él se aferró a su brazo. – Vamos ahora, yo te acompañaré.

- No tengo tiempo, tengo que ir a trabajar.

- ¡Pide el día libre!

An Na esbozó una sonrisa apretada y se soltó con cuidado de la mano de su amigo.

- No puedo hacer eso, Jong Suk-ah. No puedo darme el lujo de tomar días libres.

Evitando que la discusión continuase, la muchacha se levantó, buscó una muda de ropa limpia y se encerró en el baño para tomar una ducha y prepararse. Al terminar, el reflejo del espejo le mostró una imagen a la que se había acostumbrado en los últimos años. Incluso si se esforzaba en vestir apropiadamente, no había nada que pudiese hacer por su aspecto descuidado y exhausto, como era su piel pálida debido a la ausencia de luz natural, o las bolsas que colgaban debajo de sus ojos por la falta de buenas horas de sueño, o su cabello seco y enredado porque llevaba demasiado sin arreglárselo. Algunos de esos detalles podían solucionarse si tan sólo gastase el dinero en maquillaje y peluquería, pero su cuerpo era el retrato de una persona que lo único que conocía era el trabajo. ¿En verdad se había mostrado ante Jong Suk luciendo así? Se avergonzaba de sí misma, de no ser más fuerte y poner límites con sus compañeros y superiores. Pero, ¿cómo hacerlo sin arriesgarse a ser despedida? No estaba en posición de ser quisquillosa. No puedo hacerle eso a eomma, se reprendió a sí misma, y salió por la puerta. En lo que ataba su cabello en una coleta alta, se dio cuenta de la razón por la que el joven la había despertado con una sonrisa: había preparado el desayuno por su cuenta esa mañana.

- No es propio de ti cocinar – admitió An Na, y tomó asiento en la silla frente a Jong Suk.

- Es mi deber como tu mejor amigo compadecerme de ti y complacerte después de un rompimiento – expuso encogiéndose de hombros. Él le sirvió café en una taza y agregó: - A estas alturas, terminarás como una ahjumma solterona antes de los treinta años.

Lo asesinó con la mirada al oír su comentario.

- Hablas con mucha seguridad – soltó pasados unos segundos cuando el muchacho dio un sorbo a su taza -, teniendo en cuenta que tú, a pesar de ser tan popular entre las mujeres, sigues soltero. ¿Será que no eres capaz de mantenerlas satisfechas?

Jong Suk se atragantó con su propia bebida y empezó a toser.

- ¡Ya, ¿qué dijiste?! – exclamó molesto.

Just Friends [Lee Jong Suk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora