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Se mantenía con los ojos cerrados fingiendo estar dormida. Su acompañante se levantó lentamente pensando que ella se encontraba dormida. Sintió los labios del sujeto en su cabellera roja y luego se fué dejando un lugar cálido por su anterior presencia. Se vistió y se marchó. Ella se retorció sobre la cama y miró el lugar que ahora se encontraba frío, extrañaría su presencia pero debía hacerlo.
Se levantó rápidamente y se vistió. Tomó una valija y metió sus posesiones. Antes de irse tomó el marcó de una foto en los que se encontraban los dos. Ambos sonreían, él estaba atrás de ella sosteniendo la de la cintura mientras la mira, y ella a él. Rememoró ese día, era su aniversario número dos, se encargó de que ella disfrutará al máximo ese día. Encargó un viaje en un globo aerostático y allí fueron ambos por las nubes. Ya arriba una avioneta paso por allí escribiendo con el humo.

"¿Te casarías conmigo Natasha?".

Fué un día que ninguno de los dos pudo olvidar. Se casaron meses después, una boda sencilla y con la familia y amigos.

La alarma en su teléfono la sacó de su trance.

"Te estoy esperando abajo".

Corrió escalera abajo y subió al auto blindado.

-¿Segura que quieres esto Romanoff?. - preguntó el mayor, Natasha tragó saliva, el nudo en su garganta le hacía doler hasta el alma y el corazón. Fury sabía que aquella era decisión a base de su inseguridades pero ella era una mujer adulta no podía impedirle nada.

- Solo maneja. - Fury hizo lo acordado con Natasha, la dejo en el aeropuerto con su papeles y un archivo.

- Cuando termines te mandaré otra misión encubierta. - la pelirroja asintió sin mirarlo. - ¿Aún estás segura de esto? Podemos cancel...

- Si. - cortó la pelirroja. - Él se merece algo mejor. - Fury intentó decir algo pero la voz del aeropuerto avisando el vuelo a Rusia lo interrumpió. - Adiós Fury. Te extrañaré.

- No más que a él. - Natasha con dolor cerró los ojos y decidió marcharse sin mirar atrás.

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Steve caminaba felizmente hasta su hogar. No era una gran casa ni un gran departamento pero allí estaba la persona que la hacía sentir como en casa. Su esposa Natasha Romanoff. Nunca se imagino volver a enamorarse y ser correspondido. Tuvo que luchar contra si mismo y dejar de ser inseguro para encarar a Natasha. Se había prometido dejar atrás los años 40 y con ello a Peggy. Aún le guardaba un gran aprecio, pero no era nada comparado con el amor a Natasha, estaba realmente enamorado de su esposa.

Alegremente entró a su casa.

- ¡Nat, llegué!. - al no recibir respuesta fue al baño, tal vez lo esperaba con una ducha luego de un gran día de trabajo como algunos días lo esperaba, pero al no verla le extraño. Tomó su celular y empezó a llamarla, el sonido de su celular lo llevo a la habitación, entró allí y le pareció raro que la habitación estuviera desordenada. Sus palpitaciones aumentaron y con desespacion a flor de piel comenzó su recorrí. Revolver toda la casa, miró el armario y su desesperación aumento.
Ella no era capaz de irse sin más ¿O si?.
Llamó a todos los vengadores, cada uno de ellos contestaba de manera negativa. "No, Natasha no está conmigo".
Se tiró tristemente en la cama y permitió que las lágrimas rodarán por su mejilla. Pero no, se levantó de su cama e hizo exactamente lo mismo que Natasha esa mañana, solo que con un propósito diferente. La iría a buscar. Costara lo que costara. Contactó con Sam, Bucky y T'challa para buscar a la desaparecida.

- Nos veremos luego Natasha. - dijo observando la misma foto que Natasha observó esa mañana, tomó su valija y cerró la puerta de su casa. Haría todo lo posible por traer a Natasha de nuevo.

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Asoma la cabeza atrás del escudo del Cap cubierta por la armadura de Iron-man sosteniendo a M'jolnir.

- No me maten hay segunda parte.¡HAY SEGUNDA PARTE!.¡CON FINAL FELIZ!... O no... Quien sabe?

𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 𝓡𝓸𝓶𝓪𝓷𝓸𝓰𝓮𝓻𝓼 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora