¿Ahora me buscas? (AU Adrinette)

▪︎Especial Navidad▪︎

— ¿¡Cómo que no estarás para Navidad?!.

— Sí, lo siento princesa...El desfile será el mismo martes veinticuatro y el avión despega a las diez de la noche y son quince horas de viaje....no alcanzo a llegar, preciosa.

— Adrien...Nino le pedirá matrimonio a Alya, es tu mejor amigo no puede ser posible que no estés en ese momento tan importante para él.

— Lo siento mucho por Nino, pero esto también para mí es importante...

— ...Okey...si tratas de decirme que es mucho más importante para ti un desfile en vez de pasar la Navidad con tus a amigos y con tu propia novia, supongo que no será necesario que tomes ese vuelo de vuelta a París.

Cuelgo la llamada y lanzo el teléfono al sofá.

Hace una semana que Adrien está en los Estados Unidos por un desfile de Louis Vuitton, yo supuse que estaría aquí el veinticuatro de Diciembre pero ya me di cuenta que no será así.

— Okey...esa oración tan derrotadora fue una indirecta para decirle que terminaste con él...O ¿simplemente demostrarle que estás enojada?.- Pregunta Alya acercándose a mí.

— No lo sé, pero si fue una indirecta para romper consel ya es de imaginar que se andaría besuqueando con una Americana.— Me dejo caer en el sofá tocando mi cien.

— No digas eso, Marinette, hay que admitir que Adrien en los últimos años ha cambiado...ya no es tan mujeriego como lo era en el colegio.— Copia mi acción acariciando mi cabello.

— Lo admito...pero debe quedar algo de lo mujeriego que era, en él.— Miro el techo.

— Vamos, Mari...mañana es Navidad no puedes estar así.

— ¡Oh! Claro que puedo, ¿acaso no estarías así si Nino te dijera que no puede pasar la Navidad contigo?.

— Claro que no estaría así...de hecho Nino, ya estaría tres metros bajo tierra.— Me mira divertida.

— Y por eso me da miedo que seas mi amiga.

— Mejor amiga, querrás decir, y ya sé que es lo que te animará - Me mira victoriosa.

— Sorprendeme.— La miro alzando una ceja.

— Vámonos de compras.

— Diablos, Alya tú sí sabes como hacerme sentir mejor.— Termino levantándome rápidamente del sofá.

******

Ya llevamos cuatro horas en el centro comercial, tenemos los brazos llenos de bolsas y aún podemos soportar más.

Caminando por fuera de las tiendas mi teléfono comienza a sonar, miro el nombre y cuelgo al instante la llamada.

— ¿Rubio teñido estúpido llamando?.— Alya me mira alzando una ceja.

La miro de vuelta y asiento con la cabeza, guardo el teléfono en mi bolso y desvió la mirada.

— Sólo...ignoralo Marinette...tarde o temprano se dará cuenta de lo imbécil que es.— Posa su mano en mi hombro.

Apago mi teléfono y lo meto en mi bolsillo trasero.