|Extra 7: Una semana desastrosa I|

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Lunes: 16:30PM

— Oye, no hemos terminado de hablar de esto.— Reclama Adrien y me agarra de la muñeca para que no me levante de la cama.

— Yo sí.

— Pues yo no.— Niega.

— Adrien, entiende, George es sólo un amigo.— Alzo ambas cejas.

— Un amigo que te ha enviado seis mensajes de texto hoy.— Hace el número seis con sus dedos y mi teléfono suena.—...Siete.

— No es de él.— Hago una mueca.

— ¿Segura?.— Cuestiona enarcando una ceja.

— Sí.— Asiento con la cabeza, me mira serio.— No...

— ¿Ya ves?.

— ¿Por qué estás tan celoso de él?.— Cuelgo mis piernas de la cama. 

— Porque quiero, porque puedo y porque me da la gana.— Se cruza de brazos.

— Ajá, de acuerdo.— Suspiro y me levanto de la cama.

— ¿Adónde vas?.— Pregunta.

— Amm...a cambiarme.— Respondo confundida ante su pregunta.

— Ah, y ¿por qué no vuelves a la cama conmigo?.— Hace un puchero.

— No, tengo que ir a la escuela a ayudar a Abby con la organización del baile.— Respondo mientras recojo mi ropa del suelo.

— Prefieres ir con ella y dejarme aquí solo.— Se queja y abraza una almohada.

— Sí, sí, cómo digas, sigue quejándote, a ver si consigues algo.— Suspiro, entro al baño y cierro la puerta con seguro.

«Por que estoy solito, no hay nadie aquí a mi lado, no habrán problemas hoy, de mí ya se han burlado».— Canturrea, retengo un carcajada.— Vuelve conmigo, Marinette.

— No, tengo que ayudar a Abby.— Grito.

— Prefieres estar con ella que conmigo.

— Adrien, sabes que tengo que hacer esto desde la semana pasada.— Se queda en silencio unos segundos.

— ¡Marinette! ¡Marinette, vuelve a la cama!.— Grita y se escucha como golpea el colchón.

— ¡Ya te dije que no!.— Grito de forma brusca.

— Quiero a la otra Marinette.— Reclama.

— ¿Qué Marinette?.

— A la Marinette amable, cariñosa y la que prefiere estar conmigo que organizar un baile.— Responde.

— A veces eres como un niño pequeño.— Digo y salgo del baño.

— Porque necesito amor y atención.

— No harás que me quede, Adrien.— Digo y agarro mi bolso.

— ¡Por favor!.— Ruega.— No quiero quedarme solo con los fastidiosos de mis hermanos, ni con el gorila, tampoco con mi padre y mucho menos con Natalie.— Frunce el ceño.

— De acuerdo...entonces acompañame.— Me encojo de hombros.

— Mmm...no, tengo que estudiar un poco.— Pasa una mano por su rostro.

— Pues lo siento, le dije a Abby que iba a ayudarla.— Abro la ventana y me siento en el marco.

— Oye, cuidado.— Me saca del marco.

— ¿Qué? ¿por qué?.— Pregunto confundida.

— Hay que cuidar ese trasero.— Da unos golpesitos a mi trasero.— Es sagrado, y lindo. Tienes que tener cuidado en donde te sientas.

¿Ahora me buscas? (AU Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora