[Una noche en china]

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Felix POV

Dan parecía enojado, pero veía preocupación en sus palabras. Lo vi caminar por el jardín delantero del hostal, diciendo cosas en voz alta que no comprendía. Cuando volvió a la acera y llegó a la puerta central del lugar, lo miré preocupado, pero se limitó a ignorarme. Subimos a la habitación, y vimos en la puerta los signos tallados: "帕兹". Entramos, sacamos las mudas que habíamos empacado para el supuesto viaje que era únicamente al autocine, y las metimos en el clóset. El silecio era insoportable, así que lo quebré.

-No me quiero entrometer- dije-, es sólo que me preocupas.

-Estás perturbado por algo, lo puedo ver con claridad- proseguí-, dime. Te quiero ayudar.

-No me pasa nada, sólo necesito despejar mi mente- me dijo con dulzura desesperada-, ¿qué dices?

-Está bien- le respondí-.

De pronto los dos caímos en cuenta de algo. Teníamos. Un. Mapache. En. El. Maletero.
-Maldita sea, Dan, tenemos al mapache en el auto- le dije en voz alta-. 


-MIERDA, SÍ. 


Salimos al parqueo, y vimos que había una ventana rota en el auto.

 ¿Se había escapado? No. NO. NONONONONO.

-¿Revisamos?- me preguntó Dan- Se ve mal. 


Le asentí y abrimos la puerta del auto accidentado. Habían. Un. Montón. De. Mapaches.
-FELIX, ¿QUÉ HAREMOS? 


Los vi, eran crías. 


-Los dejaremos aquí, y si en la mañana siguen en el carro, los llevaremos a la ciudad. Los cuidaremos y criaremos. 


Dan me miró extrañado. 


-¿Qué?-le dije- les agarré cariño. 


TARDE, EN LA HABITACIÓN
ALERTA LEMON 


Dan POV
-Perdón si me porté mal- le dije a Felix-, estaba triste. 


-No te preocupes. Yo me encargaré de darte un escarmiento. 


-De eso nada, es mi turno, ¿recuerdas? 


-Oh, sí- me dijo, con una sonrisa pícara-.
Me monté en su pecho, y lo comencé a besar. Un beso francés era romántico, y la manera perfecta de empezar una noche de pasión. Le quité la camisa, y bajé mi boca hacia el cuello, y bajé hasta llegar al punto de placer que ya conocía. Lo empecé a excitar, pasando mis manos por su miembro. Lo miré, estaba sonriendo, y me lanzó un beso al aire. 


-Eres perfecto, ¿ya te lo había dicho? 


-No, pero ahora sé que lo piensas-le respondí-.
Seguí tocando su intimidad, y no paré hasta que logré lo que quería. 


-Dan, si vas a hacerlo, hazlo ahora, ¡me voy a venir! 


-Bien. 


Metí en mi boca su erecto miembro, y él lanzó un gemido de satisfacción. Lo agité y toqué estando en mi boca, y en un momento dado decidí que quería sentir eso. 


-Felix, quiero que me lo hagas. No lo de siempre, sino lo que usualmente yo te hago. ¿Ok?

-O-ok.. ¿Seguro? 


-Sí, cariño. 


Nos paramos, y él desabotonó mi pantalón. 


-No pensé que la tuvieras tan grande, ya que eres tan pequeñito..


-Cállate -le dije, sonrojado-. 


Tocó mi intimidad, y pasó sus manos por toda la longitud. Luego la lamió toda, y bufó.
-Mhmm.. 

Dios, mi vida está tomando un rumbo de placer diario. Espero no se desvíe nunca más.


Dan y FelixWhere stories live. Discover now