Prólogo Parte 1

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"A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo". 

Jean de La Fontaine


Soy un príncipe vampiro. Tal vez el más antiguo que aún existe, hijo de Thai, el gran mago y poderoso creador de nuestro mundo. Fui concebido para mantener un equilibrio y tratar de, si no solucionar, al menos sobrellevar la carga de los problemas heredados por mi padre.

A él le gustaba experimentar, cuando llegó al mundo de los humanos se enamoró de inmediatamente de su imagen, pero debido a su hambre de crear no solo nos hizo a semejanza de ellos, sino también nos ofreció dones especiales a los vampiros y también a otras especias con las que debíamos coexistir. Así pues que este nuevo mundo, producto de su creación, debían habitarlo 4 razas elementales; elfos, hadas, lycans y nosotros. En un principio todos convivían en paz, entendían que eran parte de algo especial y que debía haber un "equilibrio", pero dado que nuestra naturaleza era en parte humana comenzamos a sentir ambiciones y deseos que terminaron rompiendo esa paz.

Hasta que vi la guerra con mis propios ojos pude comprender los deseos de mi padre: "equilibrio". Yo había sido creado para volver a establecerlo, pero a la edad que nos había dejado a mis hermanos a mí no habíamos terminado de asimilarlo, no sabíamos cómo hacerlo ni mucho menos por dónde empezar. Lo único que conocíamos era que nuestro mundo había sido dividido en cuatro territorios, específicamente cuatro reinos, uno para cada raza, sin embargo debido a la guerra se les había despojado del suyo a los lycans y se pusieron 4 patriarcas vampiros para cada región y un patriarca central a quien debían obedecer como la cabeza de todo. Ese debía ser yo, pero resulta que nunca quise serlo.

No fui el primogénito, por el contrario, fui el último, el más pequeño de los tres hermanos. Y digo hermanos de manera relativa, porque en realidad no lo eran completamente. Resulta que mi padre al vivir enamorado de los humanos quiso engendrar con ellos, pero los hombres no podían hacerlo, así que se vio en la necesidad de utilizar a una mujer, mi madre.

Solo conozco parte de la historia, yo tendría apenas unos 4 años cuando ella falleció, desde entonces fui criado enteramente con la ideología de mi padre. Mi mejor amigo era Heechul, aunque en realidad solía llevarme mejor con Kyu Jong, sin embargo, fui obligado a apartarme de su lado lo más que podía, no sólo de él, sino del mundo humano también. Pese a mi buena relación con Heechul, Kyu siempre fue mi aliado y cómplice de fechorías, el otro era mucho muy cercano a mi padre y compartía sus ideas conservadoras y rencorosas acerca de la dominación de las razas, Kyu en cambio era más parecido a mí, le encantaban las cosas dulces, los campos floreados, el sonido del viento y por supuesto, la paz. Ambos éramos un par de pillos que se la pasaban explorando cada rincón de cada lugar, fue así como dimos con un portal mágico que nos llevó a un mundo maravilloso.

Nuestra primer impresión fue espectacular, la gente no podía vernos si no lo deseábamos, podíamos oler el aroma de las flores, cosa que no se podía hacer en el nuestro, podíamos sentir el calor del sol, la brisa acariciando nuestros rostros, todo parecía tan mágico y lleno de color. Pero un buen día Heechul se cansó de explorar con nosotros y le comentó a nuestro padre lo que habíamos descubierto, lógicamente él nos prohibió volver al portal y lo escondió para que jamás volviéramos a encontrarlo.

Él me explicó que nunca debía volver a ese mundo porque de allí provenían los traidores, todos y cada uno de nuestros defectos los habíamos adquirido gracias al negro corazón del ser que habitaba allí; a la inmunda y aberrante raza humana. Era tal el odio que les tenía, que a veces cuando hablaba de ellos incluso veía espuma salir por su boca, pero yo no podía creer tales cosas pues lo que habían visto mis ojos no era nada parecido a sus palabras. Los humanos eran increíbles, sensibles, soñadores, tan vívidos que daba envidia. Por esa razón nunca nos dimos por vencidos y pasamos años enteros buscando el portal.

RENACER: Segunda TemporadaWhere stories live. Discover now