Capítulo 3 - La revelación

115 13 2
                                    



Thai había decidido ayudar a Jung Min, sin embargo, la relación que habían llevado hasta entonces no era la más favorable para que el hijo simplemente aceptara su colaboración, pero estaba convencido de que al menos había que intentarlo. Fue ese mismo día en que Jun lo visitó que se atrevió a salir de su refugio y con paso firme acudió en auxilio de su heredero. Cuando llegó a la mansión todos los vampiros se sorprendieron, era la primera vez que veían a su creador, la figura y porte varonil, aunque viejo, todavía imponían poder y miedo, su presencia en ese lugar era justo lo que necesitaban para poder ser completamente fieles a su amo. Con el creador a su lado, ¿quién sería tan tonto como para ponerse en su contra?

—¿Señor? —Jun abrió la puerta de la habitación de Jung Min para informar sobre la audiencia —Hay alguien que desea verlo.

—Padre —dijo Jung Min al verlo entrar a su habitación, después solo hizo una reverencia para recibirlo.

—¿Cómo has estado? —dijo Thai cuando Jun cerró la puerta.

—Bastante ocupado —Min desvió la mirada.

—Sé que no es grato para ti verme, pero he venido por una razón importante, así que te pido que me regales unos minutos de tu tiempo.

—Está bien—contestó resignado a que tendría que escuchar un sermón.

—Primero que nada; he escuchado algunos rumores sobre el destierro de Hyun, ¿es cierto eso?

—Es cierto —contestó con tristeza —hizo algo muy tonto, si no lo desterraba me hubiera causado más problemas, como te habrás dado cuenta muchos se han ido ya, así que necesitaba retener a los pocos que quedan para defenderme.

—Hiciste lo correcto—Jung Min miró a su padre con desconcierto, parecía que él conocía la situación—. Nunca te he contado acerca de tu pasado ni tampoco la razón por la cual no lo recuerdas, pero creo, hijo mío, que ha llegado el momento de hacerlo.


Jung Min lo invitó a sentarse y comenzó el tan esperado relato:


—Al principio sólo existían 2 razas en este mundo, las hadas y los elfos, el ambiente no era gris como ahora, solía haber mucha luz y podía respirarse una paz hermosa. Había dos guardianes que no pertenecían a esas razas; Young Soo y yo—. Jung Min se sorprendió, pero no dijo nada y continuó escuchando—. Él era mi amigo, y tanto él como yo nunca nos sentimos satisfechos con ser los únicos diferentes en este lugar; éramos tan poderosos que nada nos causaba encanto ni fascinación, así que comencé a experimentar. Con mis poderes moldeé a otra raza, una serie de hombres especiales que vivirían sólo para mi placer y diversión. Young Soo también quería ser especial, así que le concedí el poder para transformarse en lobo y comenzar su propia raza, de ese modo ya no nos sentiríamos tan solos. Las hadas eran criaturas mágicas con las que podíamos reproducirnos pero nunca lograron satisfacernos, en lugar de eso, descubrí que podía viajar a otra dimensión en donde existía una raza parecida a nosotros y que era mucho más atractiva e interesante.

—Los humanos...

—Así es —respondió —. Cuando atravesé por primera vez esa dimensión quedé maravillado por los humanos, así fue como la conocí; tu madre estaba sentada cerca del lago, lavando su largo cabello negro con delicadeza, me enamoré en segundos, tenía un aura tan bella alrededor que quise tenerla en ese mismo instante. La cortejé durante mucho tiempo sin decirle de dónde venía ni lo que pretendía con ella, pero mientras más pasaba en ese mundo más me daba cuenta de la escoria que eran la mayoría de los humanos, así que planeé la manera de llevarme a todos esos asquerosos sujetos a mi mundo para que fueran devorados por los míos. Ese fue mi gran error; al alimentarse de ellos todos esos males se transmitieron a su mente, entonces comenzaron las envidias, las peleas, las traiciones y los pecados de los humanos comunes y corrientes, por eso tuve que dejar de verla un tiempo para enmendar mi error. Pero cuando volví por ella descubrí que estaba embarazada, en su vientre crecía una criatura de nuestro mundo, de alguien que dijo llamarse mi amigo.

—¿De... de Young Soo? —los ojos de Jung Min se abrieron con asombro, no podía creer lo que estaba escuchando.

—Yo enfurecí como te habrás de imaginar, ella me confesó que Young Soo ni siquiera lo sabía y suplicó por mi perdón, me dijo que me amaba y lo arrepentida que estaba de haberme engañado—poco a poco su tono de voz se fue haciendo más grave, mostrando el dolor que le causaban esos recuerdos— yo la amaba, pero no podía volver con ella así nada más, le puse una condición; tenía que deshacerse de esa carga o no habría otra oportunidad para nosotros. Me fui un tiempo nuevamente para calmar mi enojo y cuando volví con ella ya no había bebé, tomé ese acto como prueba de que en verdad estaba dispuesta a estar conmigo dejando atrás los errores y empezamos nuestra vida de pareja, después de casi dos años naciste tú, mi único hijo.

—¿Único? —Jung Min se alteró —¿Qué hay entonces de Kyu Jong?

—¿No adivinas, Min?

—¡Por Dios! —exclamó sorprendido y temeroso.

—Cuando naciste tu madre enfermó, no sé bien cómo funcionan las enfermedades del mundo humano pero aunque ella luchó terminó muriendo 3 años después, yo la iba a convertir para salvarla pero no lo aceptó, me dijo que ella merecía morir por dos pecados, el primero: haberme engañado con mi amigo y el segundo que consideraba aún más grave, haber negado a un hijo. Nunca se deshizo del bebé, lo tuvo siempre con ella pero lo escondía cada que yo iba a visitarla, y ese día antes de morir lo dejó en una jaula de hierro, me dijo que él no era un niño normal y que tenía miedo de que yo lo matara. Como último favor en nombre de nuestro amor me pidió que me quedara con el niño y lo criara junto a ti como si fuera mi hijo mayor, como la amaba demasiado acepté hacer lo que me pedía. Pero él no es mi hijo y nunca lo será.

—¿Por eso siempre lo maltrataste? —la tristeza que tenía Jung Min era genuina, siempre amó a Kyu desde que eran pequeños —él no tiene la culpa de lo que hizo mi madre.

RENACER: Segunda TemporadaWhere stories live. Discover now