Prólogo Parte 2

146 17 4
                                    



Los siguientes días todo marchó con normalidad para nosotros, Hyun me sonreía como siempre, me adoraba como siempre, y también como siempre me presionaba para llevarlo conmigo. Él sabía que mi partida definitiva se acercaba y por lo mismo tratábamos de disfrutar al máximo cada momento juntos, pero eso cada vez me costaba más trabajo y debido al sueño que tuvo me vi obligado a investigar sus sueños; aunque no podía ver con exactitud lo que soñaba sabía que ese "alguien" siempre estaba allí, porque cada que él aparecía una dulce sonrisa se dibujaba en su rostro.

—¿Por qué has estado frío conmigo? —me preguntaba Hyun después de notar tristeza en mi semblante —¿Es por lo que te dije del sueño?

Yo no le respondí pero era evidente que sí. Él no sabía que poseía ese don especial ni tampoco que yo podía utilizarlo a través suyo, pero yo estaba convencido de que en cualquier momento esa persona aparecería en su vida y entonces tendría que irme para dejarlo ser feliz. Después de todo mi padre tenía razón, el "para siempre" de los humanos duraba muy poco, al final terminé cometiendo el mismo error.

—Debo irme —dije al ver que no dejaría de preguntarme. Y cuanto más pronto me fuera mejor, así no me aferraría más a él.

—Escucharte decirlo de ese modo me hace creer que no piensas volver. Estás consciente de que eso me mataría, ¿cierto?

—Volveré —sin pensarlo dos veces me acerqué para besarlo —, te lo prometí y pienso cumplirlo. Nunca he faltado a ninguno de nuestros encuentros, ¿por qué dudas de mí ahora?

—Porque lo veo en tus ojos —me sentí intimidado cuando me miró fijamente—, no quiero que te vayas así, quédate hasta que te convenzas de que soy solo tuyo. Ningún sueño está por encima de ti.

Si él hubiera dicho "vete" me habría ido en ese mismo instante, pero dijo "quédate" y entonces me quedé. Yo era capaz de todo por él, a veces me sentía como si fuera solo un títere siendo jalado por la fuerza de sus hilos. Lo amaba, me desvivía por él, por ese pequeño que me había dado tanto cuando nadie estuvo conmigo, el que me dibujaba universos alternos en donde no hacíamos otra cosa más que amarnos y estar juntos. Quise darme otra oportunidad para ver si acaso el destino podría estar equivocado, si hacía bien en aferrarme a él con todo mi corazón o si debía irme para no volver jamás.

Pasó el tiempo y llegó el día en que me despedí de nuevo, esta vez me dejó ir. Lo había engañado, lo convencí de que estaba tranquilo y de que en dos años lo volvería a ver, pero mi padre...

—De nuevo solo —dijo sin sorpresa—, pasan los años y tú sigues igual. Y además de eso regresas triste. ¿Qué no te has dado cuenta de que no vale la pena seguir con tu capricho?

—No es un capricho, yo no soy como tú —él me miró con desdén por la ofensa—, yo me aferro a él porque lo amo, pero tampoco soy tonto.

—Entonces dime por qué estás así.

Debió notar la honestidad de mi tristeza, de otro modo no me habría preguntado eso con tanta preocupación, así que me sinceré con él.

—Hyun ha tenido sueños extraños —comencé a contarle con la leve esperanza de que me ayudara a interpretarlos —, siempre aparece la misma persona en ellos, no sé quién es porque no se le ve el rostro pero así ha sucedido siempre. Primero con sus padrastros, después con su nana y ahora con él.

—¿Le has hablado de eso?

—No, no sabe que puede ver el futuro.

—Es extraño que no pueda verse el rostro de esa persona —dijo tratando de consolarme, aunque en realidad sabía que no podía cambiar la realidad—, pero tú sabes lo que eso significa.

RENACER: Segunda TemporadaWhere stories live. Discover now