Capítulo #10

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Había amanecido, añoraba despertar en mi cama envuelta entre mi cobija de puntos de colores, estiró mis huesos soltando un quejido, me levantó de la cama y camino hacia el baño para asearme, al salir me visto, salgo de mi habitación y me dirijo a la de Zabdiel la puerta estaba abierta así que pase, se veía tan lindo dormido, me acercó a él para despertarlo.

—Zabdiel— susurré casi en su oído y estar cerca de él producía tantas cosas dentro de mí que son inexplicables —Zabdiel despierta— lo moví y por fin despertó

Se frotó los ojos con los puños cerrados —Ale, buenos días... ¿Qué hora es?— aún esta adormilado se veía tan lindo —¡Ale!— chasqueo sus dedos frente mi cara y yo rápidamente reaccioné volviendo a la realidad

—¿Ah?.. ¿qué pasó?— como se me ocurre preguntar que paso si perfectamente lo sé

—No sé, estabas como perdida— como no voy a estar perdida con él —¿Te sientes bien?— cuestionó preocupado

—Sí, en perfectas condiciones— sonreí tratando de no hacer notar el nerviosismo que Zabdiel me produce cada vez que muestras miradas se encuentran

—Esta bien— agarró su teléfono que estaba en la mesita de noche, se noto en su rostro cuando lo encendió y se sorprendió

—¿Qué sucede?— pregunte confundida por su expresión

—Aún es temprano— hizo pucheros

—No seas dramático y levantate— agarré su muñeca y lo hale, pero como él es más fuerte que yo hizo que me regresará quede frente a él tan cerca que me provocaba besarlo pero no tuve el valor de hacerlo

—Gracias por despertarme— me sonrió

—Ah— volví a la realidad —No, no por nada— me levante de la cama para salir —Arreglate rápido, te esperamos en la cocina— salí nerviosa y emocionada

Camina en dirección a la cocina feliz y perdida en mis pensamientos, hasta que sin darme cuenta había llegado a la cocina con una gran sonrisa —Buenos días Mami— dije suspirando

—Aquí alguien amaneció de buenos ánimos— comentó sarcásticamente y fruncí el ceño por su comentario

—Ya arruinaste todo— me senté

—Lo siento hija, ¿por cierto ya despertaste a Zabdiel?— cuestionó

—Sí, no debe de tardar— mamá puso el desayuno frente a mí —Gracias Mami— sonreí y probé un poco —Extrañaba tus desayunos, almuerzos y cenas, esta riquicimo.

—Gracias Ale y yo extrañaba tu compañía— me abrazo por encima de los hombros —Por cierto y ¿quién cocina allá en la casa de CNCO?— preguntó con curiosidad

—Todos, pero te soy sincera no queda tan buena como las tuyas, Mami— le lance un beso

En ese momento entra Zabdiel con esa hermosa sonrisa que amo —Buenos días señora Consuelo— saludo a mi madre y a mí me dedico una sonrisa

Creó que moriré de un paro cardíaco.

—Buenos días Zabdiel— le responde mi madre con una sonrisa

Zabdiel se sienta y me mira aún con esa sonrisa en su rostro, es tan bello y perfecto.

—Voy a terminar de arreglar las cosas que le llevaré a Yenni— yo asiento y mamá sale de la cocina dejándonos a Zabdiel y a mí solos

—No pude decirte esta mañana que estas muy hermosa— comentó y probó un bocado del desayuno —Dile a tu mamá que cocina rico— comentó después de digerir el alimento que estaba en su boca

Mi SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora