Lady O'Neill

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Fue hace muchísimo tiempo,

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Fue hace muchísimo tiempo,

la noche de Halloween,

cerró sus orbes por siempre

la desgraciada Lady O' Neill.


Susurra la voz del pueblo

que ella decidió partir,

cuando el amor de su vida

a la guerra fue a morir.


Mientras el cielo tintaba

los astros con luz azul,

se escabulló en el sendero

hacia el bosque de abedul.


En el medio de la fronda

habitaba una mujer,

en una lóbrega choza

donde se fue a guarecer.


Tallada en la puerta misma

una insignia pudo ver,

la que la gente llamaba

"la marca de Lucifer".


Mas no temió mal alguno,

pues el dolor la agobiaba,

y tras un suspiro hondo

su suerte quedó sellada.


Tocó a la puerta tres veces

y la anciana apareció.

"La bruja a quien todos temen"

con gran aflicción pensó.


"Por favor, ¿puede ayudarme?"

la doncella le rogó.

Y al responderle la bruja,

todo el bosque enmudeció.


Las sombras se acurrucaron

en los ojos de la maga,

y la muchacha fue presa

de la bruma más aciaga.


"Ella sanará tu pena

y al fin podrás descansar.

Pero antes de que termine

hay un precio que pagar".


Esas fueron sus palabras

y la muchacha aceptó,

sin saber que en aquel pacto

su vida entera entregó.


La anciana lanzó un hechizo,

la oscuridad la envolvió,

su cuerpo yerto se puso

y su corazón se heló.


Besó sus labios la muerte,

tras un grito de pavor,

y las fauces de la tierra

sepultaron su dolor.


Pero cuenta la leyenda

que aquello no fue el final,

porque en vísperas de Halloween

se abre el sepulcro infernal.


Recorre las callejuelas,

su lamento causa horror,

va en busca de las doncellas

que sufren penas de amor.  

Entre versos y otros tesoros: antologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora