En el hueco de mi corazón
guardo el vacío de tu existencia
que por momentos me taladra
por dentro
como un pájaro buscando
hacer de un árbol su hogar.
Porque mientras tenga fuerza
para seguir manteniendo vivo tu recuerdo,
la muerte no habrá vencido
y tú todavía formarás
parte de mi vida.
De la vida.
A veces te siento cerca,
vislumbro tu sonrisa
y los instantes de felicidad
que compartimos me hacen cosquillas,
prenden la luz de una vela
que se apagó cuando te fuiste
y me digo a mí misma
que ser valiente no es
aceptar que ya no estás,
sino aprender a convivir
con tu nueva manera de existir.
¿Cómo despedirme si no te has ido del todo?
¿Cómo olvidar si te aferras a mí como un superviviente en un naufragio?
¿Cómo avanzar si tu sombra pisa mis pasos?
El miedo me ata ti.
El miedo al olvido sin ti,
el miedo al vacío,
el miedo a pasar página.
No creo que exista nada
que calme el dolor de tu pérdida,
que cure las heridas del corazón,
que me haga sentir en casa de nuevo
cuando tú fuiste cada uno de los pilares
que me mantuvieron en pie.
Nada será hogar sin ti.
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Entre versos y otros tesoros: antología
PuisiApartado especial para los poemas ganadores de los desafíos organizados por el perfil de poesía en español.