Ya había pasado 1 mes desde que deje de asistir al colegio, un dia normal pasa lo inesperado.Eran alrededor de las 6:30 de la mañana y me levanto de la cama como comunmente lo hacía para ir a ayudar a mi abuela paterna con los deberes de la casa como barrer, trapiar, lava platos y entre otras cosas, obviamente no podía quedarme en el cuarto todo el dia haciendo nada, debía ayudar por lo menos, lo único que no hacía era cocinar, ya que nadie nunca me dijo como se hace y lo poco que aprendí son cosas muy simples, pero se que tarde o temprano aprenderé.
Pasaron las horas y eran alrededor de las 9 de la mañana cuando de repente mi telefono suena (! RIIM, RIIM!), no sabía quien llamaba, ya que aparecia en mi telefono que era un numero desconocido, contesté y para mi sorpresa era el director de grupo del colegio, el profesor primero me saludo muy amablemente y me preguntó como estaba con respecto a mi enfermedad, después de responder a eso el profesor me pregunta si iba a dejar el año perderlo fácilmente, yo le decía que era lo mejor para mi, pero el me dijo unas palabras que me hicieron cambiar de parecer, me dijo que recordara todo el esfuerzo que había puesto los meses anteriores, todos los esfuerzos que hacia mi madre por verme salir adelante, que era muy tonto dejar perder el año de esa manera.
Déspues de decirme todas las palabras me contó que el y los demas profesores me iban a dar una segunda oportunidad para recuperar el tiempo que había perdido por no ir a clases, podía recuperar el año escolar solo si hacia un esfuerzo y sacaba siempre las mejores notas, ah; debía entregar muchos talleres especiales que cada profesor de cada materia me mandaría a realizar. Yo la vi difícil de aceptar, ya que los profesores siempre eran muy fuertes al momento de dejar actividades, pero era una oportunidad de recuperar y obviamente debía aprovechar, no le di tanta mente y acepte.
Sabía que quizás las burlas hacia mi iban a ser mucho peor, pero debía ser fuerte y aguantar para salvar mi año escolar. Llame a mi madre al instante comentandole la llamada que había recibido por parte del profesor y la noticia que iba a volver a la escuela, mi madre se puso muy contenta y me dijo que era lo mejor ya que perder un año escolar era muy feo. Le dije a mi madre que me hiciera el favor de comprarme una gorra negra ya que no podía ir asi expuesto y sin protección en la cabeza, el sol me quemaba mucho y se me podian hinchar los ojos, ya que como no tenía pestañas el sol lastimaba mucho mas la vista, y como sabemos esa es la función de dichas pestañas.
Mi madre me compró la gorra, me la medi y me gustó, ya mas confiado en mi mismo solo faltaba planchar el uniforme y listo a esperar el momento, llegaba la hora de dormir y mi mente se llenaba de muchas preguntas..
-¿ como me iria mañana?
-¿ como me tratarán?
- ¿ me vere bien sin cejas?Pero al final solo busque mi MP3, conecté mis audifonos y escuches mis canciones para relajarme y no pensar tanto en dichas cosaas, de la nada logre dormir profundamente.
Finalmente el dia en que debía volver a clases llegó, pues me levanté de la cama con muchos miedos y muchas ganas de no ir, pero me acordaba que solo tenia 1 sola oportunidad y no me podia echar para atras, asi que me di un baño, me arreglé, revise mi mochila, me puse la gorra y con nervios e intriga me despedí de mi abuela paterna para ir al colegio.
El camino se hacia largo cuando me dirigía al colegio, notaba como siempre mucha gente mirandome, me sentía en pocas palabras un bicho raro, pero seguía caminando a pesar de todo, sabía que iba a pasar.
Ya estaba casi a la entrada del colegio y veía a un montón de estudiantes mirandome fijamente, no les prestaba atención, pero no podía alzar la mirada de la pena, así que caminaba mirando al piso, asi de mal me sentia conmigo mismo. Entré al colegio normal, al parecer el vigilante y los maestros que me encontraba por los pasillos ya sabían de mi caso, así que simplemente procedí hasta llegar a mi salón de clases y me senté esperando a que nadie se riera de mi.
Pasaron unos minutos desde que había ingresado al salón de clases, mientras esperaba a que inicien las clases y lleguen los profesores apareció orlando, un amigo mio de mayor edad, pues solo un año apenas, el me vió sentado en mi puesto y al parecer no se podía contener, corrió hacia mi y me levanto literalmente, abrazandome en el aire, y lo unico que decia era " por fin mi carriri", ( mi carrirri el apodo que el me había puesto años atras, ya que yo no podía hablar bien cuando el me conoció ).
Así pasaron los minutos y aparecian mas compañeros de clases, otros me saludaban, mientras que otros solo me miraban sin decir nada. Me quise sentar al final del salón donde casi nadie notaría mi presencia, y así fue.
Había llegado al salon un profesor que nunca había visto, pues era nuevo y se integró en el periodo en el cual yo no asistía a clases. Pasaron 3 horas y era el recreo, pues era obvio que no quería ni salir del salon por pena, aguantaba no comprarme nada solo por querer evitar que se rieran de mi y sin darme cuenta me volví alguien penoso y sin amor propio.
Culminando las clases ya era hora de irme a mi casa, saliendo del salón escuchaba a eatudiantes de un curso diferente diciéndome...
- ¿ Ey man tu no te quieres ?
-¿ tienes cancer o sida ?Pues eso me entristeció mucho como sabrán, tenía muchas ganas de llorar y salir de ahi. Ese dia espere 30 Minutos a que la salida estuviese menos transitada, ya que no me gustaba salir y caminar entre tumultos de personas, me daba una sensación de pánico.
Al pasar los 30 minutos salí del colegio y sentí un afán de la nada al llegar pronto a mi casa, mi mente me decía... " la calle no es un lugar seguro para ti ". Al llegar a mi casa mi abuela no se cansaba de preguntarme una y otra vez...
-¿como me habia ido?
-¿como me habian tratado?
- ¿ alguien te hizo algo?Obviamente le conté que absolutamente todo fue como me yo lo esperaba, a excepción de lo de mi amigo orlando que me recibió muy bien en el colegio, tambien le comenté sobre el tiempo que me había demorado para salir del colegio, aunque mi abuela paterna no lo tomó muy bien me lo aceptó.
Asi fueron pasando los dias, seguí asistiendo clases y soportando cuantas cosas me pasaban, aveces por la sensación de que alguien se iba a sobrepasar conmigo llevaba navajas al colegio para defenderme por si acaso de alguien.
Entre mas pasaba el tiempo, mas me volvía una persona muy aislada y solitaria, ya no me gustaba tener ningún tipo de contacto con ninguna persona, ni con primos, tios, compañeros, solo con mi madre, mis abuelas y mis hermanas, pero en fin; me sentía bien asi como era y notaba que era mejor acostumbrarme a no ser tan social.