Desperté nuevamente sobre los brazos de Isidora, mi tía, quien parecía no estar muy contenta con su tarea de cargarme. Me moví lentamente y cuando noto que había despertado, me bajo cuidadosamente para sentarme en el suelo.
Sus ojos se veían cansados, no tuve en cuenta que corrió kilómetros conmigo encima dos veces y que también para ella era nuevo todo esto de tener una sobrina. Le sonreí no muy convincentemente y cubrí mi rostro con las manos, me sentía pesada, más de lo normal.
- ¿Te sientes bien? - me pregunto con voz preocupada.
-Si... no lo sé, ¿Cómo estás tú?
-Un poco agotada, pero descuida, no es la primera guerra en la que corro con un cuerpo sobre mí.
-Dudo que vuelva a escuchar esa frase en mi vida.
-Esta es tu vida ahora Celaena, se te necesita aquí.
- ¿Podrías enseñarme algo de griego?
-Claro, te servirá de mucho aquí. Dame un segundo que haga memoria del hechizo.
- ¿Hechizo?
-Hay un hechizo de estudio, lo que quieras que tu cerebro sepa, lo puedes meter como un archivo a una computadora, solo que con magia.
-Tantos años de estudiar hasta el cansancio y podía hacer esto.
-Indignante ¿No? Ahora déjame que haga memoria.
-Claro.
Se apartó un poco de mí y comenzó a danzar lentamente, sus manos, sus pies y todo su cuerpo se movían en perfecta armonía, era hermoso de ver como todo iba de un lugar a otro creando un movimiento único.
-Apó edó méchri ekeí tha féroun aftés oi pliroforíes- murmuró lentamente.
(De aquí hacia allá esta información llevaras).
Sentí como mi cabeza daba vueltas, como me mareaba y tambaleaba en mi lugar, como un ardor en la nariz y luego todo freno de golpe. No había pasado nada, no sentía nada más y estábamos en el mismo lugar.
- ¿Funciono?
-Intenta decir algo en griego.
-Que no se griego, no funcionó.
-Es que no funciona así Celaena- dijo un poco enojada.
- ¡Pero es que no puedo!
-Poios me stélnei na frontíso mia tétoia peismatáris nearí kopéla?
(¿Quién me manda a mí a cuidar a una jovencita tan testaruda?).
Esta vez si había entendido y estaba muy ofendida además de impresionada.
-Den eímai peismatáris paliá trelí.
(No soy testaruda, vieja loca).
- ¡Lo has logrado!
-No termino de entender como lo hice, pero lo hice, así que ¡Sí! ¡Lo logre!
El ruido de un pájaro y el grito de horror humano que se escuchó atravesar los arboles nos dejó heladas.
-Debemos seguir. Es peligroso.
Nos encaminamos por el frondoso lugar y esquivando todo tipo de fauna encontramos un camino de piedras gigantes que llevaban a un lugar lejano, ya que de donde nos encontrábamos no se lograba visualizar el final del camino.
-Es el camino al templo, no lo recordaras porque eras solo una bebé, pero tus padres venían muy seguido aquí, pasaban largas y eternas horas pidiéndole a los ángeles que cuidaran siempre de ti.
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El extraño sueño de Selena
Fantasy¿Crées en los sueños? ¿Qué pasaría si te encontraras sobre la delgada línea que separa los sueños de la realidad? Selena no esta sola y descubrirá quién es realmente.