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—Yo no habría perdonado a mi alfa por una infidelidad. ¡Eso es humillante! Yo le habría roto el pene y obligado a que se lo comiera.

—Es por eso que no tienes pareja, Kahi.

—No tengo pareja porque nadie es lo suficientemente digno para mí —replicó Kahi mirando sus uñas con interés.

Jiae suspiró, rodando los ojos mientras observaba a SungGyu, que ese día había llevado a SungJong a las clases porque su alfa tuvo una operación de emergencia y no tenía a nadie que pudiera cuidarlo. El bebé, en brazos de SungGyu, estaba mirando concentradamente un cubo rubik, tratando de girarlo con sus rechonchas manitos, ajeno a todo el mundo en tanto SungGyu masticaba una manzana.

—No lo he perdonado —contestó SungGyu distraído.

Kahi resopló, levantando la vista.

—Deberías averiguar con quién te engañó —siguió picando Kahi—, así le das una paliza.

Jiae golpeó a Kahi en la cabeza, sacándole un quejido.

—De verdad, ¿no te cansas de ser mala? —regañó Jiae—. Lo que menos necesita ahora SungGyu es que no lo apoyemos.

La beta suspiró, negando con la cabeza.

—Es sólo que no puedo entenderlo —respondió Kahi—. Una infidelidad... ¿cómo puedes soportarlo?

No, en realidad no lo soportaba.

Varias noches se había sorprendido a sí mismo, mientras WooHyun le hacía el amor con total dedicación y ojos llenos de ternura y cariño, si esa omega de rostro desconocido que WooHyun había besado no sería mejor que él. Si no tenía mejores cualidades más acordes a las necesidades de WooHyun. Si no podía darle ese bebé que WooHyun tanto parecía querer.

Esa mañana había botado al basurero la tercera prueba de embarazo que se hacía desde que WooHyun lo marcó con el mismo triste resultado: negativo.

SungGyu era fértil, lo sabía, pero sabía también que sus hormonas no estaban en sintonía con las necesidades de su alfa porque estaban más preocupadas de envolver a SungJong para que estuviera bien y feliz. Sólo cuando SungJong fuera más independiente recién podría quedar preñado otra vez, pero para eso todavía faltaba, y no sabía cómo sentirse respecto a aquello.

—¿Estás seguro de que un día no aparecerá esa omega a decir que quedó en cinta? —preguntó sin maldad Kahi.

SungGyu sacudió la cabeza.

—WooHyun dijo que sólo se besaron —murmuró débilmente.

—Y el infierno es sólo un sauna —replicó Kahi antes de ganarse otro golpe—. Deberías sacarle celos con HeeChul. Nuestro pobre profesor te mira como un cachorrito —agregó Kahi como si nada.

SungGyu la miró con reproche, pero antes de poder hacerlo, SungJong se adelantó:

—No guta. Él —miró a Kahi con grandes ojos inocentes y la beta no pudo resistirse: a pesar de lucir como una chica despectiva con el mundo, tenía un corazón de oro, y no dudó en tomar a SungJong en brazos.

—No me acercaré a HeeChul —le dijo a Jiae mientras su amiga se dedicaba a balancear a SungJong, sacándole carcajadas—. WooHyun me está dando mi espacio, y yo también respetaré su pedido.

—¿Él te pidió no acercarte a HeeChul? —preguntó Kahi con regaño en su mirada.

—No —SungGyu se encogió de hombros, viendo como los estudiantes entraban al salón para el inicio de la siguiente clase—, pero sé que no quiere que lo haga. No más mentiras. No más celos. No más problemas.

❥| Kilig╰☆╮Yuanfen | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora