❥| Kilig╰☆╮Yuanfen | ➳[WooGyu]

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Advertencia: No sé si anteriormente les había comentado que en esta historia habría el trío YaDongJong... sino, pues le cuento que de ahora en adelanta lo habrá y estarán ... coffcoff... 

✧༺♥༻∞ 

La motocicleta de HoWon se detuvo frente a él, y SungJong sintió alivio de que el mayor estuviera sólo en ese instante porque no sabría cómo reaccionaría si también iba a buscarlo con DongWoo.

El alfa frente a él se quitó el casco, su cabello desordenado cayendo sobre sus ojos, y SungJong sintió deseos de pasar sus dedos por entremedio de su pelo.

Por supuesto, se contuvo.

―¿Necesitas un aventón para tu casa? ―preguntó HoWon sonriendo, ofreciéndole el casco.

SungJong lo tomó, poniéndoselo, y subió detrás de HoWon, abrazándolo por la cintura, el masculino olor alfa envolviéndolo.

SungJong no sabía a qué olía él, no podía adivinar su aroma, pero esperaba que no fuera algo tan fuerte como el olor de HoWon porque él inmediatamente quedó un poco aturdido cuando el aroma de cuero y pino lo llenaron.

―¿Puedo pasar la noche en tu casa, por favor? ―preguntó en voz baja.

HoWon pareció tensarse unos segundos, sin embargo, luego relajó sus hombros y encendió la moto.

―Tus deseos son órdenes, Jjongie.

Cerró sus ojos cuando el apodo envió una ola de calor por su espina dorsal, y se aferró al cuerpo de Hoya apenas partió, apretando contra su cuerpo la cajita con las cartas.

Minutos después HoWon se estacionó fuera de un conjunto departamental por lo que SungJong se bajó, esperando al alfa para que lo guiara a su hogar.

―Vivo solo ―comentó HoWon en el ascensor―, bueno, con DongWoo ―se removió, nervioso―. Sobre lo del otro día, me disculpo por él...

SungJong le miró, asintiendo.

―No importa ―contestó restándole importancia.

HoWon rascó su mejilla, sin decir otra cosa, y cuando las puertas del ascensor se abrieron salió hacia la derecha, deteniéndose delante de una puerta. SungJong le siguió avergonzado pero sin saber exactamente el porqué.

El más alto abrió, quedándose quieto.

SungJong sintió que se ahogaba cuando un olor suave, como loción de bebé, llegó a su nariz.

―¿HoWon? ―se oyó una voz viniendo del interior―. Estoy aburrido, Hoya, ¿por qué no vienes y me follas?

Sentía de pronto sus mejillas coloradas, en especial cuando los ojos de HoWon se dilataron.

―Mierda, DongWoo, ve a ponerte algo de ropa ―ordenó HoWon entrando.

―¿Por qué? ¿Sigues enojado conmigo? Anda, prometo...

―DongWoo se enderezó cuando SungJong apareció también, sin mirarlo a los ojos―. Oh ―el omega bajó un poco la camisa blanca y larga que llevaba, ocultando su ropa interior―, bueno, si quieres un trío...

―¡DongWoo!

El omega soltó un resoplido, poniéndose de pie, y marchándose al cuarto mientras murmuraba por lo bajo.

HoWon dejó las llaves de la moto sobre la mesita junto a su casco, frustrado y molesto, y SungJong cerró la puerta detrás de él, sin saber qué hacer exactamente.