A que nunca te pensaste que los gatos te pueden maldecir. Esta es la historia de como una torpe asistente se ve sorprendida por 8 deseos y es acompañada por una extraña entidad que ha tomado el objeto menos pensado para habitar.
Comedia.
semi-eróti...
La mala suerte no puede golpear dos veces, bueno si, si puede si eres Karen.
Karen es una asistente sumergida en la monótona vida de oficinista con un secreto que ha quedado en el pasado, o por lo menos eso cree hasta que conoce al nuevo candidato a jefe de la empresa en la que trabaja, el cual resulta ser nada más, ni menos que su mismísimo ex, quién conoce todo su pasado y su mayor secreto.
Una noche de copas que podría relajar a cualquier se convierte en una situación vergonzosa al punto de terminar peleando con una figura de cerámica en el medio de un restaurante, esto la hará despertar no solo con una resaca del demonio, sino también con dos problemas qué jamás imaginó y pondrán su vida de cabeza.
La repentina presencia de una extraña entidad cobra vida en el último objeto que la hizo sentir bien.
¡Mal momento para ponerte cachonda y darte amor!
Los ocho deseos pueden volverse un problema si tienes un guía peludo demasiado gruñón y una entidad muy novata en su labor.
Nota antes de empezar.
Si ven guiones cortos o mucho espacio entre la lectura pido una disculpa, aún escribiendo desde word wattpad me arruina esto.
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Advertencia.
•Comedia semi-erótica. •Lenguaje inapropiado. •Escenas de maltrato. (BULLYING/HOMOFOBIA)
Los temas mencionados se realizan con respeto y se trata de dar superación a los personajes ficticios. Se sugiere discreción con personas sensibles a estos temas.
PRÓXIMAMENTE.
—¿Qué rayos dices Karen? —Cuestiona él en automático, su entrecejo se arruga y las comisuras de su boca se ensanchan creado una pequeña sonrisa de confusión.
—Te lo juro, después de... —Mis mejillas se acaloran al recordar las vibraciones del aparato, y la manera en que mis dedos se deslizaban entre la humedad de mi entrepierna. Mis dientes muerden el labio inferior haciendo que mi boca se vuelva incapaz de aclarar la sarta de locuras que pasó anoche.
¿Acaso estoy loca por el estrés del trabajo o el alcohol me ha jugado una broma?
Sacudo mi cabeza tratando de arreglar mis pensamientos y volver al inicio de todo.
—¡Sé que suena imposible! —Aclaré con perseverancia, callé inmediato al notar que los demás en la oficina nos voltearon a ver.
Tomé de su corbata y lo jalé inmediato a la cocina que por fortuna está vacía.
—¡Lo que te he dicho!, mi gato dijo que tu regalo; el vibrador ese ¡es mágico!