Indirectas -Stony-

#6

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Puedo jurar que subí éste capítulo, hasta que lo comentaron... ¿Qué carajo pasó?

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Días después de ese rechazo, unos tacones resonaban por los pasillos vacíos de la torre, ¿Por qué la ausencia de personas en el lugar? Dos palabras: Nick Fury, ese hombre creía que si todos pasaban más de dos días sin hacer algo estaban a nada de la jubilación, era exagerado pero muy acertado. La señorita Virginia Potts era quien daba señales de vida en la torre donde habían únicamente dos almas en pie: ella y cierto supersoldado rubio que estaba cocinando su desayuno, eran las 8:00 de la mañana, la mujer llegó hasta la cocina en busca del hombre.

— Buenos días Capitán Rogers.

Un respingo llegó al mencionado, se dio la vuelta lentamente para ver de frente a quien era la dueña momentánea del corazón que sería suyo, le regaló una sonrisa amable, ¿Cuándo es que se volvió tan buen actor?.

— Buenos días señorita Potts, ¿En qué puedo servirle?

— Oh, en nada capitán, solo quería ver quién era la otra presencia que me acompañaba en ésta torre, vaya que hasta el clima se siente frío gracias a la falta de vida.

— Oh, bueno, no tardarán en volver, de hecho creo que Tony y Nat son quienes regresarán antes que todos, así que el clíma frío se irá dentro de poco.

Comentó con gracia pero no era secreto que la mujer frente a él notó la alegría con que decía aquello, ella no era estúpida y conocía esas miradas tanto por parte del rubio como del moreno que en ese momento era su pareja, ya Jarvis le había comentado (a la fuerza) el "juego" que se llevaban éstos dos y ella no estaba feliz con eso. Le iba a dar un plazo de tiempo a Tony pero si éste no resolvía el problema lo haría ella de la manera más cruel posible, Tony era suyo y eso era correcto a comparación de lo que Rogers quería: una relación homosexual, ¿Algo mejor para arruinar la reputación de Stark? No, imposible.

—Oh si Capitán, Tony me llamó tan solo acabó la misión para informarme que se encontraba bien, siempre me han gustado sus atentas llamadas y consuelos a mi preocupación, es lo que necesitaba.

—Imagino que sí, pues... En ese caso supongo que lo esperará ¿No?, ¿Gusta que le prepare algo para desayunar?

— ¡Oh, no! No, muchas gracias, yo desayuno a las seis en punto ya sabe, horarios de trabajo.

—Comprendo...

Y para desgracia y alivio de los dos, en aquel cuarto entró quién era tan esperado junto a cierta pelirroja espía.

— Wow, ¿Una clase de reunión o están tramando un complot contra mí?

— ¡Tony! Mi amor, creí que ya estarías aquí...

La rubia se acercó al castaño y sin descaro alguno unió su boca a la suya en un beso justo frente al soldado rubio que miraba la escena con molestia y tristeza a grados gigantes, dolor era el sentimiento que predominaba; la pelirroja solamente rebotaba su mirada entre las tristes reacciones del rubio y el beso que la rubia exageraba contra un castaño sorprendido, su mirada brilló en furia, ella sabía perfectamente sobre la atracción que Steve sentía por Stark, y es decir ¿Quién no? de hecho fue ella quien lo ayudó a salir del clóset y dio un empujón hacia el atrevimiento para declarase o insinuarse poco a poco (Hasta que Clint metió su nariz en el asunto), y ahora se venía a dar cuenta de que la "señorita Potts" quería marcar territorio destrozando a Steve, vaya manera; así que con elegancia caminó hasta Steve y colgándose de su cuello y dando un sonoro beso a su mejilla lo saludó.

— ¡Steve! Que gusto verte, pero más gusto me dará ya no tener que aguantar los lloriqueos de Stark por tí, no sabes, a cada momento era un "De seguro Steve está peleando con Fury porque a él no lo envió" "Quizá Steve lleva más de veinte sacos de boxeo" "Steve me llevó una rosa que aún conservo sobre mi escritorio" "Steve, Steve, Steve"  ya cásense.

Comentó con burla excesiva antes de soltarse del muy sonrojado rubio e ir a robarle su desayuno para comenzar a devorarlo, la parejita de tórtolos finalmente se había separado.

— ¡Traidora! ¡Y no fue todo el tiempo, solo te mencioné que de seguro la paleta de hielo estaba a punto de meterse de nuevo al refrigerador por tanto aburrimiento al estar solo!

— Ajá, lo que digas, a la próxima mejor te grabaré.

Bromeó la espía para después desaparecer por el marco de la puerta junto al desayuno que el rubio había preparado para él.

El silencio se hizo pesado, casi tanto como la pesadez en el corazón del piel clara como la nieve, dolor e impotencia, quería llorar por más patético que suene, necesitaba huir.

—Eh bueno, los dejo, tengo varios asuntos que resolver así que... Nos vemos.

Intentó huir más se detuvo al escuchar la voz del hombre de hierro hablarle.

— ¡Hey! ¿No quieres los detalles de la misión o el informe? Tú eres quien pasa eso a Fury.

— No, no, no te preocupes, le pediré toda información a Natasha para así no molestarte en el taller ¿De acuerdo?

Y sin esperar respuesta se marchó lo más rápido posible. La rubia sonrió triunfante abrazando por detrás a su castaña pareja, éste por su parte no quitaba la vista de la dirección por donde el rubio desapareció, puede que él no sintiera nada más que respeto por el ídolo de América pero eso no evitaba el sabor amargo que le quedaba al ver esos ojos azules como el cielo opacarse así, después de todo era su compañero de trabajo ¿No?, Le partía el alma no corresponderle nunca, pero era su decisión y la respuesta era no.

Y Tony Stark nunca se retracta.

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En la habitación de la pelirroja se encontraba Steve, recostado boca abajo sobre la cama a un lado de Natasha quien daba el último bocado a su alimento.

— No Steve, no estés triste. Dime, ¿Quién pasa más tiempo con él? ¿Quién es su amigo? ¿Quién tiene una tensión sexual casi palpable con él? Solo porque ella venga y quiera cojérselo sobre la mesa no implica que tú no puedas quitárselo.

— Nat, eso no me hace sentir mejor. Él es feliz con ella... Y no sé, quizá debería dejarl-

—Te juro que si me dices que te rendirás así como así sabrás lo peligrosa que puedo ser solo con un tenedor y un trozo de fresa —Amenazó— 

El rubio prefirió callar y no provocar a su amiga, giró su cuerpo sobre la cama para quedar boca arriba viendo el techo, soltó el aire que contenía en sus pulmones en un suspiro.

— No... Dudo rendirme, pero no negaré que me siento sin fuerzas.

— Vamos Steve, el juego a penas comienza, ella lleva un punto, es hora de emparejar y acabarla en el marcador, ¡Yo te ayudaré!

— No lo sé Natasha, si participas temeré por mi vida.

—Pues teme Steve, porque ni el suero de súper-soldado te salvará de mí y mis tácticas para que conquistas a Tony. Misión "Conquistar a Canelita" en comienzo.

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