Indirectas -Stony-

#8

La noche llegaba, el sol estaba ocultándose dando paso a esa hermosa escena retratada cientos de veces en pinturas: la puesta del sol.

Steve se hallaba en el gimnasio de la torre, golpeando un saco de boxeo mientras hablaba (Más bien escuchaba) a la espía pelirroja que le contaba sobre la misión que ese día en la mañana había llevado a cabo.

— ... ¿Y sabes qué fue lo mejor? Que la contraseña del computador de ese jefe narcotraficante era "1234", ¿Puedes creerlo? Clint y yo casi morimos de la risa, y Stark que decía ser fundamental en esa misión, por favor.

Hablaba con gracia la pelirroja haciendo reír levemente al capitán, uff si supieran los vengadores que la contraseña de la laptop de Steve era "Contraseña" sería una burla peor a la de ese narco. Pero ¿Acaso era su culpa? Siempre olvidaba su contraseña y le frustraba ese aviso de "Contraseña incorrecta" o aquel aviso "Escriba la última contraseña que recuerda", Steve a penas si recuerda su contraseña actual ¿Esperan que recuerde la pasada o alguna otra?

— Disculpen. Capitán Rogers, señorita Romanoff, el resto del equipo los espera para cenar.

Informó Jarvis interrumpiendo educadamente la conversación. Steve dio unos últimos golpes al saco mientras giraba  su posición para atacar unas últimas veces, había estado practicando como doce horas para sacar de su sistema toda la frustración y celos que le llegaron de golpe al ver, casualmente en una revista que Natasha le dió antes de irse de misión, que hablaban del futuro de Industrias Stark y el como ésta empresa pasaría a manos de los hijos de Anthony y... Virginia Potts.

¡Dios, ese par todavía ni estaban casados y esos chismosos de las revistas ya hasta hijos les habían inventado! Corrección, no se casarán y por ende no habrán hijos.

Steve daría lo que fuera por ser él quién estuviera en la portada con Tony, no Virginia abrazándolo. ¿Por qué no podía ser él? ¿Por qué Tony la prefería a ella? Ciertamente era bella e inteligente pero ¡No! Steve tenía lo suyo... ¿O es que Tony no lo consideraba atractivo? ¿Lo creía estúpido? Quizá sí, después de todo la tecnología es la vida de Anthony y Steve no sabe un comino acerca de eso... Aún así Rogers quiere ser el todo de Tony, su amigo, su confidente, su guardián, su amor.

Un gran estruendo se hizo escuchar en el gimnasio creando eco al rededor de los dos presentes, a Natasha casi le da un infarto que la hizo soltar el sostén que tenía en manos, así es: se estaba cambiando en el gimnasio, colocándose su ropa normal para cenar cómodamente, o bueno, esa era la intención antes de ese susto.

Al girarse observó el saco de boxeo tirado al otro lado de la habitación, movió su mirada hacia donde el rubio veía con arrepentimiento a la pobre víctima de sus celos.

— Okay, casi me matas del susto y creo que mataste al saco.

Mencionó la fémina mientras se agachaba para recoger su sostén, Steve la giró a ver y al notar la desnudez en su parte superior giró su rostro sonrojado, Natasha le tenía la suficiente confianza como para hacer eso frente a él, incluso, pero hay que recordar que Rogers fue criado en una época antigua donde mostrar más arriba de la rodilla era muy mal visto. No era la primera vez que veía los pechos de Natasha pero aún así le daba mucha pena.

— Ay Steve, te sonrojaste, eres tan tierno jajaja.

Rió la fémina mientras terminaba de ponerse su camiseta, sonrió y colocó sus manos sobre su cadera.

— ¿Vamos a cenar?

— Sí, pero adelántate, iré a levantar el saco que lancé y también tomaré un baño aquí, en éstas duchas, en quince minutos estaré allá.