Indirectas -Stony-

#9

Steve, después de colocar en una esquina al pobre saco de boxeo que se desprendió de la cadena superior que lo sostenía al techo, suspiró con algo de decepción, aquellos últimos pensamientos le habían provocado un dolor en el pecho, y lo peor era que quizá tenía razón.

Quizá Tony veía en él a un simple experimento, a un hombre con exceso de... ¿Asteroides? Algo así había escuchado en una misión, cuando Barton y Tony estaban peleándose. Tony le dijo a Clint que le vendría bien comprar unas dosis de... ¡Esteroides! Sí, para dejar ese cuerpo de pollo desnutrido.

Entonces tal vez era eso, lo veía artificial comparado con Pepper que era totalmente natural.

Con tristeza en su mente se dispuso a dirigirse hacia las duchas que se hallaban tras una puerta en el gimnasio.

Eran justo como en las escuelas (Imagen de referencia al inicio del capítulo), se dividían las duchas de hombres y mujeres, y adentro de estás se encontraban como cuatro o cinco espacios de ducha divididos solo por unas cortas paredes, sin puerta individual, que tenían unos casilleros y bancas enfrente para cambiarse de ropa. Siendo puros hombres no habría nada que ocultar.

Steve entró al cuarto correspondiente  (Hombres) y comenzó a desvestirse en la zona de los casilleros y bancas, dejó su ropa sucia perfectamente doblada dentro de un casillero que tenía su nombre en un papel y de éste mismo sacó una muda de ropa limpia, una toalla blanca y tomó su celular (Dispositivo que por motivos de trabajo, por Fury, debía llevar siempre) que también estaba en el casillero, dejó dichos objetos sobre una de las bancas en las duchas y se adentró al primer cubículo, el más cercano a la puerta. Lo curioso de éstos baños es que tienen un espejo de cuerpo completo en cada una de las duchas individuales, donde Steve pudo verse de pies a cabeza... No le gustó lo que vio.

Si a Tony no le gusta su anatomía entonces es porque debe haber algo de malo en él ¿No? Quizá sus pectorales eran muy grandes o sus piernas muy marcadas, su abdomen muy remarcado y duro, quizá su corte de cabello o sus ojos, tal vez su piel era muy pálida o sus hombros muy anchos... Él fue creado para ser el soldado perfecto, no la pareja soñada...

— Sé que vale la pena, estoy dispuesto a cambiar por él.

Ya no usaría ropas muy ajustadas al cuerpo para disimular y esconder sus pectorales y piernas, iría al peluquero para un nuevo corte más "moderno" (Quizá convence a Nat para que lo ayude a elegir)  estaba dispuesto a todo eso con tal de llamar la atención de su Canelita.

Con ese pensamiento en mente sonrió un poco y abrió la llave de agua, el frío caló en sus huesos haciéndolo suspirar, un baño frío eso necesitaba.

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Sí, exactamente eso necesitaba para calmar su mente, aún tenía la esperanza de cambiar su apariencia, pero ahora no se sentía tan... Desagradable.

Salió de la ducha goteando agua a cada paso hasta llegar a la banca donde tenía sus cosas, de espaldas a la puerta, tomó su celular y lo encendió (Así es, finalmente aprendió cómo usarlo... Más o menos) al ver la pantalla notó las dos llamadas perdidas de Sam, enarcó una ceja y dejó el celular sobre la banca de nuevo, tomó la toalla y la colocó sobre su cabeza mientras restregaba su cabello para secarlo, ¿Para qué lo necesitaba Sam?

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Anthony iba refunfuñando a cada paso que daba, maldecía su suerte, maldecía la intensión de todos al pedir que comieran juntos (Unión de equipo), maldecía que el Cap no supiera qué hora era... También maldecía ese hormigueo que permanecía en su estómago... Volvería a ver a Steve.