CAPÍTULO 18.

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La extraña mujer solo nos permitió entrar a su casa a unos cuantos, le pedimos que dejara entrar a Iris ya que durante el camino se había empezado a sentir mal <<Es el veneno>> dijo el hada, entonces pensamos en la medicina que Bella había preparado para curar a Gabriel pero no recordábamos como hacerla ni mucho menos el nombre de la planta.

La extraña mujer hablaba en tono bajo con Booz, sus uñas eran largas y era algo anciana, su aspecto aunque no era una mujer hermosa denotaba ser una persona muy amabilidad.

—¿Quién es ella? — le pregunto a Arthur en un susurro, habían acostado a Iris en una cama, los demás observábamos cómo la mujer hurgaba entre todas sus cosas.

— Serafina, es una bruja.

¿Por qué habíamos venido a ver a una bruja?

— Caramba ¿en dónde lo dejé? — decía la bruja.

— Disculpe señora, pero tenemos prisa— Luke habló en su cotidiano tono de arrogancia, ¿sería así todo el tiempo?

—¿Quieres que ayude a la chica o no? — le respondió.

Buena pregunta.

— Como sea — Luke se encogió de hombros y salió del lugar.

Todos los presentes esperamos impacientes a que serafina encontrara lo que sea que estaba buscando.

—¿Y qué es lo que hacemos aquí? — preguntó Gab a Arthur, miro al joven guardián atenta por saber la respuesta.

— Eyid convenció a Serafina para que abriera un portal que nos permita llegar más rápido al bosque oscuro.

—¿Un portal? — preguntamos Gab y yo al mismo tiempo.

—¿Algo así como un agujero negro que nos traga y nos lleva al otro lado— habló Gab.

Arthur asintió

— Si, algo así.

— ¡La gran madre!— dijo Gabriel sorprendido y emocionado, en cambio yo sentía miedo.

—¡Lo tengo!— dijo Serafina alzando un anillo sobre sus dedos, lentamente se lo puso, lo miraba con atención — Sin esto no puedo hacer ningún hechizo.

Empezó a preparar algo sobre una enorme mesa llena de varias botellas con líquidos de todas clases.

— Es de esas clase de brujas que centran su poder en un objeto, ese anillo es su fuente de energía— comentó Arthur antes de que alguno de los dos le preguntáramos.

Al parecer existe una infinidad de clases de brujas, no tenía idea de eso, me pregunto ¿de qué clase será mamá? Nunca se lo pregunté y ella tampoco lo mencionó.

— Anda querida, ven y ayúdame — Serafina habló dirigiéndose a mí.

Me acerqué, lo que Serafina quería era que detuviera el cuerpo de Iris, obedecí, sujete a la chica mientras serafina aplicaba una especie de ungüento color verde, Iris grito y pataleo, la agarré con fuerza, finalmente se desmayó.

— Perfecto, en cinco días estará bien.

—¿Cinco días? — preguntamos todos al mismo tiempo.

— No tenemos cinco días — Booz tomó la palabra.

— Pues entonces déjenla aquí yo cuidaré de ella— Se ofreció.

Me pareció una propuesta muy noble de su parte y también la mejor opción para Iris, una vez acordado Booz ordenó a Arthur sacar un mapa, este obedeció inmediatamente apoyando en un espacio vacío de la mesa.

El ópalo de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora