La isla de los deseos

En el jardín del edén

Unas horas de búsqueda después.

-Marco- no puedo creer lo que veo.

-Fio- creo que mis lentes están empañados por que parece que me mienten.

Los héroes lo miraban atónitos desde una colina, aquella isla era un lugar paradisíaco, había tantos árboles frutales, cascadas, manantiales y entre otras cosas.

-Marco- creo que no moriremos de inanición.

-Fio- ya los limpie.............. pero que ven mis ojos (toda sorprendida). Recolectare algunos frutos, Marco tu ve a construir un campamento.

-Marco- no más por que no hay opción (se aleja).

-Fio- bueno empezaré con gusto. 

Ella empezó a recolectar alegremente hasta muy llegado la tarde, pero Fio se detuvo a recoger bayas azules adentrándose mucho a la selva. 

-Fio- mmmm..... creo que están en su punto llevaré unas más para Marco. Yomi, yomi comeré algunos unas más ya que aún quedan muchas.

Recolecto muchos en su gorra y cuando anocheció fue al campamento guiada por la luz de la fogata.

-Marco- ¿Fio donde estabas me tenías preocupado?

-Fio- estaba recogiendo bayas azules ¿no quieres uno?

-Marco-¡no comas eso!, ¡esas son bayas venenosas!

-Fio- ¿he como lo sabes?

-Marco- no ves la franja púrpura.

-Fio- no me siento bien.

Fio cae desmayada por envenenamiento, mientras que Marco la toma entre sus brazos. 

-Marco- ¡Fioooo!