En la tribuna era expectante del comienzo del partido, realmente le empezaba a gustar ese aire eufórico y emocionante.
Vio a su Hyung, haciendo memoria se acordaba de que le encanta el baloncesto mientras en el otro equipo contrario de su amigo veía a unos cuantos estudiantes que había visto por ahí, pero era curioso.¿Acaso también él jugaba?
JungKook.
—Será épico, lo sé—y fue una gran sorpresa al toparse con su primo WonHo a su lado, ciertamente no lo había sentido llegar ni menos sentarse justo al lado suyo.
— ¿Sí? También JungKook juega, yo… no lo sabía—y que no se notara su emoción por aquello que acababa de decir.
— ¿No lo sabías Minnie?—con gestos de negación respondió JiMin, bueno en parte oculta el castaño sí le atraía pero no era nada más allá—Verás JungKook y YoonGi siempre fueron rivales, son los mejores jugadores además los favoritos y cuando están en juego no se sabe quién ganará.
Y eso era una prueba de que tenían los mismos niveles en el juego pero siempre puede haber uno mejor que otro. Ahora sólo le quedaba ver el juego y cómo terminaría.
(…)
Tenía que ganar eso lo tenía como objetivo y la presencia del lindo pelirrubio lo agraciaba a hacer lo que pareciera increíble para sus ojos, quería sorprenderlo. Min no se llevaría a victoria porque aquello si pasara lo dejaría humillado.
Iniciaba el juego, era comienzo de una jugada. Adrenalina era parte de todos, en el primer saque se había lucido Jackson aunque no fuera tan alto era muy rápido pivoteaba pasándosela a Daniel quien estaba más pasos adelante. El balón era pertenencia de parte de los Wings el cual JungKook era el mariscal. Aún el balón estaba en juego uno que tras manos arrebatan el dominio. Hasta dar el primer anote, era parte de Pistons, eso no había generado más que conmoción por parte de sus hinchas.
Y era en ese momento que JungKook sintió esa aura de competitividad porque nada más Min le daba esa mirada de suficiencia, por anotar el primer punto y dando como una ventaja para las Pistons. Haría lo fuese a su alcance, tener en su poder el balón y anotar. Y lo había logrado, con un gran bullicio también el juego empezaba recién.
(…)
El juego seguía en ello.
Wings 18 y Pistons 20. Era una diferencia notable, los jugadores del equipo con menos puntos estaban no tan desesperados pero estaban perdiendo y no quedaba tanto tiempo. Y JungKook el cómo estaba derretía a todos del tribunal que visaban sus movimientos ligeros y certeros, es más lo encontraban sexy de esa manera en que sudaba y con ceño fruncido.Quedaban tres minutos para que el juego terminara. Y no era más claro que si no anotaba un doble punto no lograrían empatar y luego ganar.
El pase entre compañeros se valía y se dejaba ver, los Wings hacían todo para poder lograr el fortunoso doble punto o quizás un punto, era algo. El balón ahora le pertenecía a JungKook, quien con todo suyo iba por su objetivo, quizás había notado el tenue silencio, las miradas en él, la presión que ahora ejercía su cuerpo, eran muchas cosas, quizás o no, vio a alguien interponerse en su camino y el despojándolo de su camino sin la noción de la sobre fuerza que había usado por aquello. Pero en ese mismo él hacía un doble en los 1,45 minutos faltantes en que finalizaría el juego. Empatando el juego para él, celebraba en sus adentros ya a su gusto. Pero mirando al lado contrario veía varias personas reunidas dentro de la cancha.
¿Y ahora qué?
¿Está bien? ¿No tiene nada malo? ¿Por qué no reacciona?... Y en la última pregunta, en esa voz, en ese lugar. Si era el, bien no tendría que saber nada más. Pero cuando lo vio arrodillado con los ojos medio llorosos y llenos de preocupación, sabía que en parte de él había sido su culpa, bueno él lo sentía… hasta que recuerda haber utilizado una fuerza no medida en alguien, y hasta entonces no sabía quién era.
Una vez más verlo tocar las mejillas de otra persona y dándole golecitos como si fuera a estar dormido pero simplemente estaba inconsciente, YoonGi estaba inconsciente.
Y era su culpa.
¡Mierda!
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For love [ KookMin ]
FanfictionNo hay corazones rotos, nada de aquello, intentando meterse entre las piernas de aquel rubio, acude a llamar su atención. Pero, cuando las cosas se ponen más intensas ya no es lo mismo. Jeon JungKook, un playboy de primera, las cosas cambian de de...