Aela se preocupó por mí y se acercó tomándome el rostro para mirarme a los ojos -¡Yair, ¿estás bien?!- grito asustada por aquel golpe que ella misma me había terminado por dar hacia un pequeño instante.
-Sí, no te preocupes, solo me duele un poco la pierna derecha- le doy una sonrisa, en realidad me dolía pero no por eso tenía que ser mala persona con ella que en todo momento había sido buena conmigo, dejando de lado que me golpeo hace unos segundos. Una vez sentí que era apropiado levantarme me senté y quite los seguros de mi tabla para dejarme los pies libres, hacer esto me causo un gran dolor en la pierna, di un quejido de dolor y luego de esto levante mi pantalonera de la pierna derecha para ver la herida y… era bastante peor de lo que yo esperaba… El borde de la tabla de Aela me había golpeado justamente en la pantorrilla y había hecho un corte bastante profundo, no lo había notado hasta que levante la pantalonera pero una pequeña parte de la nieve estaba algo manchada por la sangre.
Cristian al ver esto se puso algo pálido y la sonrisa burlesca que siempre tenia se desapareció y se quitó tan rápido los seguros como pudo para correr a donde estábamos Aela y yo, parecía doctor pues no tardo nada en quitarse su bufanda y atarla en mi pierna, esta bufanda dejo su color marrón para tornarse más fuerte por mi sangre –Pero idiota como no te habías dado cuenta de que estas sangrando- Se notaba algo asustado, presionaba mi herida con fuerza y miraba a mis ojos con preocupación por momentos.
-No se preocupen de verdad que no me duele mucho, vamos a la cabaña, creo que allí vi un kit de emergencias- Me intente levantar con la ayuda de Aela y Cristian pero apenas apoye mi pierna derecha en la nieve me volví a caer por el dolor, ni siquiera podía mantenerme de pie, en ese momento me asuste bastante por la situación.
-Yair, vamos a llamar a el hospital, no te puedes quedar así, ¿Y Dayanna?- Justo cuando Aela dijo esto Cristian tomo un móvil satelital para que llegaran unos Médicos, tardarían unos minutos así que mientras eso pasaba buscamos a Dayanna para que para nuestra sorpresa estuviera a un lado desmayada, al parecer la sangre le causaba ese efecto.
Yo no pude evitar reírme y tanto Cristian como Aela lo hicieron también, por un momento parecía como si se nos hubiera olvidado que tenía una cortada en mi pierna, en realidad no conocía a nadie que de verdad se asustara así por ver la sangre y ella hasta se había desmayado, aunque yo fuera quien tenía la cortada, la que por cierto no me había hecho molestarme con ella para nada, son accidentes y a veces suceden mientras se hace Snowboard –Aela, antes de que te disculpes quiero dejarte bien claro que no fue tu culpa y no me molesta, así que dejémoslo en un error, ayuda a Dayanna ,con ayuda de Cristian llegare a la cabaña no te preocupes-.
Aela entendió que no quería que ella se preocupara por mí y fue con Dayanna y como pudo la despertó, Cristian me ayudo a caminar vitando hacer presión en mi pierna derecha llevándome hasta la cabaña para recostarme en un sofá, yo la verdad odiaba la idea de sentiré inútil por un momento pero esperaba a que una vez llegaran los médicos me arreglaran la pierna para seguirnos divirtiendo el día siguiente aunque fuera.
Los médicos llegaron casi 10 minutos después de que les llamamos y me atendieron sin problema, fueron amables y me ayudaron a sanar la herida, la desinfectaron, cerraron y vendaron, luego de esto uno de ellos me vio y trago algo de saliva –Yair ¿Cierto?- preguntó mirándome a los ojos.
-Si ¿Qué pasa Doctor?- Vi su expresión y me asuste un poco, parecía que no sería una buena noticia.
-Lamento esto pero ya que no quieres ir a un hospital deberás evitar el patinar, por lo menos por un mes y medio, de otra forma de verdad te vas a lastimar, esa cortada estuvo a nada de tocar tu hueso, ahora mismo está bastante vulnerable- El doctor entendía mi dolor por lo que al decirme esto bajo la mirada.
Yo… no podía similar la noticia, primero me negué a aceptar la situación, la tristeza se apodero de mi haciendo que algunas lágrimas bajaran por mis ojos lentamente –Doctor, está bromeando ¿Cierto?- Yo mantenía una sonrisa en mi rostro aunque las lágrimas lo recorrían al mismo tiempo, aquel doctor solamente negó con la cabeza y se despido para irse junto a su compañero, una vez se fue me quede solo pues mis amigos se habían ido por mi petición, aproveché que estaba solo para llorar, me recargue en el sofá, puse mis manos sobre mis ojos y comencé a llorar en silencio. No quería culpar a Aela por esa herida pues sabía que no lo había hecho con intención pero tampoco quería aceptar que no podría hacer snowboard por un momento.
Apenas comencé a llorar parecía que la había invocado Aela entro y me vio allí, totalmente vulnerable y frágil cual hoja, ella simplemente de acerco a mí y me abrazó poniendo su cabeza recargada en mi pecho –Lo siento… Yo de verdad siento haberte herido, el médico me dijo todo lo que paso y lamento haberte causado un problema como este-.
Su voz se escuchaba tan llorosa que no pude evitar sentirme más mal por ella que por mí, correspondí a su abrazo y comencé a acariciarle la cabeza tratando de calmarla aunque sea un poco –Ya… Ya Aela, no fue tu culpa, pero si así quieres tomarlo te obligare a hacer otras cosas conmigo, como bajar en trineo, ¿Si?- sonreí aunque aún tenía un poco mojado el rostro por las lágrimas, y los ojos rojos por llorar.
-Tonto… No ya verás que podemos hacer más cosas con tu pierna cortada- Levanto su rostro para mírame a los ojos, algunas lágrimas habían recorrido su rostro y tenía una sonrisa tan dañada como la mía pero comenzó a reír.
Su risa terminó por hacerme reír a mí también mirándole a los ojos, luego de esto le abrace un poco más fuerte y di un beso en la frente, apenas hice esto Cristian abre la puerta y no mira dándonos aquel abrazo.
-¡Nosotros también queremos!- Corre a donde estábamos abrazándonos y salta sobre mí para abrazarme, detrás del Dayanna ya algo recuperada camina hasta nosotros dándonos un abrazo, todos comenzamos a reír y como pude abracé a los tres.
-Vamos a divertirnos aunque no me funcione la pierna, debemos hacer una guerra de nieve- Ellos rieron con más fuerza, al parecer mi imprudencia les causaba esa risa, yo no entendí porque se estaban riendo, solamente estaban riendo y yo tratando de asimilar que les causaba risa.
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Nevada En Mi Corazón
RomanceYair y Cristian son unos amigos de la infancia que se deciden a hacer otro viaje a una montaña nevada para hacer snowboard y convivir entre ellos, pero Yair se ve involucrado en una situación extraña por el hecho de que Cristian invito a una de sus...