Mala decisión

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Al día siguiente allí me encontraba yo, cubierto  por algo de nieve extra, a pesar de esto no tenía demasiado frio, en realidad estaba algo cálido, luego giré mi rostro para ver a la chica y allí seguía completamente dormida, esto inevitablemente me hizo dar una pequeña carcajada, en voz baja obviamente, no quería que ella despertara a causa de una risa.

Preferí guardar silencio durante un momento hasta que pensé sería bueno despertarla, así que la mejor idea que se vino a mi mente fue picarle una mejilla y hacerla despertar, así lo hice, pique su mejilla con uno de mis dedos y susurre –Vamos Aela, sé que posiblemente estés cómoda pero tampoco podemos quedarnos a dormir todo el día aquí- apenas le dije eso ella despertó y levanto su mirada a mí, tenía los ojos un poco llorosos, se veía que estaba durmiendo muy cómodamente y yo la había despertado.

-Lo siento, pero era despertarte o dejarte tirada durmiendo en la nieve, y creo que eso no estaría bien en ningún sentido- Aela dio una sonrisa realmente bella, luego se sentó en la nieve.

-No te preocupes de verdad no me molesta que lo hagas, de hecho me parece bien, así podeos ir a desayunar- Aela me ayudo a levantarme de mi asiento, yo tome su mano y me levante, apenas lo hice un dolor agudo pero potente recorrió mi pierna, sentí como se durmió y dejo de responder pero no hice demasiado alboroto a causa de eso, realmente no quería preocuparla.

-Bien, vamos, tus compañeros de cabaña estarán algo preocupados porque no llegaras a dormir esta noche- Ella únicamente negó con la cabeza y caminamos nuevamente a las cabañas, durante todo el camino nos sujetamos de las manos, al llegar ella fue a su cabaña para avisar que todo estaba bien, por desgracia al irme yo a mi cabaña allí estaban tanto Cristian como Dayanna, al parecer también estaban preocupados por mí pero yo no tenía muchas ganas de hablarles, así que pasé directamente por entre ellos, pero como era de esperarse Cristian no me dejo hacerlo, tomo mi brazo y me hizo verlo.

-¿A dónde crees que vas? Nos tenías muy preocupados, ¿lo sabes?- En ese momento no pude contenerme más y termine explotando, simplemente me giré para verlo y apenas lo hice le di un golpe directamente al rostro, no me importo hacerlo con tanta fuerza como me fue posible y el termino por irse hasta el suelo, al verlo allí únicamente seguí mi camino y me fui a mi habitación.

De allí en delante no pasaron demasiadas cosas, los días se volvieron un poco monótonos, mi pierna se había sanado al punto donde caminar no me causaba dolor y tampoco caminaba mal, pero seguía lo suficientemente  mal que si llegara a intentar hacer snowboard mi pierna volvería a abrirse y romper la sutura, no quería hacerlo, realmente no me agradaba la idea de pasar por lo mismo nuevamente.

Mi relación con Aela iba bastante bien, habíamos progresado bastante y me sentía mucho mejor estando con ella ahora mismo, era bastante más cómodo con ella, en fin, no había vuelto a hablar con mis compañeros desde entonces, nada aparte de lo esencial, cosas que de verdad necesitaba decir ara estar bien y eso, hasta que un día mientras recién me despertaba alguien abrió mi puerta y allí estaba Cristian con un rostro realmente deprimido, se acercó a mí y se sentó en la cama a un lado mío –Hermano, discúlpame por lo que paso, no sé ni siquiera como fue que llegamos a eso, pero solo fue un beso y mira, te ayudo a encontrar una relación buena, ¿me la debes no?-.

-Yo no te debo nada- Dije con un tono de voz aparentando estar molesto, una vez vi que él se estaba hiendo deprimido simplemente di una sonrisa mirándolo –Tómalo a cuenta por la tabla que te rompí la última vez- Apenas dije esto lo vi sonreír y se lanzó a darme un abrazo, yo se lo correspondí pues realmente era mi amigo y le tenía demasiado aprecio como para perder una amistad como la suya por únicamente una chica, una vez él se separó parecía muy entusiasmado y prácticamente gritando me dijo –Gracias.. Si quieres sigue durmiendo, es muy temprano, anda, estas mal-

A mí eso realmente me causo gracia, el parecía ser un niño pequeño sobre protector cuando se emocionaba tanto, siempre era así, todo lo contrario a mí, que  pues tenía una personalidad bastante más fuerte que la de él, en fin, una vez salió de mi habitación fui a darme una ducha y a alistarme para buscar algo divertido que hacer ese día, de alguna forma tenía que divertirme sin poder hacer snowboard, primero como de costumbre fui a desayunar, allí estaba Aela esperándome con una sonrisa, me acerque a ella, le di un pequeño beso en los labios, comimos juntos por unos minutos y de la nada llegó Cristian con nosotros, comimos juntos, platicaos y de más cosas, al terminar me despedí de ellos, ellos junto a muchos otros snowboarders se irían allí pues parecía ser muy buena, me fui a la cabaña un momento hasta que se fueron todos.

-Bueno ¿y ahora qué?- Durante un momento jugué con mi móvil pero termine por aburrirme, al salir de la cabaña me encontré con unos niños y sus padres haciendo muñecos de nieve, una niña me vio demasiado aburrida y me invito a ayudarle, dijo que su padre no podía jugar con ella porque estaba ocupado y no quería perder contra su amiguito y su padre, al parecer ahora estaba involucrado en una competencia de muñecos de nieve, pero sonaba interesante así que no me negué a participar –Niña, haremos el mejor muñeco de nieve de todo el mundo, es una promesa-

Aquella niña me hizo hacer el “Piky Promise” eso me causo gracia pero acepte, luego comenzamos a jugar con la nieve, hicimos 3 esferas de distintos tamaños para poder hacerlo, justamente cuando terminamos de acomodar las esferas pensé algo –Ya vengo, dame solo 5 minutos-

Me fui corriendo de allí y termine por ir a la cabaña, saque un gorro, una bufanda y una chaqueta, luego me fui al comedor y conseguí tanto dos arándanos como una zanahoria, luego volví con aquella pequeña, le pusimos la nariz con la zanahoria, los ojos con arándanos, le pusimos tanto el gorro como la bufanda y la chaqueta y al final estaba terminado.

-Yo diría que nos quedó muy bien- Le di una sonrisa y luego mostramos los muñecos de nieve, ambos se veían muy bien, pero me gustaba más el mío, lo habíamos hecho entre esa niña y yo, al terminar se acerca aquel señor, realmente no era tan viejo como se veía de lejos –Chico, esta noche vamos a hacer snow por la colina, nos alejaremos un poco porque queremos que sea secreto, y quisiera que fueras, será bueno- dijo aquel padre, luego me dio la mano y se fue, ni siquiera me dijo su nombre pero no lo pregunte, se veía buena persona.

-supongo que si nadie se entera no se preocuparan, y si tengo cuidado seguro no pase nada- al final en mi  mente decidí aceptar, pero sería en la noche así que únicamente jugué con la niña y sus amigos a una guerra de bolas de nieve, por cierto, eran unos pequeños demonios, la mayoría de esferas iban directo a mí, estos niños…

[Alerta, posibles escenas +18 en el siguiente capitulo]

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