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El día lo consumo buscando tiendas para comprar un móvil en ese pueblo, puedo permitirme uno, pero si gastaba dinero en él me tendría que privar de muchas cosas porque la verdad es que no me sobra el capital.
Pienso en mil maneras de comunicarme con Beth, el hecho de que se encuentre en una masía en las montañas lo ponía difícil, tengo su número anotado, así que como última opción podría llamarla un par de veces por una cabina telefónica, aunque estas estén casi extintas.
Ceno un falafel muy barato y malo en la plaza del ayuntamiento, no se quien pone un kebab en la plaza del ayuntamiento, pero me ha salvado la vida, me encanta esta comida. Bebo dos cervezas y cuando no me doy cuenta tengo la tercera en la mano. No la acabo cuando pago y me voy del local haciendo eses.
El alcohol hace su efecto pero no me importa, me lo quiero pasar bien.
Un pequeño pub en un callejón se hace escuchar con música fuerte pero ensordecida por las puertas de entrada y se hace ver con luces azules de neón brillantes.
Entro y un segurata me mira de arriba a abajo, se que es raro entrar con una mochila gigante. Me siento en una esquina, en un sillón de terciopelo rojo, está bastante oscuro, el local es pequeño, y en la pista de baile hay gente moviéndose, hay una barra con un par de personas bebiendo y los demás se reparten en mesas de madera negra. Una camarera con uniforme y el pelo demasiado arreglado se acerca a mi.
  -Buenas noches, ¿que desea?- sonríe "amablemente".
  -Ponme un puerto de indias con lima - se me pone un poco de pelo en la frente y me lo peino hacia atrás en su dirección.
  -Enseguida.- Marcha a la barra y le dice la comanda a un chico musculoso y moreno con camisa negra.
Una chica de mi edad, de tez morena y el pelo liso se acerca a mi mesa hasta ponerse demasiado cerca mío.
  -¿Está ocupado? - Posa la mano sobre un banco al lado mío.
  -No-
  -Está bien -Se sienta en mi mesa, si no me equivoco está bebida, casi como yo.
No se que decirle, tampoco quiero echarle de mi mesa, me sabe mal. Se mira las uñas mientras un chico de pelo rapado se acerca a ella por detrás.
  -Sara, ¿que haces aquí?- Le coge de un hombro.
  -Con mi amigo - me mira con los ojos entreabiertos, vale, ha bebido mucho más que yo.
  -Bueno - dice el - Ven con tu amigo a bailar entonces.
La camarera trae mi puerto de indias con lima y se retira, bebo un sorbo y la chica que se ha sentado en mi mesa, "Sara", me coge del codo y me levanta.
Me resisto y me mira estando los dos de pie.
  -Ven a bailar, te presento a un par de amigos.- Sigo con la copa en la mano.
  -Iré si quieres, pero no bailo.- Le digo antes de que ponga los ojos en blanco y siga estirando de mí para que le siga.
En la pista no hay ningún amigo suyo, solo hay un par de chicas y un grupo de chicos más mayores que nosotros.
  -Bailas bien - No se si lo dice con ironía, el caso es que no me había dado cuenta de que estaba bailando.
  -Bueno, gracias - le digo bebiendo otro sorbo, no recuerdo haber bebido pero ya ha bajado un cuarto de la copa.
  -¿Me das un poco? - Me dice señalando la copa sin dejar de bailar.
  -Si.- le ofrezco la bebida y antes de posar los labios en el borde de la copa me mira.
  -¿Que te trae por aquí forastero?- Apoya los labios e inclina un poco la copa.
  -He conocido a una chica que se llama Beth, estuvimos unos días juntos pero hoy  mismo se fue a un evento que tenía- Nada más dejar de hablar escupe un poco de la bebida en el suelo, se atraganta y se ríe.
  -¿Has dicho Beth?- se sorprende mucho. Estoy muy mareado pero relajado a la vez.
  -Si, ¿por? ¿La conoces?- Le cojo la copa y bebo un poco.
Tarda unos segundos en contestar, mira a un lado y sonríe.
  -Sí, es una buena amiga mía.- Ríe sin separar los labios unos segundos.
  -Que casualidad.- Digo y sigo bebiendo.

Pasamos unas horas hablando y bebiendo, me habla poco de Beth, según ella se llevan muy bien y tienen una amistad muy bonita, de pequeñas eran inseparables, y ahora más aún, viajaban, estudiaban, paseaban, comían e iban al cine juntas.
  -¿Donde vas a dormir? - Me pregunta cuando estamos abrigándonos para salir.
  -Le he echado un ojo a un hossstal de por ahí- Me río sin ningún puto sentido.
  -Vas muy mal, ven a mi casa, te dejo el sofá libre, no te dejarán entrar borracho.- Salimos del pub.
  -¿Vivesss sola?- Digo y me apoyo en una farola.
  -No, en un piso compartido justo aquí al lado.-
  -No ssé- Digo rascándome la barbilla.
  -No tengas miedo, somos todos muy majos.- me dice y sigue caminando.
  -Bien está, no, esttta bien.- Levanto el pulgar en su dirección.

Llegamos a su casa en menos de dos minutos, estaba muy cerca de aquí.
Me da una almohada y un par de mantas, el resto de personas parecen estar dormidas en sus habitaciones. Me pongo unos pantalones cortos de chándal y una camiseta de la Juventus para dormir.
Antes de que se vaya me da un paracetamol y una botella de agua.
  -Tómate esto y bebe mucha agua.- Por muy borracho que este sé que se fija en mis cicatrices cuando levanto la mano para beber.
Me echo el pelo hacia atrás y me siento en el sofá, Sara se sienta al lado mío.
  -Si necesitas cualquier cosa - Habla muy lento siseando. - Solo dímelo.-
Se pone el pelo de lado y me clava sus ojos azabache .
No se porque pero estoy un poco incómodo, me revuelvo en mi sitio y le sonrío si saber que hacer.
  -Eres muy guapo - me acaricia la barbilla - Esas cicatrices te hacen muy masculino y pareces peligroso.- Dice mientras se acerca a mi.
A escasos centímetros de mí me echa su aliento en mis labios, hay un par de centímetros entre nuestras narices.
  -Pasemos un buen rato- Cuando lo dice su perfume fuerte de canela inmunda mis fosas nasales.
Se que se acerca muy poco a poco.
<<Beth...>>.

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