Sakura salió a caminar por los alrededores del castillo, la nueva misión sería pronto y la verdad era que no deseaba ir. Si seguía matando terminaría perdiendo la razón. Su vida estaba demasiado destruida. ¿Tendría algún perdón?, ¿valía la pena arrepentirse tan tarde?, luego de haber matado a tanta gente, luego de haber dejado a tantas familias desoladas, luego de haber permitido que se cometieran asesinatos. La única forma que existía para parar todo eso era acabando con Madara. Sin embargo, para ello necesitaba mejorar, y también seguir siendo de su confianza, lo que la llevaba a lo mismo: debía seguir matando. Suspiró, ¿qué diferencia iba a hacer un alma más en su conciencia?
-Una flor de cerezo llegando el invierno, eso sí que es raro –dijo una voz en su espalda.
Sakura dio media vuelta y observó a quien le había hablado con cansancio, era muy usual que intentaran conquistarla con alegorías a su nombre o el color de su pelo, dos cosas que detestaba. El hombre era de cabello rubio atado en una cola de caballo, un mechón le tapaba un ojo, su único ojo visible era de color celeste. Sonreía soberbio y se acercaba a ella de forma peligrosa, muy peligrosa, Deidara era una persona en la que no se podía confiar, y para desgracia de Sakura estaba bastante obsesionado con ella.
-¿Qué quieres Deidara?, no estoy de humor para que vengas a molestarme –dijo de mala gana tratando de aparentar calma, ese hombre la perturbaba bastante. Pero no había de qué preocuparse, él era alguien que no molestaría a su consciencia. Podría entretenerse un poco con ese engreído ser.
-Te vi saliendo y te seguí. Estamos bastante alejados del castillo, ¿no te parece?
-¿Y eso qué? –preguntó, su mano derecha se movió lentamente hacia su espalda donde guardaba un kunai debajo de la remera.
-No, no –Deidara apareció a su espalda atrapando su mano- si sacas un arma, esto no será divertido.
-Suéltame ahora –dijo entre dientes.
-Vamos, Sakura, podemos ser amigos, en especial ahora que estás sola... supe que tuviste que matar a Sasori. Ya no tienes a tu protector ni a tu amante. Deberías pensar en buscar uno nuevo.
-No necesito que nadie me proteja, sé hacerlo sola –respondió y de un movimiento rápido se soltó del agarre de Deidara y se separó de él. Que le haya hablado del acto que había cometido la enfureció bastante.
-Qué lástima, no quería tener que obligarte...
Deidara suspiró y en un abrir y cerrar de ojos desapareció y apareció a escasos milímetros de la pelirrosa, quien trató de retroceder pero se encontró con que algo entorpecía su paso a su espalda. Miró hacia atrás y se encontró con otro Deidara.
-¿Un clon? –preguntó asombrada, no había visto cuándo lo había hecho.
-Una perfecta obra de arte que estallará si no me obedeces –respondió Deidara atrapando su rostro con una de sus manos. La boca que tenía en su palma sacó su lengua y le lamió la mejilla.
Sakura lo golpeó rápidamente para alejarlo. Pero el clon la atrapó con sus brazos que se estiraron hasta casi envolverla.
-¡¡Suéltame maldito enfermo!!, ¡si me vuelves a tocar...
-¿Qué harás?, ¿vas a ir corriendo al Maestro a decirle lo que hice?, ¿vas a degradarte frente a todos diciendo que tú, una asesina de elite fue vencida y controlada con unos pocos movimientos?, no lo creo, Sakura, eres demasiado orgullosa para eso. Debo admitir que estoy algo decepcionado, me esperaba mucho más. Supongo que te atrapé algo distraída... mejor para mí, podré disfrutar mucho esto...
Sakura casi rió para sus adentros qué estúpido, pensaba que iba a tenerla con tanta facilidad. No había llegado a la elite de pura casualidad, tenía fuerza, destreza y astucia. Siempre había una forma de escapar, sólo había que esperar el momento adecuado, mientras tanto, había que actuar como una mujer indefensa.
-No me parece muy correcto lo que estás haciendo, Deidara. Odio ver cómo te aprovechas de las mujeres –una sombra apareció detrás del rubio que abrió su ojo visible muy grande al escucharlo.
Sakura también se sorprendió, no se esperaba que esa persona viniera a ayudarla. No temía a Deidara, pero a él sí, conocía muchas historias, sabía de su tremenda crueldad. Llevaba unas vendas que cubrían su boca. Había gente que decía que devoraba a quienes asesinaba. No sabía si era mentira o no, pero el simple tono de su voz hacía que cualquiera sintiera un tremendo temor y respeto hacia él.
-Zabuza... -Deidara sonrió y se alejó- no sabía que habías vuelto de tu misión.
-Fue bastante simple... recién llego y debo encontrarme con esta situación. ¿Por qué no la liberas y sigues tu camino, Deidara?
-Si... jeje... sólo estábamos jugando...
-Me imagino, espero no volverte a ver jugando de esta forma. De lo contrario –levantó su mano y tocó la empuñadura de la gran espada que llevaba en su espalda- tendré que encargarme de ti...
-No volverá a pasar...
Deidara hizo desaparecer al clon y salió corriendo lo más rápido que pudo. Sakura se quedó paralizada observando a su rescatador o quizá su nuevo torturador, no sabía qué pensar de ese hombre.
-Había oído que eras una buena asesina, Sakura Haruno, sin embargo, me siento un poco decepcionado si semejante idiota te atrapa. No es usual que Madara se equivoque en la elección de sus hombres o en tu caso... mujeres...
-Me tomó por sorpresa, debo admitir... -mintió, prefería quedar como una tonta, en ese mundo era mejor pasar desapercibidos, si llamabas demasiado la atención, los leones podían venir- sé que eso son vanas excusas para gente como nosotros, que debemos estar siempre preparados y...
-Está bien, no soy nadie para juzgarte. Aunque si hubieses sido mi alumna ya estarías muerta. Sasori fue demasiado blando contigo, al igual que Madara.
-¡¡Sakura!! –Naruto corrió hacia ellos y se interpuso entre ambos con su katana apuntando el cuello de Zabuza- aléjate de ella –le dijo entre dientes.
-Tranquilo, Naruto, acabo de salvar a tu compañera. No pensaba hacerle nada –Zabuza levantó las manos en señal de rendición, Sakura pudo notar que sonreía debajo de las vendas.
-¿Por qué será que dudo de tus palabras?
-La verdad, no lo sé, siempre te dije que debías ser más relajado...
-Siempre me resultó difícil estar relajado al lado de semejante sensei –respondió el rubio. Sakura abrió los ojos sorprendida. ¿Zabuza había sido su maestro?, ahora entendía las palabras que había dicho Naruto en la cabaña.
-Jajaja –Zabuza rió- nunca pensé en matarte, eres demasiado valioso para el Maestro... bueno tú exactamente no... pero me entiendes ¿verdad chico?
El rostro de Naruto pareció deformarse por la ira. Tenía los puños apretados con fuerza y se notaba que le costaba hablar. Sakura se acercó a él e intentó colocar una mano en su hombro pero antes de llegar a tocarlo, el rubio volvió a hablar.
-Sakura, por favor, vuelve al castillo...
-Sí... -la pelirrosa se fue sin decir nada más, se notaba la tensión a kilómetros y prefería no meterse en los asuntos de esos dos.
Zabuza la observó alejarse aún más divertido, ahora sabía que su pequeño alumno no les había contado nada a sus compañeros sobre lo que poseía en su interior.
-Si quieres impresionarla, primero debes salvarla de una amenaza verdadera, Naruto. No quedarte mirando desde las sombras...
-No quiero impresionarla, simplemente la protejo de verdaderas amenazas.
-¿Dices que ella podría haberse deshecho de Deidara por su cuenta? Interesante...
-No dije nada.
-Pero si no hiciste nada a pesar de estar cerca –el rubio frunció el entrecejo, lo había descubierto como siempre- Naruto el salvador, siempre preferiste ese título al de Naruto el asesino. Sin embargo, el segundo es tu verdadero nombre. Tú no naciste para salvar, sino para matar, es increíble que luego de tantos años no hayas logrado captar la idea, y pensar que me esforcé tanto por inculcártela.
-Soy algo lento –respondió el rubio riendo de lado.
-Lo sé, un alumno bastante fallido, le advertí a Madara, pero está demasiado obsesionado con ese demonio que posees para ver la verdad.
-¿Qué verdad? –preguntó Naruto confundido.
-Que eres el más peligroso de aquí, porque tus ideales, que no fueron los que yo te enseñé, algún día nos llevarán a todos a una guerra, una lucha a muerte por nuestra salvación y la continuidad de esta Hermandad.
-Como si a ti te interesara la Hermandad.
-Me gusta mi trabajo... un cambio de jefe no me molestaría, sí me molestaría la aniquilación de este lugar... a propósito, deberías advertirles a los nuevos integrantes de tu equipo sobre tu pequeño zorrito.
-Se enterarán sólo si es necesario...
-O cuando vuelvas a descontrolarte... -Zabuza lo miró fijamente, pero no hubo ningún cambio en el rostro del rubio, había aprendido algunas cosas bastante bien. Le gustaría saber si ya podría controlarlo, pero al parecer de esta forma no lo sabría.
-Debo ir a buscar algo nuevo que hacer, así que dejaremos esta charla para otro momento.
-No quiero volver a verte cerca de ella nunca más –dijo el rubio cuando Zabuza pasó a su lado, sus ojos estaban rojos con la pupila recta, el odio lo invadía, ver a esa persona lo enfermaba y enfurecía. Zabuza entendió que quizá aún no lo controlaba, una gran lástima.
-Ya te dije, la estaba ayudando con un pequeño problemita que tenía, no pensaba tocarle un solo pelo. Sé lo que sientes de ella, toda tu vida has sentido lo mismo, se nota en tus ojos. Ten cuidado, si Madara llega a enterarse, date por muerto. Nadie toca a su preciado tesoro sin su permiso, y estoy seguro de que no quiere que tú justamente te le acerques.
-¿Preciado tesoro? –preguntó Naruto.
-Sabes muy poco, chico. Sólo te diré que si deseas destruir a Madara, primero debes destruir todo lo que él más aprecia. Pero claro, allí te encontrarás con un conflicto de intereses, me pregunto qué será lo que elijas. ¿La libertad o ella?
-¿De qué estás hablando?
-Creo haberte educado bien, descúbrelo por tu cuenta. Si pretendes un cambio primero debes informarte.
Naruto lo miró con el ceño fruncido, Zabuza volvió a sonreír y con un gesto de su mano se despidió de su antiguo alumno.
..........................
Al otro día, los tres jóvenes se subieron a sus respectivos caballos, el viaje era algo largo y para aparentar deberían ir sobre los animales. Zetsu le entregó a Sasuke unos papeles. Y luego habló con los tres.
-La persona que ha pedido el trabajo desea que primero averigüen dónde se encuentra su hermana. Al parecer el objetivo se la ha llevado. Ese hombre trafica con personas. Obtengan la ubicación de la mujer y luego acaben con el objetivo. Traigan su anillo con su sello como prueba, es algo de mucho valor para él y sólo muerto alguien se lo podría quitar. Tiene mucho dinero y hombres a su cargo. Será difícil, pero sé que no imposible, al fin y al cabo, son la elite...
-Si la mujer está allí ¿tenemos que ayudarla? –preguntó Sasuke con cierta molestia, no le gustaban las misiones de rescate.
-Sólo libérenla...
Los tres asintieron y luego partieron. No dijeron nada durante las primeras horas del viaje. Luego Sasuke los hizo detenerse.
-¿Qué pasa? –preguntó el rubio.
-Quería decirles cuál es el plan.
-¿Plan?, ¿ya tienes un plan? –Naruto lo miró asombrado.
-A decir verdad, lo estuve preparando desde que nos dieron la información de esta misión –Sasuke mostró unos papeles a sus compañeros, eran planos de una gran fortaleza- el objetivo desea mejorar su fortaleza y para ello contrató a un muy conocido constructor. Él estuvo diseñando el lugar para poder luego empezar la obra.
-¿Cómo supiste eso? –preguntó Sakura.
-¿Cómo pudiste averiguarlo en menos de un día? –agregó Naruto mirando a Sasuke como si fuera un loco- ¿duermes de vez en cuando?
-Zetsu puede ser de ayuda si aprendes a tratarlo –respondió cortante Sasuke- Ayer pude encontrar al hombre. Hablé con él y le conté parte de la situación.
-¿Le dijiste que eres un asesino?
-No, idiota, le dije que soy un ninja que fui contratado para rescatar a las personas que el objetivo tiene. El constructor no sabía nada de lo que hacía este hombre así que de inmediato me ofreció su ayuda. Me contó sobre sus ideas y que en estos días iba a viajar a la fortaleza para encontrarse con el objetivo y terminar de arreglar las cosas. Nosotros nos haremos pasar por él y su esposa para poder entrar y obtener la información que nos piden.
-Nosotros te refieres a ti y a Sakura, ¿yo qué se supone que voy a hacer?
-Tú te harás pasar por un ninja que nos acompaña para protección, los caminos están peligrosos estos días.
-Genial –dijo el rubio sarcástico.
-¿El objetivo conoce al constructor y su esposa? –preguntó Sakura.
-Al hombre sí, como ya lo he visto, no tendré problemas para poder hacer un jutsu de transformación. Tú conviértete en quien quieras, aunque si es una mujer linda mejor, si no hay otra opción, tendrás que seducirlo.
-Bien, no hay problema.
-¿Seducirlo?, yo no voy a dejar que...
-¡Naruto! Dije si no hay otra opción –lo calló Sasuke.
-No se preocupen por mí, chicos, sé cuidarme y sé cómo hacer mi trabajo –respondió Sakura.
-Perfecto –Naruto se cruzó de brazos.
-Los caballos tienen que descansar, nos quedaremos un rato aquí y luego seguiremos camino.
-Bien. Voy a revisar los alrededores –dijo Naruto y desapareció.
-No creo que sea necesario que tengas que seducir al hombre, así que no te preocupes –le dijo Sasuke a la pelirrosa.
-Ya te dije, no tienes que preocuparte.
-No me gusta pensar que tendrás que hacer eso –respondió el morocho acercándose a ella con una sonrisa bastante maliciosa en el rostro.
-¿Acaso mi marido constructor hará una escena de celos? –preguntó Sakura sonriendo. Sabía lo que estaba sucediendo, pero no le importaba demasiado, la verdad era que necesitaba estar con alguien y si Sasuke pretendía algo de ella, no le constaría demasiado trabajo obtenerlo.
-Quizá si... ¿te molesta? –continuó él hasta llegar a estar tan cerca de ella que podía sentir su respiración en el rostro.
-En absoluto, me halaga.
Sasuke sonrió y tomó su mentón para poder atraerlo hacia él.
-Ejem... -Naruto los interrumpió, Sasuke sonrió y separándose de ella miró al rubio- ¿los molesto? –preguntó bastante enojado.
-Sí, bastante... pero eso sucede todo el tiempo –contestó Sasuke sin borrar la sonrisa de su rostro. Naruto frunció el entrecejo. Sakura se mantuvo en silencio ¿en qué estaba pensando?
-Una lástima, pero no podemos quedarnos para que se sigan entreteniendo. Hay ninjas cerca, y no son cualquiera, son ninjas de Konoha.
-¿Konoha?, ¿qué hacen por aquí?
-¿Quieres ir a preguntar?, no tengo ningún problema, son tres y uno es el ninja copia Kakashi.
-El portador del Sharingan que no es un Uchiha –susurró Sasuke con odio apretando los puños con fuerza- ya he luchado contra él... puedo...
-Sasuke... -Sakura apoyó una mano sobre su brazo- será mejor que nos vayamos, no debemos meternos en luchas innecesarias, somos sombras, recuerda, no debemos alertarlos...
-Si... -respondió el morocho volviendo a la normalidad. Hacía unos años atrás había tenido que pelear contra ese ninja, era sumamente bueno y casi le cuesta la vida, pero por lo menos había logrado robarle un excelente jutsu que él luego perfeccionó, el Sharingan tenía múltiples ventajas. A Kakashi le llamaban el ninja copia, "el que le roba a un ladrón... pensó en ese momento.
-Perfecto, entonces vamos –dijo Naruto subiéndose a su caballo.
Sus dos compañeros lo imitaron y pronto estuvieron lejos de ese lugar. Sakura agradeció la interrupción del rubio. Lo que estuvo a punto de hacer, estaba mal, ella no debía meterse con el Uchiha, él era igual a Madara, uno de sus más fieles asesinos. Alguien peligroso. Sin embargo sus sentimientos la traicionaban, sentía algo por él. Con el pasar de las semanas cada vez lo notaba más. Le gustaba estar a su lado, entrenar con él y hasta tener esas charlas con doble sentido que a veces tenían. Era intrigante y muy sexy. Miró a Naruto que estaba más callado que de costumbre y aún más serio. Si Sasuke era intrigante, Naruto lo era aún más. Sabía tan poco de él. Habían demasiadas cosas raras en ese hombre. Muchos secretos lo rodeaban y al mismo tiempo parecía tan abierto y simple. Las veces que habían hablado... sintió como si el rubio fuera más similar a ella, como si también quisiera escapar de la Hermandad. Se preguntaba hasta qué punto estaría hablando con la verdad. Porque había que tener en cuenta que era un asesino como todos y también un buen mentiroso. Su Maestro también había dicho algo interesante, supuestamente Naruto era importante para el Maestro, pero por algo que no terminó de decir, ¿qué sería?
Se hizo de noche y decidieron parar para poder descansar un poco. Sakura se sentó sobre una roca agotada, el viaje en caballo la cansaba más que ir por sus propios medios por la falta de costumbre. Sasuke fue a revisar los alrededores por lo que se quedó sola con el rubio, quien no parecía tener intenciones de hablar a diferencia de otras veces y hasta se veía más enojado.
-Naruto... yo... quería hablarte de lo de hoy, más temprano cuando nos viste a mí y a...
-No te preocupes, si quieres tener un... algo con ese no diré nada. No soy un soplón y no me beneficia en nada serlo.
-Gracias... igual, Sasuke y yo no...
-No quiero saberlo, Sakura –la cortó bastante seco- tus cuestiones no son de mi importancia. Trabajamos juntos porque Madara lo ordenó de lo contrario ni siquiera hablaríamos, así que ¿por qué te molestas por explicarme esas cosas? –le molestaba demasiado y le dolía aún más, ¿por qué tuvo que fijarse en ella? todo sería más fácil si no se sintiera así.
-No es eso –ella también se estaba irritando, ¿por qué la trataba así de pronto?- estás actuando bastante extraño desde hace rato...
-No estoy de humor, eso es todo –lo pensó mejor, ¿y si era más cruel con ella? quizá así terminaría odiándolo y él se libraría de esos sentimientos- En realidad este es mi humor, acostúmbrate.
-Es extraño, las veces anteriores no actuabas de esta forma... ¿es por lo de tu maestro? –pensó que quizá la cosa sería más profunda. Era obvio que él no podía estar celoso ni mucho menos.
-¡No lo llames así! –gritó furioso- ese... ser... no es nada mío. Es sólo una bestia cruel y repugnante. No quiero que vuelvas a acercarte a él. No es de fiar...
-Sólo me estaba ayudando.
-Dudo que hayas estado en un verdadero riesgo, él también lo sabía, ¿crees que es tonto?, sólo trataba de acercarse a ti.
Sakura se sorprendió con sus palabras. Al parecer conocía más de sus habilidades de lo que pensaba y también confiaba en ellas. Ahora que lo pensaba quizá Naruto hubiese visto el ataque de Deidara pero esperaba que ella misma se pudiera deshacer de él. Cosa que hubiese hecho tarde o temprano si no hubiese sido por la intromisión de Zabuza.
-¿Por qué querría acercarse a mí?
-¡Es obvio! –gritó exasperado pero luego calló. En realidad era obvio para él. Su antiguo maestro quería acercarse a la persona que más le importaba, por simple diversión, para seguir probándolo. Aunque también podía haber otra razón y esa fue la que dijo al final- por Madara. Todo el mundo piensa que eres importante para él. Zabuza siempre tiene un as en la manga. Para todo. Nunca deja nada al azar. Esa es una de sus mejores características, la que lo hace uno de los mejores.
-¿Por Madara?, no entiendo por qué todos siguen pensando que soy importante para él.
-Deja de mentirte a ti misma Sakura. Es más que obvio, con lo que hiciste en nuestra primera misión cualquier otro ya estaría muerto o con una tortura mucho peor que la que sufriste.
-Tú no sabes lo me hizo en ese momento... -contestó con ella con sequedad- lo que me mostró fue peor que cualquier tipo de tortura física para mí. Madara no tiene ningún tipo de preferencia conmigo. Me conoce mejor que muchos y por eso sabía qué era mejor como castigo para mí.
-Como quieras, sigue pensando así –contestó el rubio dando media vuelta para alejarse.
Sakura quiso detenerlo pero justo llegó Sasuke. Los miró a ambos con cierto recelo pero luego se sentó.
-Parece que los de Konoha no nos buscaban porque ya no los veo. Descansaremos y ya mañana estaremos llegando a la fortaleza.
-Bien –respondió Naruto- yo hago la primer guardia.
-Como quieras. Despiértame en dos horas –contestó el Uchiha recostándose en su bolsa de dormir.
Sakura se limitó a hacer lo mismo, ¿qué caso tenía discutir con Naruto? Nadie lo entendería jamás. Madara podía ser distinto con ella porque la crió más que a cualquiera. Pero eso no le impedía ser cruel y malvado si era necesario. Cerró los ojos recordando una tarde cuando era pequeña.
La pequeña Sakura miraba por la ventana de su habitación mientras Naruto y Sasuke entrenaban, pero más que entrenar, los dos niños se divertían. Tenían su misma edad, le gustaría tanto estar ahí con ellos. Deseaba tener amigos, poder charlar con otros niños.
-Papá, ¿por qué no puedo ir a jugar?
-Porque debes aprender Sakura. La reina no debe jugar con los peones.
-¿La reina?
-Sí, mi pequeña reina –Madara le sonrió arrodillándose para estar a su altura- tú me perteneces ahora Sakura. Harás lo que yo te diga, no querrás hacerme enojar ¿verdad?
-No, en absoluto papá, yo... simplemente pensé que quizá si tenía más amigos, sería más divertido... estoy aburrida aquí...
-Oh, mi niña, eso es muy cierto, este lugar no es un lugar donde deben estar los niños. Porque aquí no jugamos. Esos dos de ahí abajo son mis subordinados, su vida también me pertenece. Ambos son importantes pero no tanto como tú, ellos son prescindibles llegado el caso . En cambio, si a ti te sucede algo... papá se pondrá mal. Y puede que si sales afuera, sin mi protección, te pase algo. ¿Recuerdas lo que es estar sola sin protección Sakura?, ¿recuerdas ese día?
Sakura se puso a temblar, sí, lo recordaba muy bien. Sus padres habían sido asesinados por un hombre malo, su casa se incendiaba y ella no podía salir, no había nadie para ayudarla. Si no hubiese aparecido Madara, su nuevo padre, estaría muerta.
-Sí... lo recuerdo.
-Cuando seas mayor, cuando sepas defenderte, te dejaré jugar con quien quieras, a cambio deberás hacer lo que te ordene. Ese es el trato, ¿sí?
-¿Podré jugar con ellos? –señaló a Sasuke y Naruto que ahora volvían a la pelea. El morocho esquivaba los golpes de su amigo rubio con mucha eficacia, en cambio el otro, totalmente descoordinado tropezaba y se tambaleaba como si no pudiera controlar sus piernas.
-Sí mi niña, con ellos especialmente podrás jugar todo lo que quieras, y cuando sea el momento volverás a mi lado. La reina necesita de un rey que la proteja. Y yo te prometo que siempre tendrás a alguien que te proteja.
El rostro de Madara se volvió algo triste. Sakura nunca lo había visto así. Lo abrazó, para poder alegrarlo, sabía que eso le agradaba.
-Tranquilo papi, todo estará bien, te prometo que viviré para servirte y cuando sea el momento haré lo que me pidas, todo sea por el bien de mi papi el salvador.
Sakura abrió los ojos de pronto. "Hacer lo que él quisiera"... eso lo hizo por mucho tiempo. Si tanto deseaba protegerla, ¿por qué le hacía vivir esa vida?, ¿por qué la mandaba con esos dos y le ordenaba que los vigilara? Padre... hacía mucho que ya no lo llamaba así. Cuando decidió que esa no era la vida que pensó que Madara le daría. Cuando fue lo suficientemente mayor para saber que no estaba haciendo lo correcto. Cuando vio que se había convertido en la misma persona que le arrebató su vida, cuando mató por primera vez y se volvió una asesina. Ese día comenzó a llamarlo Maestro como lo hacían todos los demás.
Naruto se sentó de espalda a sus compañeros, con cierta melancolía miró hacia atrás, la pelirrosa no dormía aún, sabía que le costaba bastante conciliar el sueño. Si ella lo odiaba sería más fácil olvidarla, pero le dolía mucho pensar que pudiera sentir algo así por él. Madara era cruel al extremo, ponerlos juntos era una tortura constante algo que no sabía por cuánto tiempo iba a soportar. Podía mostrarse frío y calculador, quizá más callado y solitario. Sacudió la cabeza con una media sonrisa, él no era así, ¿a quién iba a engañar?
-Tienes la capacidad de autotorturarte más grande que he conocido.
Sonrió un poco más, Kurama tenía razón, mejor dejaría que las cosas siguieran su curso, ya vería cómo resolver lo demás.
![](https://img.wattpad.com/cover/205346672-288-k70066.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Asesinos
FanfictionSakura, Naruto y Sasuke pertenecen a una Hermandad de Asesinos desde que son muy pequeños, sus caminos no se habían cruzado demasiado hasta que los ponen en el mismo equipo. ¿Podrán superar las diferecias? ¿Lograrán escapar de ese lugar donde no exi...