Capitulo 13

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Volvieron al castillo cansados y doloridos como hacía mucho no estaban. Sakura casi siente alegría de volver a ver ese lugar, por lo menos podría dormir sin temor por unos días. Luego tendría la cabeza más despejada para poder pensar en todo lo que Naruto le dijo. Sonrió levemente. Tenía un aliado, no estaba sola, eso le daba algo de esperanzas aunque fueran pocas. Aún tenía otra cosa por hacer. Sasori le dejó un regalo antes de morir y era hora de buscarlo. Esperaba que Madara les dejara un tiempo sin trabajo para poder realizar ese pequeño viaje. Los guardias de la entrada los frenaron antes de entrar.
-El Maestro los espera...
-No piensa darnos ni un minuto de respiro ¿eh? -sonrió Naruto. Actuaba con tanta naturalidad entre esa gente que detestaba que la sorprendía, ni ella era tan buena actriz.
-Será mejor que no lo hagamos esperar -Sasuke había andado en silencio y de vez en cuando los miraba a ambos con el ceño fruncido. ¿Habría oído algo de su conversación con Naruto?
Al llegar a la sala de Madara éste los esperaba sentado tranquilamente, tenía un libro en sus manos y no levantó la vista de él cuando entraron.
-Esperaba verlos antes...
-Tuvimos algunos contratiempos Maestro -contestó Sasuke mientras se inclinaba en señal de respeto. Sakura lo imitó, pero no Naruto, el rubio se mantuvo muy derecho parado y con una leve sonrisa en el rostro, esa que siempre tenía, como si nada le interesara y se divirtiera quebrando las reglas.
-Sí... me enteré que todos los rehenes fueron liberados, que todo el ejército de Makoto fue vencido y que su fortaleza ardió hasta el último de sus cimientos...
-¿También se enteró que fue una trampa? -preguntó Naruto mirándose las uñas como si hubiera en ellas algo importante.
Madara le dirigió una mirada llena de furia y se levantó tirando el libro hacia un lado.
-¡A mí no me hables así chiquillo!, ¡sus órdenes fueron claras! ¡No somos justicieros, no salvamos a la gente, nosotros matamos a quien debemos y salimos del lugar! Su pequeño rescate casi hace que nos descubran, ahora tienen además al maldito Kazekage siguiéndoles la pista como si fuera un perro de caza. Todo por su ineptitud en ambos trabajos.
Mientras hablaba Madara caminaba hacia Naruto, pareciera como si Sakura y Sasuke no existieran, su odio y bronca estaban todos enfocados en el rubio que ni lo miraba, ni parecía inmutarse por los gritos de su jefe. Sasuke se interpuso en el camino de Madara, el cuál frenó y lo observó.
-Mis disculpas Maestro, debí ser más precavido, la situación se nos fue de la mano, pero porque no fui capaz de preverla, ellos me capturaron y...
-Me has decepcionado Sasuke, de Naruto no espero demasiado, pero tú, eres mi más preciado discípulo, ¡¿cómo es posible que todo se saliera de control?! ¡El Kazekage sabe que eres un Uchiha y lo ha informado a todas las villas ninjas!
-No tuve más opción que enfrenarlo directamente, debía usar el Sharingan o no podría vencer...
-¿Eres más débil que ese Gaara, Sasuke?, ¿yo no te enseñé a pelear sin el Sharingan para poder mantenernos ocultos hasta el momento adecuado?
-Maestro... -Sakura fue quien lo interrumpió esta vez- por favor... yo fui quien hizo el desastre en la misión anterior y quien puso al Kazekage tras nuestros pasos y también fui la que quiso rescatar a toda esa gente de Makoto... le suplico que me castigue a mí, y deje a mis compañeros fuera de esto...
-Son un equipo, sufrirán el castigo como equipo.
Pain apareció y tomó del hombro a Naruto, quien lo miró de reojo con odio. Detrás de Sasuke apareció Itachi.
-Por favor... no les hagas nada... te lo suplico... –Madara no parecía querer dar el brazo a torcer por lo que usó lo único que sabía que serviría para llamar su atención- ¡padre!
No hubo persona en la habitación que no se sorprendiera con esa palabra final. El llamado de Sakura fue desesperado. No quería que los dañaran, por alguna razón no deseaba verlos sufrir, aguantaría todo si era necesario. Temía que Madara descubriera algo en Naruto, sus ojos eran demasiado transparentes. Madara la miró por un minuto.
-Los quiero a todos afuera, ahora -dijo el Uchiha. Naruto quiso resistirse pero Sakura lo miró y asintió levemente, el rubio pareció entender y accedió a salir, Sasuke la miró fijamente unos segundos y luego también salió seguido de su hermano mayor.
-¿Por qué quieres eso? -preguntó Madara volviendo a sentarse.
-He llegado a apreciarlos... lo siento Maestro... estamos cansados y creo que ya tuvimos suficiente...
-Yo diré cuándo es suficiente Sakura... si no puedo controlar a mis subordinados no puedo ser un buen líder, ¿lo entiendes?
-Sí, Maestro.
-No quiero que vuelvas a desobedecer mis órdenes, las misiones se llevan a cabo como yo digo, ¿sí?
-Sí, Maestro.
Madara suspiró y se levantó, se acercó a ella, Sakura quiso retroceder, pero sabía que eso no sería bien interpretado por él. Colocó una mano en su mejilla, estaba fría, muy diferente al contacto de Naruto, sus ojos también eran fríos y duros, le daban miedo y le recordaban lo terrible que era ese hombre.
-Fue lindo volver a oírte decirme "padre". Ya no lo haces, y a veces duele, ¿sabes?, ser el líder de todo esto es demasiado solitario y tu presencia siempre me alegra. Mi pequeña niña, ¿qué haré contigo? -colocó su frente sobre la de ella- no debes desobedecerme, no me hagas enojar Sakura, porque por mucho que te aprecie no volveré a perdonarte acciones así. No desearía ver tu cuerpo lastimado, no quiero ver lágrimas en esos ojos, pero necesito que colabores conmigo, ¿sí? -con el pulgar acariciaba su rostro con delicadeza. Tenía tanto miedo, se obligaba a no temblar y mirarlo a los ojos tratando de parecer normal, pero le era imposible.
-Si... padre...
-Tranquila mi linda niña, ya pronto no tendremos que seguir en las sombras y tampoco tendrás que seguir haciendo esto. Vete y descansa, dile a tus compañeros que se salvaron por ti -le dio un beso en la frente y luego se giro para darle la espalda.
-¿Puedo pedirle algo más?
-Lo que sea –seguía sin mirarla.
-Necesito salir un par de días... es sólo por pasear un poco, me siento cansada y... todo esto de Sasori...
-Está bien, sólo si vas con alguno de tus compañeros.
-Gracias, padre...
Sakura salió sin decir nada más, levantó la vista del suelo luego de cerrar la puerta tras de sí, Naruto, Sasuke e Itachi estaban esperándola, Pein había desaparecido. Las dudas se reflejaron en los ojos de sus dos compañeros, Itachi sólo la observó con los brazos cruzados.
-No habrá castigo, dijo que descansemos.
-¿Y qué le prometiste? -preguntó Sasuke que no parecía contento con la noticia- ¿vas a acostarte con él para que no nos golpeen?
-¿De qué hablas? ¿Acaso no me escuchaste? Es como mi padre, nunca me pediría eso y yo no lo haría.
El Uchiha menor no pareció satisfecho con la respuesta, dio media vuelta y se fue. Naruto no dijo nada, la observó unos segundos y luego también se retiró. Itachi no parecía querer moverse de su lugar.
-Te agradezco que intercedieras por mi hermano, y espero que para la próxima pienses mejor las cosas antes de hacerlas y poner a otros en peligro.
-No fue mi intención.
-No... nunca lo es...
Itachi no se quedo más tiempo, ese hombre era de pocas palabras y por lo general siempre eran hirientes hacia ella, se preguntaba si alguna vez le habría hecho algo para que la tratara así. No quiso pensarlo demasiado, le preocupaba más la reacción de Naruto, por lo que fue a buscarlo.
.......
Madara se sentó nuevamente en su silla. Zetsu apareció a su espalda, el Uchiha sonrió satisfecho.
- Orochimaru hizo un buen trabajo, aunque hubiese sido mejor si Naruto no hubiera visto su rostro, detalles...
-Sí Maestro. Puedo preguntar ¿para qué les sigue dando tantas dificultades?, el Kazekage, ahora la trampa con Orochimaru...
-Pruebas Zetsu, debo exigirlos lo más posible, sus lazos deben ser irrompibles y para ello necesito que puedan superar cualquier cosa.
............
-¿Naruto? -preguntó al golpear su puerta, pero quien abrió no era su rubio compañero, sino su antiguo maestro: Zabuza.
-Aah, la pequeña princesa -Sakura frunció el ceño, ese hombre le gustaba muy poco y al parecer Naruto pensaba de la misma forma porque estaba en un rincón de su habitación bastante pálido y apretando los puños, ¿qué le habría dicho Zabuza?- una lástima no quedarme a la charla, pero tengo una misión. Nos veremos Naruto, espero que tengas una mejor respuesta para la próxima.
-Lárgate de mi vista -respondió el rubio, Sakura vio con cierto temor que tenía los ojos rojos con pupila recta y las garras habían vuelto a sus dedos, éstas se estaban clavando con fuerza en sus palmas y lo hacían sangrar, pero el rubio no parecía notarlo, lo que también era muy notorio era el par de colmillos que se asomaban de su boca.
-Sí, sí, no quiero enojar demasiado a la bestia.
Zabuza salió y Sakura cerró la puerta tras ella. Caminó hacia Naruto quien no la miraba. Parecía tan indefenso en ese momento, tan frágil a pesar de mostrar parte de la naturaleza del Kyuubi, sintió un fuerte dolor en el pecho a causa de la angustia que le causaba verlo así, lo quería, no se había dado cuenta de cuánto lo quería y cómo habían cambiado sus sentimientos hacia él en tan poco tiempo.
-¿Naruto?, ¿estás bien?
-Si... lo siento, no quiero que me veas así, lo controlo, el Kyuubi ya no desea apoderarse de mi cuerpo, pero cuando me enojo nuestros chakras... no sé cómo explicarlo, pero me veo así... -se miró las manos sangrando, ella se acercó y colocó sus manos sobre las suyas comenzando a curarlo- se curan solas Sakura.
-Yo lo haré más rápido, ¿qué te dijo?
-Nada de importancia.
-Pero te hizo enojar.
-Siempre lo hace, detesto a esa persona, es un enfermo sanguinario, nunca vayas a quedarte sola con él, el disfruta haciendo sufrir a los demás... matándolos lentamente... -lo último lo susurró, tenía la vista perdida en el suelo quizá recordando algo horrible.
-Sí, no te preocupes, no volverá a suceder.
-¿Qué quieres?
-¿Por qué estás tan brusco de repente?
-Sakura -la tomó del brazo con fuerza y acercó su rostro hasta el oído de ella- no deben vernos juntos, no vuelvas a mi habitación.
-No quieres que sospechen... o sea que ¿debo seguir con la farsa de que no nos caemos bien? -preguntó junto a su oído, le dolía estar sola y necesitaba un amigo, un compañero, lo necesitaba a él puntualmente.
-Si quieres que vivamos, sí -se alejo lentamente, sus miradas se cruzaron, la de él se veía tan triste y preocupada antes de cambiar repentinamente y fruncir el ceño.
-Viviremos y sobreviviremos -respondió ella con una triste sonrisa, luego se acercó a él y le dio un beso en los labios, fue rápido, le hubiese gustado profundizarlo como en la fortaleza de Makoto, pero no sabía si él iba a reaccionar bien. Dio media vuelta y empezó a irse cuando él la tomó de la muñeca. Con una velocidad y agilidad propia de alguien como Naruto la atrajo nuevamente a su lado uniendo sus labios, entrando en su boca con esa energía tan característica que poseía. Ella lo rodeó con los brazos sintiendo su calor, su cariño, ese que le confesó que le profesaba, ahora podía entenderlo y de alguna manera sabía que ella comenzaba a sentir lo mismo, no sabía cómo, cuándo ni por qué, pero fue algo fugaz, los sentimientos la inundaron, no quería separarse más de su lado y deseaba poder continuar, pero él la apartó agitado.
-Debes irte... -dijo respirando entrecortado y le dio la espalda.
Casi grita y llora de la frustración, tan cerca y sin poder tenerlo, era injusto, debía ser capaz de elegir a quien amar, ¿por qué ni siquiera le permitían eso?
-Naruto...
-Te dije que te vayas -volvió a mirarla y vio su dolor, estaba triste y hasta parecía desesperado, fue hasta la puerta y la abrió- ¡si no vienes a acostarte conmigo vete ya! ¡No tengo ganas de afianzar ningún lazo contigo!
-Buscaré la compañía de Sasuke entonces, y veré si sus intenciones son las mismas que las tuyas o más sinceras -respondió siguiendo la actuación y dándole información sobre sus planes al mismo tiempo. Pensaba pasar más tiempo con el Uchiha a ver si podían unirlo a su causa, Naruto lo apreciaba, quizá pudiera lograr que los ayude.
-Piérdete -contestó y cuando ella salió le cerró la puerta en la cara, justo en ese momento pasaba por allí Zetsu quien los observó curioso.
-¿No te tratan bien Sakura?
-No es de tu incumbencia, planta -dijo y se fue hacia la habitación de Sasuke. Primero debía aclarar algo que él había dado a entender.
................
Naruto apoyó la espalda contra la pared y se dejó caer. Era fuerte en cuerpo, pero ya no tanto en mente. Zabuza lo sabía y por eso fue a amenazarlo. Ese maldito lo único que quería era el poder de su antiguo alumno, no... su poder no, el del zorro en su interior. ¿Cómo se atrevía a amenazarlo así? Tendría que hacer algo con él y urgente antes que lo traicionara y hablara con Madara. Se tocó los labios. Sakura... ¿por qué hizo eso? ¿Sentía lo mismo que él o sólo necesitaba compañía?
-Vas a matarme mujer...
-Debes ser fuerte Naruto
-Por lo menos no estoy tan solo -sonrió levemente.
-Aquí estoy y veo y siento todo, trata de no esparcir demasiado ese amor que profesas por la mujer o me matarás, mi poder no proviene del amor, sino del odio, lo que sientes me desagrada.
-Ja, no es mi problema.
-Lo sé, pero deberías preocuparte de que no te descubran.
-Trabajo en ello.
-Ella no puede ser vista aquí Naruto, es muy sospechoso que esté en tu habitación los dos solos.
-Lo sé, lo sé, ¿por qué crees que me frené?
-Esperemos que Zetzu se haya creído tu numerito o estaremos en problemas. Te dije que esa mujer era peligrosa.
-Lo siento Kurama, no controlo a quien amar, ojalá pudiera, fijarme en la hija del Maestro fue lo peor que me pasó.
-Y al mismo tiempo lo mejor ¿no?
-Je, si.
-No es su hija natural, pero hay que averiguar por qué la aprecia tanto.
-No me importa la vida de Madara.
-Debería. Podría sernos útil esa información, recuerda que hay guerras que no se ganan sólo por la fuerza, sino también por la inteligencia.
-No voy a usar a Sakura.
-Lástima, porque hay veces que se deben hacer grandes sacrificios por un bien mayor.
-No será mi caso.
-Decide tus prioridades, ¿el mundo o ella?
-Definitivamente ella, que el mundo se hunda, sólo quiero estar a su lado.
-Te será complicado estar a su lado en un mundo destruido por Madara.
-Necesito estar en silencio un rato ¿sí?
-Siempre que digo alguna verdad irrefutable me haces callar.
-Ya arreglaré esto, de alguna manera salvaré las dos cosas.
-Sólo piensa si llega el caso en el que no puedas, sé que la amas, pero ella es una asesina ha cometido crímenes terribles, ¿vas a priorizar la vida de alguien así por la de millones de inocentes?
Naruto cerró los ojos con tristeza, Kurama tenía razón pero no podía dejar de pensar que al final terminaría eligiendo a la asesina.
..............
Sasuke se dejó caer sobre una silla en su habitación. ¿Por qué le molestaba?, ¿por qué se enfurecía?, ¿por qué sentía ese sentimiento hacia Naruto luego de verlo hablar con ella?, no era solo envidia, ¿eran celos? Algo sentía por esa mujer, no quería que la dañaran, temió que el Maestro la culpara y por ello salió en defensa de todos. No quería verla llorar de nuevo, había sufrido. Cerró los ojos furioso, no podía, no debía. Amar estaba mal en su mundo. Era un Uchiha, no podía caer ante tan estúpido sentimiento. Aunque ese sentimiento hizo fuerte a su hermano. Itachi ahora tenía un mejor Sharingan gracias a esa mujer... en realidad debido a la muerte de esa mujer. Golpeó la pared con fuerza y sintió el dolor y el calor de la sangre enseguida, no había usado chakra por lo cual se había lastimado de la forma más estúpida. En la pelea con Gaara también había actuado de forma imprudente y casi pierde la pierna por ello. Debía ser más cuidadoso y comenzar a pensar sus acciones, como siempre hizo en el pasado. Todo era por ella, desde la llegada de esa mujer a su vida todo se había dado vuelta. De pronto rescataba gente, se preocupaba por otros y ahora hasta no peleaba bien, ¡era el colmo!
Golpearon la puerta, caminó hacia ella pensando que seguramente era Itachi, ¿por qué golpeaba? También era su habitación, podía entrar cuando quisiera. Abrió y se encontró con una figura más baja que la de su hermano mayor, en realidad era completamente distinta.
-¿Sakura? -lo tomó por sorpresa y casi le alegró verla, lo cual era estúpido, ¡muy estúpido!
-Escúchame Uchiha -le dijo ella tomándolo de la remera y obligándolo a entrar con esa fuerza sobrehumana que poseía, tras ella cerró la puerta de una patada, él casi ni terminó de reaccionar, simplemente caminó hacia atrás mirándola cada vez más enojado, ¿acaso lo estaba agarrando de manera amenazadora? ¡No debía permitir eso! Sin embargo, allí estaba, a su completa merced- ¡no vas a estar diciendo estupideces sobre mí! ¡No soy una cualquiera para que estés pensando que me acuesto con el Maestro!
-Lo que hagas no me interesa.
-No lo parece -se quedó mirándola fijamente a los ojos, ¿cómo iba a responder a eso?, le estaba costando formular las palabras adecuadas que lo dejaran bien parado- no sé qué te pasa, se supone que nos habíamos hecho más... compañeros luego del entrenamiento, pero vuelves a alejarte y para colmo inventas cosas. Alguien podría haber escuchado, no quiero que se formen esa idea de mí... no quiero que piensen que soy como esa... -sabía a quién se refería, era obvio que hablaba de Karín, se conocía a esa mujer por haber pasado por la cama de muchos de la Hermandad y de afuera también, ni siquiera podría negar que había estado en su propia cama- no hago esas cosas para recibir favores de nadie. Todo lo que tengo, mi lugar en esta Hermandad, lo gané con mucho esfuerzo y...
-No es cierto... no eres ni la mitad de buena que muchos otros de la Hermandad que no portan el título de elite que tú llevas...
-Mis habilidades de basan más allá de la batalla Uchiha, no todo se mide con la fuerza.
-Je, lo dice alguien con el poder de partir la tierra en dos.
-¡Cállate! No es eso a lo que me refiero.
-A mí no me callas chiquilla -por fin recuperaba el control, tomó su muñeca y la obligó a soltarlo, luego comenzó a caminar sin soltarla, era ella quien retrocedía esta vez y eso ya le estaba gustando más, aún no había probado esos labios, si Naruto lo había hecho él también debía- no me amenaces, no me importa nada de lo que hagas, tenlo en mente, ¿crees que me interesas?
-¿Por qué intercediste por nosotros? -otra vez lo descolocaba con una pregunta estúpida.
-Sólo dije la verdad.
-¿Por qué te llevaste a la mitad de los hombres del Kazekage contigo?
-El Maestro no me hubiese perdonado que algo les sucediera aunque no tengan demasiado valor, se supone que somos un equipo.
-¿Sólo fue por eso?
Los ojos del Uchiha eran muy distintos a los de Naruto, no demostraban nada, eran tan oscuros como su propia persona, nunca podría descubrir cómo pensaba ese hombre, pero por alguna razón quiso ir y aclarar la situación con él, le gustaría tenerlo de su lado, ¿sería eso posible?
-Por supuesto -su mirada se posó en sus labios un segundo, luego le dio la espalda y se alejó de ella- ¿qué quieres Sakura? Ya entendí, no eres la mujer del Maestro, sólo su pequeña nena, ¿algo más?
-Volvimos a romper los lazos... quería pedirte algo, para poder volver a unirnos, no quiero estar peleada contigo.
-¿Qué quieres?
-Debo hacer un viaje, es un poco más de un día de distancia si vamos rápido, el Maestro no me deja ir sola.
-¿Para qué haría eso? ¿En qué me beneficia?
-¿Siempre piensas en costo-beneficio?
-Mmm, sí.
-Para mejorar nuestra relación como ya te dije y con ello poder mejorar nuestro desempeño como equipo.
-Eso deberías hacerlo con Naruto o ¿ya lo hiciste en el bosque?
-¿Vuelves a tratarme de fácil?
-No necesariamente.
-Si no fuera porque sé cómo eres pensaría que me estás haciendo una escena de celos.
-Je, ya quisieras.
-No muero por estar en tu cama como el resto de las mujeres de la Hermandad Uchiha -por alguna razón eso le molestó, decidió probar esa frase.
-¿Segura?, te puedo asegurar que no la pasarías en absoluto mal... -la acorraló contra la pared, Sakura no parecía demasiado asustada, ni siquiera se había inmutado.
-Completamente Uchiha, ¿seguro que no es al revés?
¡Maldita perra! No podía creer que le hubiese dicho eso, y hasta estaba riendo, parecía divertida, y en cierto sentido él también lo estaba. Se alejó nuevamente.
-Para que quisiera alguien como tú sí puedo tener cualquiera de las demás mujeres de la Hermandad con sólo pedirlo.
Ella comenzó a reír. Él la miró con el ceño fruncido, ¿se estaba burlando? Nadie se burla de un Uchiha.
-Sí que eres increíble. Está bien Uchiha, tengo que irme, ¿puedes responder mi pregunta?
-¿Puedes responder tú la mía? -ella suspiró y se apoyó contra la pared en actitud relajada y se pasó la mano por el pelo.
-Naruto no quiere hablar mucho conmigo, no sé por qué, pero creo que no le gustó como maté a Makoto. Me dijo que no me acercara a él cuando estuvimos en el bosque y así lo hice. Hace un rato fui a su habitación y le pregunté lo mismo que a ti, por la misma razón y me dijo que no. ¿Contento?
-¿Por qué debería estarlo?
-Es una expresión Uchiha.
-Iré. Nos vemos mañana.
-Perfecto, gracias.
La mujer salió y se encontró de frente nuevamente con Itachi, ninguno dijo nada y el Uchiha mayor entró y se sentó en su escritorio para ponerse a leer como siempre hacía cada vez que estaban en el castillo.
Sasuke volvió a recostarse en su cama, alguien que se consideraba a sí mismo un asesino sin piedad y frío como el acero de su katana no podía dejar de pensar en esa mujer. El maestro la apreciaba, más de lo que apreciaba a cualquier miembro de la Hermandad, sin embargo, recordaba muy bien qué es lo que le había sucedido a la única mujer que su hermano amó.
Itachi podría habérselo jurado millones de veces, pero él sabía la verdad, lo había visto en sus ojos, cómo la miraba a ella, y también había visto su Sharingan ese día en que el Maestro la quemó, como si fuera una bruja de antaño el fuego la consumió. Amaterasu... recordaba las llamas negras y cómo los ojos de su hermano cambiaban, el negro de las llamas inundó su corazón y no volvió a ser el mismo desde ese día. Ya no daba muestras de cariño alguno. Itachi Uchiha murió con esa mujer ese día. Lo que quedaba de él era un ente, un alma negra llena de odio y deseos de venganza pero que jamás lo demostraba.
Sasuke nunca había logrado entenderlo. Nunca quiso vengar a su Clan cuando fue masacrado, sin embargo, quería vengar a Kira, ¿cuál era la diferencia?, por fin lo entendía, a Kira la había amado, pero a su familia no. Nunca amó a sus padres, Sasuke no recordaba mucho de ese tiempo, pero sí sabía que su padre había sido muy estricto con Itachi, su madre siempre le decía que cuidara de su hermanito. Quizá todo ese peso que cargó desde muy joven hizo que no los quisiera. Si así era, entonces seguramente también lo odiaba a él. Eso sí lo había pensado. De más chico temió que un día su hermano lo matara por simple odio. Pero ya no, si Itachi quería pelear, no tendría ningún problema de darle el gusto y no se dejaría vencer, por mucho que le dijeran que era más débil que él.
¿El Maestro mataría a Sakura igual que a Kira? Esa pregunta lo torturaba, por ello debía alejarla y hacer lo posible por sacarla de su cabeza. Hacía mucho que no temía a nada, pero ahora sí tenía miedo. La Hermandad era su hogar. Le debía todo a Madara, no podía odiarlo si no deseaba compartir su tesoro, no podía odiarlo ya que les dio una casa, no era correcto acostarse o siquiera desear la mujer del dueño de casa. Pero ¿cómo negar lo que sentía? ¿Y si se daba cuenta? ¿Qué haría entonces? ¿Podría quedarse mirando como hizo su hermano mientras la quemaban? Recordó habérselo recriminado un día a Itachi.
-A ti no te importa nada ni nadie, ¡juegas con las personas!
El joven Sasuke aún tenía algo de impetuoso. Más adelante se reiría de esas palabras porque él mismo terminó siendo así.
-No juego con nadie. ¿De qué estás hablando Sasuke?
Sí lo haces! ¡No hiciste nada ese día! La viste morir y no se te movió un músculo de la cara, ¡no la salvaste! ¡Podrías haberlo hecho! Si me lo hubieras pedido...
-¡Hubiésemos muerto los dos y el resultado sería el mismo! Ella seguiría muerta...
-¡No me vengas a hablar como si te interesara lo que me pase! -volvió a gritarle sin importarle la furia de su hermano. No lo vio, no lo comprendió. Sus gritos eran más de dolor que de enojo.
-No voy a discutir contigo Sasuke, piensa lo que quieras -volvía a ser el mismo Itachi de siempre, calmado e impasible.
-¡Eso hago! ¡Cobarde! ¡No hiciste nada cuando mataron a nuestros padres, huiste ese día y tampoco hiciste nada por Kira! Quizá ella esperaba que la salvaras ¡¡eres un cobarde!!
Sus gritos habían resonado por toda la habitación de la posada en la que estaban. Sasuke estaba agitado y rojo de furia. Itachi lo miraba imperturbable, como siempre. El Uchiha mayor dio media vuelta y se fue.
No vio su dolor hasta ese momento al recordar la escena. No era que no quería hacer nada por temor a morir, no quiso hacer nada por él. No tenía caso pelear contra toda la Hermandad, eran demasiados y todos excelentes asesinos. Nadie se negaría a ir contra ellos, si la recompensa era poder cortarle la garganta a un Uchiha. Lo único que le quedaba a Itachi era su pequeño hermano, ¿cómo dejarlo morir por una causa ya perdida?
-Ese día... tus ojos cambiaron y obtuviste el Mangekyo Sharingan...
Su hermano levantó la vista del libro que estaba leyendo y lo observó sin responder nada.
-Nuestros ojos... -continuó mirando fijamente el suelo como perdido en sus pensamientos- sólo nos hacemos más poderosos sacrificando a la gente que amamos, por el dolor somos mejores. Es...
-Una maldición si... –completó la frase Itachi.
-La amabas de verdad ¿no es cierto? Por eso no volviste a estar con ninguna otra mujer, honras su recuerdo.
-No volví a estar con otra mujer porque no encontré nadie que pudiera reemplazarla en mi corazón. Y con el tiempo descubrí que eso jamás sucedería, porque ese día lo perdí.
-¿Dices que no volverás a amar? ¿Ya no sientes nada?
-Eso no es del todo cierto, aún tengo a alguien más, lo único que me queda en el mundo.
Itachi volvió la vista al libro.
-Yo... -susurró Sasuke.
Lo observó por un momento más tratando de incorporar la información.
-¿Por qué nunca me lo explicaste?, si lo hubieses hecho...
-¿Habrías sido distinto?, ¿Habrías tratado mejor a las mujeres?, ¿Habrías buscado a tu pareja ideal? No Sasuke, tus actitudes no son por mí, tú tomaste las decisiones, ya eras adulto, debías aprender por ti mismo.
-Es una forma cruel de decirlo. Podrías...
-Nuestra vida fue cruel, y es una maldita tragedia y sólo terminará con la muerte de una persona.
-Madara... lo quieres muerto...
-Si...
-No puedes morder la mano del que te da de comer.
-Hace mucho tiempo que muero de hambre... aún te falta mucho por aprender y no soy yo quien te enseñará la lección, la aprenderás a su debido tiempo o seguirás ciego.
-¿Ciego? ¿Me crees estúpido?
-No, sólo joven.
-Ya soy un adulto.
-Sólo en tu cabeza.
-¡Soy un asesino!
-Eso no te convierte en un adulto, un niño con una espada puede matar y seguirá siendo un niño, uno muy perturbado como es tu caso, pero un niño al fin...
-¡Me odias!
-Todo lo contrario. Si te odiara, la hubiese salvado.
Eso fue un golpe bajo y le dolió más de lo que le gustaría admitir. "Por tu culpa" parecía decirle su hermano.
-¿Me culpas?
-No, tú no la mataste.
-Pero por mí no la salvaste.
-Sí.
-¿Crees que la vaya a matar si se entera?
Itachi volvió a levantar la vista de su libro, sabía a qué se refería. Conocía la respuesta a la perfección: "no, justamente quiere que la ames y cuides la preciada hija de su amor perdido, quiere que revivas al Clan con ella, quiere volver a invadir el mundo con gente maldita, ese es su legado"
-Puede que sí -respondió. No podía hacer nada por impedirlo, pero quizá con algo más de tiempo llegaría a encontrar una solución.
-Pero me dijiste que le importaba mucho, no le hizo daño la vez que quiso salvar al objetivo.
-El objetivo no era muy importante, y por lo que me enteré sí la dañó, sólo que no físicamente, el dolor proviene de la mente, y con el conocimiento necesario y... con estos ojos... puedes lastimar más que con mil latigazos.
-Tampoco la dañó esta vez, es más, lo convenció de no dañarnos a nosotros.
-No sabemos qué le dijo o qué hizo para ello... -el rostro de Sasuke se contrajo en una mueca de asco mezclado con bronca. Itachi pensó que si alimentaba eso quizá el fiel Sasuke podría volverse contra su querido Maestro.
-Si ella muriera yo tendría lo que tú posees.
Itachi lo miró con tristeza. ¿Podía llegar a corromperse tanto su hermano como para matar a quien amaba por obtener más poder? No lo sabía, pero llegado el caso, quizá debiera detenerlo. ¿Sería capaz de matar a su hermano por el bien del resto de la humanidad? Lo dudaba.
-El precio fue demasiado alto... no lo pagué porque quería, me obligaron a pagarlo. No se lo deseo a nadie.
-Madara también tiene lo mismo, ¿sabes a quién perdió?
Sí, Sasuke había llegado a su misma conclusión.
-No.
Volvió a mentir, no servía de nada tener ese conocimiento cuando no podía usarlo, así que ¿para qué cargar con esas cosas a Sasuke?
-¿Qué puedo hacer Itachi?
Era la primera vez que le pedía un consejo, nunca había visto a su pequeño hermano así, mostrándose tan frágil e indefenso. Deseaba ayudarlo, pero no estaba en su poder, ni siquiera pudo ayudarse a sí mismo. Sólo tenía la esperanza.
-Confiar... confía en tu amigo, y así podrás salvarla y salvarte a ti mismo -respondió luego de meditar un segundo su respuesta. Midió cada una de sus palabras como siempre lo hacía.
-Nunca me hablas claro ¿verdad? ¿Qué amigo tengo? ¿Salvarla de qué?
-Siempre has tenido un amigo Sasuke, aunque no lo admitas en voz alta, lo sabes en tu interior... y salvarla de su destino, obviamente.
-Ese no es mi amigo, es mi rival, siempre lo fue.
-Recuerdo perfectamente que cuando llegamos no fue así. Naruto tenía tu misma edad, ya estaba aquí, por lo cual fue quien te mostró el lugar y recuerdo haberlos visto jugando un tiempo.
-Hasta que el Maestro dijo que debíamos entrenar y nos separó... ¿por qué nos separó esa vez y ahora no vuelve a juntar?
-Las decisiones del Maestro parecen algo caprichosas pero siempre hay una razón. No dejes que tus celos te cieguen Sasuke, no olvides dónde reside tu corazón, tus amigos son lo único que tendrás cuando sientas que todo está perdido -"Él será el perro guardián de ella, esa es la razón, como yo seré el tuyo. En la cabeza del Maestro Naruto tiene la misma función que yo, pero está equivocado, las cosas pueden cambiar, el chico Kyuubi no es tan fácilmente manipulable como cree"
-¿Tú conoces esa razón?
-No.
-Sigo pensando que no es mi amigo, él la ama...
"También" ¿eso ibas a decir Sasuke?, el "también" se te atragantó, no lo quieres admitir en voz alta para que no se vuelva una realidad, pero ya es tarde, la amas...
-Eso no tiene nada que ver.
-Naruto es menos egoísta... él no se enojaría si ella tomara la decisión de no estar a su lado.
-Todo el mundo es distinto. Si puedes ver lo que está mal en ti, también deberías ser capaz de cambiarlo...
Sasuke no volvió a hablar y su hermano no pensaba continuar con la conversación, prefirió dejarlo con sus cavilaciones y confiar.

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