—¿Me veo bien? —Hina alisó la fina tela de su vestido sobre sus curvas, comunicando nerviosismo con cada uno de sus gestos nerviosos.—Estás hermosa. —Naruto la estrujo más cerca y la besó suavemente en la frente—. Ellos te amarán tanto como yo. —Él sintió su nerviosismo mientras
temblaba en sus brazos—. ¿Estás lista?, o ¿necesitas un momento?.Hina tomo un hondo respiro mientras él daba un paso atrás. Cuadró sus hombros y miró hacia adelante a su objetivo: el ornamentado arco que llevaba a la sala del trono. —Estoy lista—.
Naruto asintió decididamente y la guió por el gran portal. Era lo
suficientemente grande como para que, al menos, dos dragones caminasen juntos.
Estaba tan orgulloso de ella mientras caminaba, recta y sin miedo a su lado.Sería una gran adquisición para su país y su pueblo. Su corazón, su coraje y su sentido del honor estaban arraigados profundamente en la adorable y cariñosa mujer que
era.Todas esas cualidades, y su rápido sentido del humor y su aun más rápido
ingenio, le hacían amarla.Ella sería precisamente el tipo de esposa que necesitaba y
la mujer correcta para ser la madre de sus hijos.Sin mencionar el hecho de que la deseaba por encima de cualquier otra mujer que hubiese conocido.
Hacer esos niños no supondría dificultades.
Ninguna dificultad en absoluto.
Un fuerte jadeo sonó desde su derecha y él se volvió para encontrar a una
adorable mujer mayor y a una mujer más joven, hecha a su imagen.Ambas estaban llorando mientras miraban a Hina. Él siguió sus miradas hasta la belleza a su lado y vio que estaba blanca como el papel, con sus magníficos ojos abiertos, jadeando en estado de shock.
Él le frotó la espalda. —Todo está bien, cariño. Respira, Hina.
Ella hipó un poco, sonriéndole una fracción de segundo antes de que su mirada se dirigiese de nuevo a las dos mujeres que esperaban a pocos metros de
distancia.La columna de Hina se tensó bajo la mano que la acariciaba y ella dio un paso adelante.
—¿Es usted...? —Ella vaciló, moviéndose lentamente hacia la mujer más joven que se movía a su encuentro. —¿Te llamas Abi?
La muchacha sonrió ampliamente. —No desde que era pequeña. Mi nombre
es Hanabi pero mis hermanas mayores solían llamarme Abi.
¿Cuál de ellas eres? ——Soy Hina—
—¡Hinata! —La mujer mayor jadeó fuerte mientras sus lágrimas caían—. Mi
bebé—.La muchacha más joven le tendió la mano y Hina la tomó. Se sintió atraída hacia la mujer mayor.
Ambas estaban temblando de emoción.
—¿Mamá?—
—¡Sí, mi querida niña! —La mujer la estrecho en los brazos, abrazándola fuertemente por un jubiloso largo tiempo.
Hanabi las abrazó a las dos, uniéndose en un lloroso abrazo de grupo.
Naruto se unió a los cuatro caballeros que estaban de pie a un lado, observando.
Conocía a la mayoría de ellos bastante bien y estrechó la mano de Hirusen y Sakumo deteniéndose un momento junto a los hombres mayores para renovar su acercamiento con Lord Gaara antes de Sunagakure y su nuevo compañero de combate, el general Itachi Uchiha
—Lord Itachi, te he echado de menos, —dijo Naruto con una sonrisa genuina—. Felicidades por su boda, y a ti, Lord Gaara. —
