2° L I B R O | | S A G A S E A S O N S
2° Temporada de Winter
Él volvió a ver su pelo blanco como la nieve y sus ojos azules como el topacio, sí, sin duda la había vuelto a ver. Y esta vez no dejaría que se fuese a ningún lado. No dejaría que le aba...
Sasuke apartó a Miyuki y se empezaron a escuchar risas.
—El gran Sasuke Uchiha acompañado por una mujer totalmente desconocida, podrías haber buscado mejor partido —dijo una voz femenina.
—Amane Hyuga, prefiero que ella no sea conocida a que lo sea por los mismos motivos que tú —respondió el Uchiha.
—Oh, vamos, divirtámonos. —La mujer apareció al lado del pelinegro.
—¡Sasuke! —gritó Miyuki alzando la mano y lanzando miles de cristales a la mujer.
—Agradecería que te apartases. —Una ráfaga de chakra repelió unos cuantos metros a la de ojos azules.
—¡Miyuki! —exclamó esta vez el Uchiha corriendo para llegar al lado de la nombrada.
—Tú de aquí no te mueves. —Un dedo se posó en la barbilla del hombre y la levantó.
—Elemento cristal: Espadas demoníacas. —Miyuki agarró una espada con cada mano y corrió hacia la Hyuga.
—Cariño, ¿de verdad crees que tienes una oportunidad contra mí? —preguntó la de cabello marrón sonriendo. Miyuki no contestó y siguió corriendo hacia ella.
—¡Sasuke, ahora! —chilló la de ojos azules, él creó un chidori y lo quiso impactar en el pecho de la mujer, pero, gran fue su sorpresa al ver que la atravesaba y ahora se dirigía a Miyuki, ella lo esquivó y corrió hacia la Hyuga de nuevo, que se encontraba más alejada que antes.
—¡Qué gran equipo! —exclamó la del Byakugan—. Pero me temo que vuestros jutsus jamás podrán alcanzarme.
—Sasuke, esto es un Genjutsu —afirmó su amiga, Sasuke frunció el ceño—. Fíjate bien, es imposible que alguien sea así de rápida, es imposible que nuestros ataques no la atraviesen, nuestra mejor opción es que tú la encarceles en otro Genjutsu aún más fuerte, confía en mí.
—Está bien. —Sasuke y Miyuki dispersaron el jutsu y, rápidamente, el Uchiha introdujo a la Hyuga en otro. —Lo has hecho muy bien.
—Lo hemos hecho muy bien. —La peliblanca agarró la mano del Uchiha.
—Me encargaré de Amane —dijo el Uchiha, Miyuki levantó su brazo y lanzó una lanza arrojadiza de cristal justo a la cabeza de la mujer.
—Hecho. —Sasuke sonrió al ver a su amiga sintiendo celos de la otra mujer. —¿Volvemos a Konoha?
—Quedémonos está noche y volvamos por la mañana. —La de cabellos blancos asintió y ambos subieron a la copa de unos árboles. De repente la rama sobre la que estaba Miyuki se rompió y quedó sujetada únicamente por la mano del pelinegro. —¿Estás bien ahí abajo? —preguntó sonriendo.
—Qué gracioso eres, Uchiha, te agradecería si me subieras. —Él, sin hacer demasiada fuerza, la subió de nuevo a su lado. Esa noche no volvió a soltar su mano, y ambos durmieron codo con codo arropados por la capa del hombre y la luna.
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