3. De vuelta a Madrid

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El día que Amelia firmó el contrato, Paca la llevó volando al estudio, donde supuestamente, iba a conocer a sus compañeros y las instalaciones, pero solo le pudieron presentar a los miembros del equipo técnico, pues los actores y actrices ya se habían marchado.

Hubo un problema con su personaje, ese fue el motivo por el Paca la llamó el mismo día que tenía que firmar el contrato y presentarse en el set. Afortunadamente, pudo empezar a grabar una semana más tarde que el resto de los que serían sus compañeros y compañeras. Pero también era cierto que en esa semana iba a tener muchas cosas qué hacer. Debía absorber bien al personaje, buscar un piso para alojarse durante el tiempo que durase el rodaje y, poner su vida en orden, que, desde la llamada del casting, había quedado patas arriba.

- Hola Sara- dijo cuando esta le descolgó el teléfono usando en el tono más amable que pudo poner

- ¿¿Hola Sara?? ¿Eso es lo mejor que se te ha ocurrido decirme después de días sin hablar conmigo? - su tono era de rabia, desafiante

- Lo siento, cariño, de verdad. No sabes los días de locura que llevo

- Mira, no me vengas con excusas. Dime a qué hora llega tu vuelo y te iré a recoger.

- Sara, cariño, ¡me han dado el papel! - con toda la locura, ni siquiera le había dicho a su pareja que le habían dado el papel- me voy a quedar en Madrid algunos meses, al menos...

- ¿Cómo? ¿Qué te han dado el papel? - le cortó Sara - ¿Y qué significa eso exactamente? Mira, mejor ni me lo cuentes, que ya me conozco tus rollos esos de actriz. Dime cuando vuelves y ya hablaremos en persona

- Sara, no voy a volver a Barcelona, al menos, hasta que acabe de rodar toda la temporada - ahora Amelia estaba enfadada,

- Muy bien, pues quédate en Madrid. Ya no me necesitas, ¿no?

- Sara, por favor.

- Por favor, ¿qué? Mira, quédate en Madrid, pero no me vengas pidiendo nada cuando caigas.

- Sara, no quiero que esto termine así.

- ¿Ya quieres terminar? ¿Ya se te ha subido a la cabeza? ¡Qué poco has tardado!

- Sara, no quiero terminar, pero tampoco quiero sentirme culpable por perseguir mis sueños...

- ¿Tus sueños? No me hagas reír... Mira, si no te dejas de tonterías creo que lo mejor será que se acabe todo aquí. Tú sigue persiguiendo tus sueños - dijo con sarcasmo - que yo tengo que dedicarme a trabajar.

- Está bien Sara. Como tú digas. Si quieres que esto se acabe, no puedo hacer nada por evitarlo.

- Lo que no voy a hacer es tener una relación a distancia, ni por una semana ni por 3 meses, así que, tú eliges.

- Si me haces elegir, sabes que voy a quedarme en Madrid.

- Pues muy bien - dijo llena de rabia y cortando el teléfono.

Amelia se quedó allí, en la cama de la pensión donde iba a dormir. La relación con Sara distaba mucho de ser una relación sana. Sara era una persona fría y a veces, parecía que era insensible. A decir verdad, muchas veces se preguntaba por qué seguía con ella, pero quizás el irse a vivir con ella tan pronto no le dejó ver cómo era Sara en realidad y, cuando se dio cuenta, quizás ya era tarde para deshacerlo todo y volver a Valencia. Además, a pesar de todo, ella si quería a Sara y le estaba muy agradecida por los meses que llevaba viviendo en su casa. Amelia aun no conocía ese amor verdadero del que siempre hablaban en las películas románticas.

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