Capítulo 10

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Math iba caminando por el pasillo de aquel edificio distraído, pensando en la chica de las notas, la cual no había dejado ninguna en su casillero en lo que iba de la mañana. También pensó en la chica que estaba conociendo hace varias semanas y la cual no había visto como siempre, tal vez no había asistido o estaba con su grupo de amigas en alguna parte.

Estaba demasiado distraído que no noto a la chica que caminaba hacía su dirección, ninguno prestaba atención a su alrededor por lo que fue inevitable el no chocar entre ellos. Aunque ambos tenían la misma culpa debido a este accidente para Math había sido una mala suerte, su mañana no había empezado de la mejor manera como para que ahora una chica torpe casi hizo que cayera su teléfono.

Soltando un simple; fíjate la próxima vez, siguió su camino olvidando y no prestando atención a los libros esparcidos por el suelo los cuales la chica minutos antes había estado sosteniendo en su brazos. La chica maldijo mientras intentaba recoger los libros, maldijo mil veces al chico y también la mato unas otras mil veces, había sido un grosero e idiota.

Cuando logró recoger todo camino rápido al salón donde debía dejar dichos libros, su profesor le había pedido de favor que los dejará en el salón AN 126 donde tendría su próxima clase con el grado inferior. Para su mala suerte tenia solo unos minutos para comprar su café y luego correr hacía el otro edificio para su clase de ciudadanía, esperaba llegar a tiempo, aquel chico había retrasado todo sus planes haciendo que terminará llegando unos siete minutos tarde a la clase.

Math había llegado a su clase varios minutos antes de que siquiera el primer alumno entrará, había estado hablando con su madre por mensajes debido a que su caprichoso hijo había despertado molesto por alguna razón del universo. Su niñera no había podido ir a cuidarlo haciendo así que le pidiera de favor a su madre que lo hiciera hasta que él llegará del instituto, luego de unos lloriqueos por parte del niño había logrado salir de su casa para poder ir a clases pero aun así llegó unos quince minutos tarde.

Su profesor de la primera hora casi que no había querido recibir su informe debido al retraso, tuvo que explicarle el motivo de dicho suceso y gracias a ello había podido entregar su trabajo. Luego había chocado con aquella chica, su día estaba siendo demasiado estresante para él aunque ahora que había recibido el mensajes de su madre donde le dejaba en claro que su hijo estaba bastante tranquilo mientras coloreaba su cuaderno nuevo de los personajes de los padrinos mágicos, eso había sido un suspiro de paz para así mismo. Estuvo preocupado de que su hijo aún estuviera llorando o haciéndole la vida imposible a su madre, pero por lo que su madre había explicado su hijo entendió que él debía irse a clases y que después regresaría a jugar.

Se había portado bastante grosero con aquella chica, había sido también su culpa el haber chocado aunque ahora que recuerda la pobre no veía muy bien su camino debido a la cantidad de libros que llevaba con dificultad. Aquello lo hizo sentir aún más culpa de la que debería, debía disculparse con aquella chica cuanto antes, se supone que le estaba enseñando a su hijo sobre los buenos modales y el no portarse grosero con los demás, pero él acaba de hacer aquello que le dijo a su pequeño que no debía hacer.

Estaba muriendo de vergüenza, nunca había sido grosero con nadie ni siquiera con aquellas personas que no eran su agrado. Su madre lo mataría si se entera de lo que hizo. La clase comenzó después de unos treinta minutos, aquel salón se llenó de personas en cuestión de segundos antes de que ingresará el profesor de ciudadanía.

Al parecer su destino era pedirle perdón a la chica de antes porque minutos después de que comenzará la clase entró por la puerta, al parecer el Sr. Dennis sabía la razón de su retraso porque solo le indico que debía sentarse y el único asiento disponible era a mi lado, al parecer me reconoció porque rodó los ojos y con pesar camino hacía el banco disponible.

Cuando estuvo sentada la clase continuó su rumbo, a decir verdad esta era la clase que menos le agradaba pero también era la que más puntos necesitaba así que se disculpará después de la clase de por finalizada. Cuando el profesor salió por unos minutos debido a una llamada, pensó que era el mejor momento para hacerlo así que se giró en su asiento en dirección a la chica captando su atención al instante.

— Lo siento por lo que pasó en el pasillo, estaba distraído y de mal humor pero aún así no justifica que fui grosero.

La chica solo lo miró por unos minutos para asentir con una pequeña sonrisa, el profesor regresó y todo siguió su rumbo. Aunque la chica estaba con una capucha y tapabocas así que no pudo ver la sonrisa que reflejaban sus ojos, cuando el timbre indicó que la clase finalizó todos salieran rápido del salón, era la última clase para algunos mientras que otros debían quedarse por clases extras debido a que debían conseguir puntos.

Math recogió sus cosas con calma, iba a despedirse de su misteriosa compañera pero esta ya estaba saliendo del salón rápidamente. Sonrió y junto a sus amigos salió de la institución, quería llegar rápido a casa para poder pasar tiempo con su hijo, siempre era lo mismo cuando sus clases terminaban.

Dejo la nota en el casillero antes de dirigirse a la salida, había sido un día de locos. Necesitaba llegar a su casa para poder dormir al menos unas horas antes de tener que ir a trabajar a la biblioteca que había a unas cuantas cuadras de su casa, aunque sus padres seguían si estar satisfechos con que tuviera trabajo se lo permitían. Sabía que sus padres la apoyaban y la iban a apoyar económicamente cuando tuviera que irse a estudiar pero también quería ayudarlos, estaba ahorrando para poder pagar su pasaje para cuando llegará el momento de irse al extranjero.

Al llegar a su trabajo saludando a sus compañeros y la dueña del lugar quien era una joven mujer de treinta años, al parecer siempre quiso tener una librería para que todos los adolescentes que amaban la lectura como ella pudieran sentarse a leer sus libros favoritos, en realidad parecía una biblioteca como otras pero lo que la hacía perfecta era que también era un café para que todos pudieran disfrutar de un momento entre amigos o conocer a otras personas con sus mismo gusto, había un espacio para aquello que necesitaban un lugar para estudiar donde no entraba ruido alguno y habías disponibles varías computadoras en caso que necesitarás buscar información. El paraíso para cualquier amante de la lectura y la tranquilidad, como lo era ella.

Esperaba que mañana no sea tan caótico su día en clases o si no esta vez si cometerá homicidio sin importarle nada, la paciencia no es algo que tenga demasiado.

¡Hola Kiwi! (#1 Kiwi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora