Rosé
Estuve con Jimin como un cuarto de hora más antes de que se disculpará conmigo por ir con sus amigos. Lo entendí, yo debía buscar a Lisa también.
Me hubiese gustado decir que fue uno de los momentos más lindos de mi vida cuando él me besó, de hecho así se sintió en parte, pero no dejaba de faltar algo. Fue así como... vacío.
La idea de que algo estaba realmente mal conmigo vago por mi mente. Necesitaba una explicación, hace menos de dos días estaba completamente loca por Jimin y ahora, cuando me besa por fin, no provoca ni un solo sentimiento en mi.
Nada había sucedido en el medio además del "beso prueba" con Lisa.
¡Lisa! ¿Dónde se había metido?
Sabía que no la iba a encontrar si sólo caminaba por la casa, así que saqué mi teléfono.
Para: Lisa
¿Dónde te metiste?
He estado buscándote.
¿Puedes responder? Diablos Lisa.
¿Hola? ¡Mira tu teléfono!
Espera. Tú siempre estas mirando tu teléfono, ¿Estas viendo esto?
¿No quieres hablar conmigo?
Sólo dime donde estas.
Por favor Lisa.
Estoy preocupada por ti.
¿Hice algo mal?
Porque así me siento cuando no me hablas, realmente mal.
Esto no esta funcionando, tendré que seguir buscando, sólo espero que aún sigas aquí.
Volví a guardar mi teléfono con menos idea que antes, ahora estaba preocupada y se sentía horrible, ¿Qué debía hacer?
Había registrado la casa como por tercera vez y había preguntado por Lisa a cada rostro familiar sin obtener nada. Estaba a punto de rendirme cuando de repente se me ocurrió un lugar en el que todavía no había buscado.
Salí tan rápido como pude tratando de llegar lo antes posible al auto de Lisa y casi grito de felicidad al verla allí dentro.
-Gracias a Dios, aquí estas.- Dije entrando en el asiento de copiloto antes de percatarme de su estado.
Ni siquiera estaba mirándome, su cabello estaba encima de su rostro, se sostenía un poco inclinada sobre el volante y supe que no podría distinguir si el auto estaba en marcha o no. Una botella de vodka casi vacía estaba entre los asientos.
-Mierda Lisa.
Me acerque aún más a ella tomándola por las mejillas y sacando con cuidado el cabello de su rostro, ella mantuvo los ojos cerrados.
-Sé que dije que te llevaría a casa pero no me siento con ganas en este momento.- Habló sin abrir los ojos todavía.
Hubiera reído ante su ocurrencia si no estuviera tan preocupada por su estado. Lisa no era la clase de persona que se emborrachaba, al menos no sin una excusa.
-¿Estas bien?
-¿Por qué no iba a estarlo?.- Una risa para nada feliz salió de sus labios.
-No respondiste mis mensajes.- Mi voz sonó suave.
-Es que olvide como escribir.- Dijo con tanta seriedad que no pude evitar reír.
-Muy bien, voy a llevarte a casa.
Ella se recostó en el asiento mirándome con los ojos entre cerrados, como sino confiará para nada en mi.
-No puedes.- Sonó como si eso se le acabará de ocurrir.
-Claro que puedo.
No espere más y salí rodeando el auto hasta la otra puerta delantera, ella seguía en la misma posición. La moví hasta el asiento del copiloto como pude y me subí al lugar que ella ocupaba.
-¿Las llaves?
-No lo sé.- Se acomodó mejor en el asiento mirando directamente a través del vidrio de la ventana. De repente parecía molesta.
Rodee su cuerpo hasta llegar al bolsillo derecho de su chaqueta en donde estaban las llaves. Ella se tensó.
Agite las llaves frente a su rostro con una sonrisa burlona en mi rostro antes de arrancar el auto camino a casa.
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Try Me
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