MUTUAL (S.M)

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Te oigo decir mi nombre. Bajo el rostro. Conectas nuestras miradas y sorbes tu nariz enrojecida por el llanto. Limpio tu mejilla mientras que acaricio tu brazo para darte confort. Tornas el rostro y susurras un "gracias".

Suspiro. Nos volvemos a mirar.

Te ves desgarradoramente triste. Me mata verte así. Siento tus manos en mi pecho, tiras levemente de mi camisa. Acercas nuestros rostros, yo sigo acariciando tus brazos. Y quiero alejarme, porque sé qué es lo que tramas. Sé que no has dejado de pensar en él. Sé cuánto bebiste, sé cuáles son tus intenciones. Son las que has tenido toda la noche.

Pero aún así siento tus labios depositar un suave beso en mi mejilla. Te me separas levemente antes de depositar otro un poco más a la izquierda. Otro más esta vez llegando a la comisura de mis labios.

Y no sé por qué no me alejo.

Porque en realidad sentir tus labios siempre fue algo que quise hacer.

Nos besamos suavemente. Es un beso inocente. Sin nada turbio ni sucio detrás, sin pensamientos obscenos o algo por el estilo, es simplemente un beso que dos niños pequeños se darían. Uno lleno de inocencia y ternura. Temo asustarte, temo ser brusco, temo ser precipitado con esto. Temo que te alejarás de mí pero no lo haces. Tú iniciaste esto así que eres tú quien toma las riendas.

Hacía mucho que no besaba a otra persona. Estoy fuera de práctica, linda.

Siento que abres los labios para darle profundidad al beso. Siento tu lengua y luego humedeces mis labios antes de acomodarte para hacer de esto algo mucho más memorable. Me rodeas el cuello, me abrazas con fuerza, me atraes a ti porque me quieres mucho más cerca de lo que puedo estar. Pasan algunos segundos antes de que lleves una de tus manos a las mías para que las pose en tu espalda baja para atraerte hacia mí.

Parezco un idiota porque estoy pasmado. Siento tus labios, siento tu tibieza, siento que este beso es muy diferente a muchos que he dado y por eso no puedo reaccionar. Esto es tan raro y especial. Nuestro primer beso. Uno en el que pensé muchas veces.

Pero jamás creí que sería de esta forma. En un baño donde vomitaste hace diez minutos, contigo ebria hasta la coronilla, llorando por tu exnovio y diciendo su nombre en vez del mío.