chico rudo.-J.P 2/2

14.

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, no podía soportar más.
No era de humanos soportar tanto tiempo.

—¡Resiste!— me gritaba mi voz interna pero no era posible, no podía más.

—¡No!— grite cerrando mis ojos y los frote con el dorso de mi mano derecha.
Un par de lágrimas rebeldes ante mis indicaciones se asomaron.

—¡Te lo dije!— carcajeo Joel— ¡Nadie me puede ganar!— Lizzy reía a carcajadas cubriéndose con sus pequeñas manos la boca, Chris se apretaba el estómago tratando de no reír más.

—¡Oh no, yo te ganaré!— insistí y frote una vez más mis ojos respire profundamente y una vez más nos pusimos frente a frente, sus ojos marrones abiertos en par en par me miraban divertidamente, un pequeño soplido me hizo parpadear.

—¡Eso es trampa!— grite indignada y todos volvieron a reír

—Aceptalo— se recostó Joel en mis piernas.—¡Te gane!

—Me soplaste por eso parpadee— me defendí pero era inútil, él había estado mucho más tiempo que yo sin parpadear.

—Jueces...¿Quién ganó?

—¡Tú!—anunciaron mi derrota al unisono.

—Esta bien — dije cabizbaja.— ahora la respiración.— dije haciéndolo enderezarse, los tres una vez más rieron—jueces cuenten.

—¡Uno, dos, tres!— al escuchar el tres tome todo el oxígeno posible para llenar mis pulmones y mejillas. Joel movía sus cejas tratando de hacerme reír y lo estaba logrando, pero si mi competitividad no fuera tan grande lo hubiera logrado por completo.

—_____ parece tomate.— dijo Lizzy riéndose, no aguante más y comencé a reír

—¡Dios!—enuncio Joel al mismo tiempo que respiraba agitadamente.— ¡Y te volví a ganar! — fruncí mi ceño, ni siquiera con pierda, papel y tijera había logrado ganarle.—¿Ahora quién sigue contra mi?— pregunto de inmediato ambos niños saltaban por ser el siguiente competidor.

Terminamos de cenar y Lizzy y Chris se levantaron dispuestos a ayudarme a levantar platos. Ya que Joel prácticamente había huido. Me gire sobre mi hombro mirando el reloj en la pared, nueve de la noche.

—yo me encargo.— les dije.— suban, dense un baño y a dormir — ambos asistieron con la cabeza y se acercaron para despedirse de mi, con un beso en la mejilla, como siempre salieron corriendo hacia las escaleras.

Tome los platos y los hice en una pequeña torre, los lleve hasta la cocina y tire a la basura los restos de comida, una vuelta más y tome los vasos y la mesa quedó como si nadie hubiera comido ahí.

Ya con todo el lavaplatos ahora sí comencé a enjabonar todo, termine y abrí la llave para enjuagar todo cuando sentí que se apoderaban de mi cintura, me estremecí levemente y escuché la risa de Joel.

—Siempre te retuerces así.— susurro en mi oído, que romántico.

—No me retuerzo, solo los gusanos lo hacen.—ambos nos reímos, se cambió a mi lado y comenzó a secar los platos  y vasos ya estaban secos y en su respectivo lugar.
Termine de acomodar el último plato y una vez más sentí sus manos en mi cintura pero está vez me giro rápidamente y me alzó para sentarme en la barra, riendo pase mis brazos por su cuello, tenía la cabeza hacia atrás para poder verme ya que había quedado más grande por unos centímetros más.

—Gracias ____— dijo mirándome a los ojos en los cuales gustosamente me perdí— gracias por estar con nosotros.— una de sus manos subió para acariciar mi mejilla.

—¿Es broma?—reí y ahora yo acaricie su mejilla— Gracias a ti por hacerme sentir como en una familia, por darme ese cariño.

—Te amo.—susurro antes de unir nuestros labios de la manera más dulce existente en la tierra.

—Te amo más.— dije separándome solo milímetros de sus labios—y en eso no me ganas...— sus manos se fijaron en mi cuello y se me atrayeron una vez más a su boca.

El beso iba tomando poder conforme los segundos pasaban, cosa que no me molestaba en lo absoluto, me dedicaba a jugar con su hermoso cabello, mientras que él acariciaba mi espalda por dejabo de mi blusa.

Nuestros labios se movían en un perfecto compás, no había nada que me gustará más que esto, por nada en el mundo cambiaría sus labios, por nada en el mundo cambiaría estos momentos.

Voten y comenten.